Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO

Hace 2.500 años el filósofo ateniense Platón, para quien los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, afirmó que “el castigo de los hombres buenos que no se ocupan de la cosa pública es ser gobernados por hombres malvados”. Este es exactamente el panorama que tienen todos los días ante sus ojos: un Gobierno formado por oligarcas incompetentes o malvados, a quienes importan un pimiento la pobreza e incluso la miseria y el hambre de millones de españoles, con tal de mantener intactos los privilegios y las subvenciones de las oligarquías políticas y financieras más depredadoras y corruptas de Occidente.

En las próximas elecciones europeas del día 25, el pueblo tiene oportunidad de hablar y esta vez deberían marcar el principio del fin de este sistema político y este modelo de Estado, que nos está llevando a la ruina moral, económica y social. Decía Joseph Schumpeter, el premio nobel economista y científico político, austriaco-americano, que muchos hombres buenos e inteligentes –se refería básicamente a la clase media– “como votar es gratis, no ponen la misma atención, ni la misma responsabilidad que en sus asuntos personales y profesionales y actúan en la política como niños irresponsables”. Eso no debería suceder el día 25. Los hombres buenos sólo deberían tener un objetivo en mente: derrocar a la oligarquía de hombres malvados que nos ha llevado al desastre.

Y para ello sólo hay dos opciones posibles. O votar a las alternativas que tienen como objetivo acabar con el sistema político, implantar la democracia real y cambiar de raíz el modelo de Estado inviable y corrupto que nos fue impuesto en la Transición o abstenerse. Los únicos partidos con ese objetivo son UPyD, VOX y Ciutadans. El Gobierno está intentando, y con éxito, dado el rotundo control que posee sobre los medios de comunicación, ocultar la existencia de estos tres partidos y sus programas a los ciudadanos. La otra opción es la abstención, pues como afirma mi maestro, el profesor García Trevijano, “la abstención no derriba Gobiernos ni sistemas de gobierno, pero deslegitima a unos y a otros si supera la mitad del censo electoral; esta es una regla sin excepción histórica”.

Y una vez deslegitimado el Gobierno o el sistema de gobierno, que siguen siendo legales pese a la abstención mayoritaria, entran en un estado de debilidad y de exposición al riesgo mortal. Lo que antes era fácilmente controlado, revueltas, huelgas etc., de repente, se convierte en un peligro mortal, porque la legalidad, cuando no está asistida de la legitimidad, no es un recurso fiable para mantener a los Gobiernos en su puesto de mando”.

Yo personalmente prefiero la primera opción, pero debo reconocer que la deslegitimación del sistema de gobierno es también una buena opción, siempre que no perdamos de vista el objetivo que debería ser común a todos los hombres buenos: expulsar del poder a la oligarquía política y cambiar el modelo de Estado. Con el sistema de listas de partidos cerradas, o abiertas porque es indiferente, el sistema oligárquico se renueva siempre. Sólo la elección uninominal en distritos pequeños hace posible la representación política, es decir, la desestabilización de las oligarquías.

Un Gobierno sin piedad para los débiles y los indefensos

Todo Gobierno que no sea representativo del elector carece de sensibilidad para tener en cuenta el estado de infortunio de los débiles. Sin representación política como sucede en el actual sistema electoral, no hay posibilidad lógica ni humana de que el poder estatal sea compasivo con los desafortunados. Los estados de partido actuales son inmisericordes, más indiferentes ante la indefensión de los ciudadanos que los propios señores feudales que se sentían obligados a defender a sus súbditos contra el saqueo de los invasores.

Desde que el PP comenzó su desastrosa etapa de Gobierno, empezaron por subir impuestos y recortar prestaciones sociales de todo tipo. Rajoy afirmó, y sigue afirmando sin inmutarse, que no había otro remedio. Es decir, que, según este mentiroso compulsivo, en un presupuesto de 460.000 millones de euros no había un solo lugar, ni uno solo, para recortar diez o veinte mil millones de euros, cuando hay más 100.000 millones de despilfarro entre duplicidades y gasto prescindible. Hay que ser el rey de la mentira para afirmar tamaña barbaridad y un auténtico malvado para ponerla en práctica.

Rajoy ha preferido recortar prestaciones a los que menos tienen y subir impuestos a su máximo histórico antes de reducir despilfarro político. No ha recortado apenas coches oficiales (que la mayoría de políticos utiliza como propios al servicio de sus familiares o similares)  o alguno de los 20.000 asesores, prescindibles, ambos, en un 90%. No ha eliminado las 2.000 empresas públicas que prometió iba a cerrar, nidos de la corrupción y del nepotismo más descarnado. No ha prescindido de instituciones u organismo inútiles, como el Senado, las Diputaciones o, lo que es más grave, las instituciones multiplicadas por 17 de las CCAA que funcionan como auténticos estados independientes, con todos los instrumentos de ellos, desde defensor del pueblo a servicio meteorológico. Y menos aún los dos millones de empleados públicos nombrados a dedo. ¡En el colmo del disparate el montante de salarios públicos se ha elevado en un 6% durante el primer trimestre de 2014!

Además, entregaría a la oligarquía financiera más de 300.000 millones de euros de dinero público, entre ayudas directas, esquemas de protección de todo tipo o adquisición masiva de activos inmobiliarios (Sareb) al doble del precio de mercado y avales. Un robo sin precedentes al pueblo español, absolutamente innecesario, excepto para devolver hasta el último céntimo a los bancos y cajas alemanas, francesas y holandesas, que tan irresponsablemente financiaron a unas cajas y bancos españoles incompetentes y corruptos hasta la médula.

Y, sin embargo, sí ha recortado salarios públicos y privados, sobre todo después de la reforma laboral, de la que además están orgullosos, demostrando una total falta de escrúpulos. Estos recortes han hundido y siguen hundiendo la renta disponible de las familias a su nivel mínimo desde que comenzó la crisis. Han disminuido pensiones, prestaciones por desempleo, ayudas a la dependencia, becas comedor y de las otras y mantenido intactas todas las prebendas. “Le voy a meter la tijera a todo excepto a pensiones, sanidad y educación”, afirmó el mentiroso de Rajoy, y ha recortado miles de millones, reducido becas, ayudas de libros, se han cerrado hospitales, ambulatorios y urgencias. En cifras, el presupuesto de sanidad sufrió un recorte del 22,6% en 2013 y el de educación un 14,4% en el mismo año, o del 31% si añadimos 2012.  En conjunto, hasta 64 recortes sociales relevantes.

En cuanto a las reducciones salariares, como ha reconocido el BdE, son el doble de lo que dicen las estadísticas, debido a que el paro ha ocasionado “cambios tan pronunciados en la composición del empleo que ha causado efectos estadísticos realmente significativos”. El INE había calculado una caída salarial del 0,8% en 2012, la real según el BdE fue de más del 2%. Desde 2010 hasta fin 2013 el retroceso real de los salarios se acerca al 8%. Y mientras esto ocurre, Montoro tuvo la desvergüenza de afirmar en el Congreso que “los salarios no están bajando en España, sino que están creciendo”. ¿Cabe acaso un mayor ejemplo de desvergüenza y mendacidad?

Pero lo más grave es que los recortes distan mucho de haber terminado. De hecho, los más importantes están por venir. Sólo en el primer trimestre de este año, el gasto en las prestaciones por desempleo ha sufrido el mayor hachazo de su historia: se han reducido en más de 4.000 millones de euros, de forma que la cuantía media por parado ha bajado hasta marzo a 818 euros, lo que representa un recorte del 4,6%. Y están a la espera drásticos recortes en las pensiones, en la dependencia y en todas las partidas de gasto social. Y mientras tanto, mantienen íntegro todo el despilfarro político. Es a los responsables de este expolio sin contemplaciones a los españoles a los que muchos piensan votar el próximo día 25. Hay que estar locos o mal informados para hacer tal cosa.

Y dentro de todo este panorama de expolio a los más débiles en el que está embarcado el Gobierno del PP, la pobreza infantil realmente clama al cielo.España es el segundo país de Europa después de Rumanía con mayor pobreza infantil, que alcanza ya a 2,8 millones de niños, el 33,8% de la población menor de edad. El número de hogares con niños con todos los adultos en paro ha pasado de 324.000 en 2007 a 830.000 en 2014, una cifra realmente pavorosa. Y un 12% de las personas que trabajan no ganan lo suficiente para salir de la pobreza. La estremecedora conclusión de la ONG Save the Children es que “elGobierno de España no tiene estrategia alguna para combatir la pobreza infantil”; sin ella, “la pobreza infantil durará generaciones”. Es decir, a estos canallas que nos gobiernan la pobreza y el hambre de los niños les dan exactamente igual.

La manifiesta falsedad de la recuperación

El BdE, siguiendo la instrucciones del Gobierno, afirmó hace unos días que la economía española había crecido en 0,4 puntos en el primer trimestre de 2014, cifra confirmada también, cómo no, por el INE. De esta cantidad, 0,2 puntos eran debidos al aporte del sector exterior y los otros 0,2, al incremento de la demanda interna, cifras ambas radicalmente falsas.

Respecto al aporte del sector exterior y según el ministerio de Economía, las exportaciones en enero y febrero crecieron un 1,2%, pero las importaciones subieron en un 5,8%, todo a precios corrientes. Esto significa que la aportación del sector exterior hasta febrero no era positiva sino negativa en 0,16 puntos. Una inconsistencia que simplemente no hay por dónde cogerla. En marzo tendría que haber ocurrido un milagro y sabemos que tal cosa no ha sucedido. En cuanto a la demanda interna, el índice de comercio al por menor deflactado había caído un 0,9% a marzo.

Pero no sólo es eso. El consumo de electricidad corregido ha caído el 0,6% en el  primer trimestre del año. No existe ninguna economía donde el PIB este creciendo y el consumo de electricidad cayendo. Y en cuanto al empleo, Ángel Laborda, director de coyuntura de FUNCAS, afirma: “Los datos de la EPA han decepcionado. El poco empleo que se creó en el cuarto trimestre se ha vuelto a destruir. Es más, si no hubiera sido por el aumento volátil del empleo agrícola y del sector público, la ocupación habría descendido mucho más. Esto no es coherente con la aceleración del crecimiento del PIB. Tampoco es muy coherente con otros indicadores de producción en la industria, la construcción y los servicios”.

En otras palabras, las cifras de crecimiento oficiales con vistas a las elecciones del día 25 son escandalosamente falsas. Por ello repito lo de siempre: esabsolutamente urgente que Eurostat audite las cifras de Contabilidad Nacional española, porque las incoherencias resultan ya inaceptables. Desde que gobierna el PP, se han perdido un millón de empleos, la deuda pública ha aumentado en 200.000 millones y el crédito a familias y pymes sigue en caída libre otro 5,9 % en el primer trimestre. Este es el cuadro de recuperación que nos ofrece este grupo de hombres y mujeres sin piedad que se encuentran al mando, y con el que pretenden volver a ser votados el próximo día 25. Y siguiendo a Platón: “El castigo de los hombres buenos que ignoren estas realidades es ser gobernados por malvados”.

 

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