Este 18 de julio regresa al teatro Patología de la Transición, la obra escrita y dirigida por Alberto Gálvez que desmantela, con rigor y belleza dramática, la mitología política de la llamada «Transición española». El acontecimiento tendrá lugar en el Teatro Victoria sito en la calle Pez, número 17, a las 20:00 horas.
En escena, el espectador no encontrará la consabida exaltación de una época «ejemplar», sino una sátira cruda y lúcida que denuncia lo que verdaderamente ocurrió: una reforma del franquismo diseñada para conservar el poder y no para entregárselo al pueblo. Como bien recuerda la obra, no hubo ruptura democrática ni proceso constituyente: se pasó «de la ley a la ley», y el resultado fue un Estado de partidos cimentado en el consenso y el reparto del botín institucional.
En conversación reciente en el programa Informa Radio dirigido por Isabel Valero, Pedro Manuel González, abogado y comunicador incansable, y Alberto Gálvez, autor y director de la obra, han compartido con valentía las claves de esta segunda puesta en escena. Ambos coinciden: la mentira de la Transición no ha sido superada, sino elevada a dogma de fe constitucional. Y por eso, esta obra no solo es necesaria: es urgente.
Si en marzo el impacto emocional de la función fue rotundo, esta vez el objetivo es aún más claro: convertir el teatro en un espacio de verdad política. Por eso la obra viene en formato de representación teatral seguida de un coloquio en el que podrán participar todos los asistentes, convirtiendo el Teatro Victoria en un lugar de resistencia política, con su escenario como herramienta crítica.
La figura de Antonio García-Trevijano vuelve a ocupar el lugar que le fue negado por todos los partidos del régimen del 78. En la obra, su pensamiento resuena como un acto de justicia. No se trata de reivindicar a un mártir, sino de rescatar la única voz que defendió la libertad política colectiva en medio del pacto generalizado de sumisión.
El 18 de julio no es una fecha neutra. Y esta obra, tampoco lo es. Asistir a Patología de la Transición no es solo una experiencia estética: es una toma de conciencia. Si eres de los que ya no tragan con lo del «pacto de la Transición» y quieres saber más, puedes adquirir tus entradas en este enlace.





