Pedro Manuel González ha vuelto a participar este pasado sábado día 20 de diciembre en el programa de radio Una vuelta por el mundo, que dirige y presenta Isabel Valero. En esta ocasión, han conversado sobre las manifestaciones convocadas por el Estado en las que la sociedad civil no tiene ningún papel. De nada sirve el ejercicio colectivo de este derecho concedido cuando no se tiene libertad política, del mismo modo que de poco sirve tener libertad de expresión sin tener libertad de pensamiento.

El rockero que va de rebelde, tipo duro y antisistema, Dani Martín, después de decir a los asistentes a uno de sus conciertos que la próxima vez no vayan a votar a ninguno de los políticos españoles, se vio obligado a retractarse de sus palabras y desdecirse, afirmando que era necesario ir a votar. ¿Qué ocurrió entre las primeras declaraciones espontáneas y la posterior corrección en un comunicado?

Dani Martín comprobó en sus carnes que la libertad de pensamiento está absolutamente prohibida, pues pronto empezó a recibir un aluvión de críticas, y la sombra de la cancelación se ciñó sobre él. Tras las críticas, se desdijo de sus palabras, volviendo al redil del consenso para poder seguir dando conciertos, acudiendo a platós de televisión y gozando de la seguridad que proporciona formar parte de la oligarquía cultural. Como premio a su docilidad, el cantante ha sido homenajeado por la Comunidad de Madrid. Sin embargo, la diligente y sincronizada actuación de los mamporreros del régimen del 78, en contra de un cantante con un discurso que pone en peligro los intereses de la clase política y sus domesticados nepotes, su posterior rectificación y el premio-homenaje por sus acciones, nos hacen preguntarnos qué pasaría si en vez de uno fueran diez los cantantes que en sus giras llamasen a la abstención electoral activa.

Si un solo cantante ha tenido que ser silenciado y amedrentado por sus palabras, quizá estamos más cerca de lo que pensamos para que el régimen se tambalee, y cual gigante con pies de barro, se desvanezca. Gracias, Pedro Manuel, por ser el martillo pilón de la libertad política. Gracias, Isabel, por conceder un espacio de verdadera rebeldía y libre pensamiento.

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