Ramón Tijeras es un veterano periodista de investigación que escribió un libro biográfico terrible: “Los Rato, 1795 – 2002″. En esta entrevista concedida a “Mini-Leaks.com”, deja entrever que Aznar tuvo en cuenta el resultado de sus investigaciones para no hacerle sucesor: tenía el techo (y el suelo) de cristal. Sin embargo, Esperanza Aguirre lo nombró presidente de Bankia, algo inconcebible si simplemente se ojeaba su pasado. Además, Tijeras afirma que el político engañó al Registro de Intereses del Congreso ocultando gran parte de sus empresas y lo más alucinante: a pesar de Bankia, existe un poderoso lobby que quiere hacerle ministro como sustituto de Cristóbal Montoro y aún más, presidente si la crisis se lleva por delante al mismísimo Mariano Rajoy.

“Hay que tener en cuenta que todo es fruto de una evolución. Cuando en los años ochenta dimos a conocer el caso Juan Guerra, que luego desencadenó una catarata de denuncias sobre corrupción, la legislación española no contemplaba muchas de las figuras delictivas que hoy día están en funcionamiento. De hecho, a Juan Guerra se le condenó por un delito fiscal, como a Al Capone, nada más. Con Rato y los delitos de cuello blanco ocurre algo parecido. Cuando indagamos en el registro de actividades del Congreso, que da cuenta de los intereses particulares que tienen los diputados en sus actividades profesionales, nadie lo consultaba y hasta estaba escondido en las oficinas del Parlamento. Rato, paradójicamente, fue uno de los diputados que en su época declaró tener intereses en dos docenas de empresas. Pero aún tenía intereses en otras cuarenta que no declaró cuando era vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía. Hoy este registro se publica en todos los medios y se tiene en cuenta a la hora de nombrar a unos y otros para determinados cargos”.

 

 

¿Ingresará Rodrigo Rato en prisión? Ramón Tijeras cree que “la Audiencia Nacional puede decir algo al respecto en los próximos meses, pero como mínimo parece que ha cometido errores de gestión importantes. Hay varias iniciativas legales que a lo mejor esclarecen algo el entuerto. Rato dijo en el Congreso que dejó Bankia porque se dio cuenta de que su plan no tenía el apoyo de las autoridades. Hasta ahora siempre había tenido la complicidad de esas autoridades, incluso la de Zapatero cuando apoyó su exilio dorado en el FMI. La diferencia, ahora, es que Rato es un competidor directo de Rajoy, con quien se disputó la sucesión de Aznar en 2003 y recientemente todavía maniobraba en el seno del PP ante una posible caída en desgracia de Rajoy”.

Tijeras reivindica mecanismos de control del Estado, que hoy no existen en la Monarquía partitocrática: “los periodistas no somos policías ni jueces. Podemos investigar cosas y llamar la atención sobre lo que nos parece chocante o cuando se produce un exceso, pero normalmente, si no hay una denuncia de por medio, ningún juez mueve ficha. Ahora hay varias denuncias sobre la mesa. Mi libro sobre los Rato data de 2003. En su día me llamaron del PSOE para montar un equipo que investigase más sobre sus negocios. Sólo una semana después Aznar nombró candidato a Rajoy. No podía exponer a Rato a las espaldas de su familia y un enjambre de empresas con problemas sobrevolando a su alrededor. Con los datos que aparecían en el libro yo no le hubiera dado tampoco la gestión de un banco a Rato, por si acaso. Lo más sorprendente es que después no sólo se le nombró presidente de Cajamadrid y luego de Bankia, para dejarla en las condiciones que ahora sabemos, sino que ahora, en determinados, círculos, suena su nombre para suceder a Montoro”.

 

 

La impunidad con que actuaba el político del PP cuando era ministro era asombrosa: “Las decisiones que tomaba Rato eran de carácter sectorial. Y su familia y él mismo se mantenían como accionistas de empresas hidroeléctricas o urbanísticas que se beneficiaron de permisos y operaciones que fueron posibles gracias a la política de engrase que funciona habitualmente en administraciones de su influencia como la Comunidad de Madrid”.

El trasiego entre la política y la banca y la comunión de intereses entre ambas llega hasta la perplejidad en España y de ahí la codicia de los financieros, que luego devuelven los favores a los políticos: “Lo que suele ocurrir es que esos empresarios que se ponen al frente de determinadas empresas, como Francisco González, al que regalaron Argentaria, hoy día acumulan fortunas en forma de participaciones y jubilaciones multimillonarias. González tiene asegurada su salida con cien millones de euros en el bolsillo mientras Goirigolzarri, hoy al frente de Bankia, ya salió del BBVA con otros 70 millones de euros en el bolsillo. No creo que a los gestores de bancos que nos han llevado a una situación de rescate inminente deban cobrar ni siquiera los sueldos que hoy se contemplan una vez aplicados los límites de la nueva legislación mientras no lo justifiquen con resultados y cuando hay gente a la que se suspende el pago de los 400 euros de prestación sin tener ningún otro ingreso”.

Lea la entrevista completa aquí.

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