No sólo España está “rescatada”, también sus grandes empresas, que caminan como “zombies” con multimillonarias pérdidas y sin horizonte de futuro ni esperanza remota de rentabilidad o al menos equilibrio en sus cuentas. Su deuda pasa a los bancos, de éstos al Estado y éste se la endosa a Alemania vía euro, de ahí el pánico del mercado a la deuda española, pues habrá algún día en que Merkel no aguante más o que la economía española, recortada hasta el abismo, caiga exhausta dándose de bruces contra el suelo. Ejemplos salen a la luz a diario y hoy es Telefónica quien ha llegado a un acuerdo con Prisa por el que la sociedad que dirige César Alierta se compromete a suscribir bonos convertibles en acciones por valor de 100 millones de euros del grupo de medios de comunicación, según ha informado Prisa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Además, Prisa ha anunciado que ha cerrado un acuerdo con La Caixa, Banco Santander y HSBC para la conversión de parte de su deuda en acciones por 334 millones de euros. Esta decisión reduce la participación de la familia Polanco, que a partir de ahora será sobre todo gestora del gran capital. Radio Libertad Constituyente analizó la situación del grupo mediático, que el abogado Antonio García Trevijano conoce bien, pues durante la Transición se convirtió momentáneamente en su principal accionista, suceso que detalló en los micrófonos de los informativos.

 

Los acuerdos de la editora de “El País” con la banca y Telefónica será sometidos a votación en la próxima Junta General de Accionistas de Prisa, que se celebrará en segunda convocatoria el próximo 30 de junio, según informa el grupo en el orden previsto de esta reunión dado a conocer este jueves al regulador bursátil. La emisión de bonos se realizará en dos tramos: uno de 334 millones de euros destinados a bancos acreedores, que se han comprometido a suscribir en su totalidad HSBC, La Caixa y Banco Santander, a cambio de la modificación de los préstamos a Prisa; y otra de 100 millones de euros, que desembolsará en efectivo Telefónica (TEF.MC), con la que Prisa ya tenía distintos acuerdos de colaboración en materia audiovisual. Los bonos incluidos en la operación tienen forma nominativa y un valor nominal unitario de 100.000 euros.

 

Tanto la operación de Telefónica, que supondrá una inyección de 100 millones de euros en metálico en Prisa, como el alcanzado con los bancos acreedores, que implicará una reducción de la deuda del grupo de medios de comunicación, está sujeto a una serie de condiciones que se deberán cumplir antes de dar por cerrado el acuerdo. Así, según informa Prisa la emisión de bonos estará sujeta a la autorización del canje de créditos prevista en el acuerdo por parte de los acreedores financieros de Prisa, la aprobación de los acuerdos por las Juntas de Accionistas tanto de Prisa como de Telefónica y los bancos acreedores, en caso de ser necesario, y el cumplimiento de todas y cada una de las condiciones para la suscripción íntegra del total de emisión.

 

Los bonos devengarán a un interés mensual desde su emisión por referencia a su importe nominal y pagadero en efectivo al vencimiento de cada año que será de Euribor más 415 puntos básicos, que se corresponde con el tipo de interés aplicable bajo el contrato de préstamo subordinado suscrito entre la sociedad y HSBC con fecha 20 de diciembre de 2007, según ha informado el grupo.

 

Los bonos tendrán una duración de dos años. Llegada la fecha de vencimiento final, los bonos que no se hubieran convertido con anterioridad se convertirán necesariamente en acciones ordinarias Clase A y los intereses devengados y no pagados hasta la fecha de conversión se satisfarán en metálico. El precio de las acciones de Prisa a efectos de conversión será 1,03 euros. Para atender la conversión de los bonos, la próxima Junta General de Accionistas votará un aumento de capital hasta un máximo previsto inicialmente de 421,35 millones de acciones Clase A que cotizarán en las Bolsas de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao.

 

El grupo ya informó a principios de junio que había abierto conversaciones “con distintas entidades financieras acreedoras e inversores institucionales” para al suscripción de bonos obligatoriamente convertibles en el término de dos años en acciones de la compañía por un importe de 100 millones de euros en efectivo, en el caso de los inversos institucionales, y de 334 millones de euros, en el caso de los entidades acreedoras, que entrarían en Prisa mediante la capitalización parcial de sus créditos.

 

 

 

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