Ya han pasado seis días desde que llevamos Patología de la Transición a las tablas y después nos subimos a ellas para hablar de Transición, de democracia y de don Antonio. Las semanas precedentes fueron un hervidero de actividad y de inquietudes: ¿estaría todo a punto?, ¿vendría gente? ¿nos quedaríamos en el intento? En esta pugna se nos unieron ilusionados nuevos aliados (Iván, Dani…), se crearon nuevos grupos, los móviles y las redes echaban chispas… No solo celebrábamos el séptimo aniversario de la desaparición de don Antonio, sino que íbamos a medir nuestras propias fuerzas como movimiento inspirado en su legado. Y llegó el día. E instalamos nuestros bártulos y nuestros nervios en el teatro. Ahí estaban las Mercedes, las Bárbaras, los Ivanes, los Eduardos, los Imanoles, los Bernabés, los Marcelinos y etc, etc… Y vino un montón de gente. Incluso acudieron una «musa de la Transición» (Victoria Vera, amiga de don Antonio) y uno de los creadores del Habla, pueblo, habla, como después nos enteramos para nuestra sorpresa.
Y se abrió el telón. Y surgió la magia: una hora con Antonio García Trevijano, su asistente Pancha y unos payasos que encarnaban todas esas fuerzas que impidieron que fuéramos una democracia. Aplausos. Los actores deben hacer cuatro, cinco, seis salidas para saludar al respetable. Después, abrazos, breve intercambio de impresiones y debate. Suben nuestros espadas: Pedro Manuel, Adrián, Carlos, Martín-Miguel, Juanjo… Se habla de don Antonio y del espectáculo. Toca el turno de preguntas. Se nos cuela un fascista de cartón-piedra. Nuestra Teresa le hace una nave de judo verbal desde su butaca al «aguerrido» camisa negra. Lo que fue un hecho entre esperpéntico y desagradable nos sirvió para ilustrar como el pensamiento de don Antonio se encuentra en la antípoda de estos que sueñan con lucir su disfraz de guerrero de Amazon en su machote Estado fascista. ¡Minusválidos políticos y morales! Todos ellos, los que luchan por el Estado de un signo o de otro, son antimateria para un movimiento que busca la primacía de la sociedad civil sobre el Estado. Tiranías, más o menos rebajadas, o democracia. No hay otra. Gracias don Antonio por enseñarnos.
Unos días después, Alan nos regala un extenso artículo que nos vuelve a llevar a esa mágica tarde del sábado. Bien. Nos hemos demostrado nuestra capacidad de organización y de ilusión. El 28 de febrero recordábamos la muerte de nuestro más insigne repúblico. El día 1 de marzo, su resurrección en la memoria de muchos. El proyecto de la libertad colectiva no se puede contemplar desde la meta. Irremediablemente esta perspectiva solo nos llevaría al desaliento y la depresión. Los grandes proyectos solo se pueden realizar desde el aquí y desde el ahora. Buscar primero el cambio en uno mismo, no en el mundo que nos rodea. Dar un buen paso, no soñar con la Jerusalén libertada.
La máquina del MCRC y los simpatizantes de don Antonio está engrasada. ¡No dejemos que pare! Hay que seguir echando madera a la locomotora de la verdad y la democracia. La fórmula función de teatro-debate funciona. El arte siempre ha sido una forma de entrar por la puerta de atrás, por el pasillo de lo estético y lo emocional, salvando así las barreras de los tópicos, los prejuicios y la programación mental. Unas veces, como prolongación de las oligarquías, el arte los reforzaba; otras, como embajador de la verdad, los combatía. Mas el arte, como proclama Unamuno precisamente en su Vida de Don Quijote y Sancho, no puede ser el alcahuete de la mentira. En nuestro caso, el arte teatral nos sirve para desenmascarar un relato, el de «la Transición», y hacer justicia a un hombre que ligó su vida a la verdad y a la libertad, pagando un precio altísimo.
Por eso debemos dar el siguiente paso. En Madrid, en Granada, en Barcelona, en Oviedo, en Bilbao, en Castellón, en Murcia… Allí donde el MCRC esté dotado de más músculo… Recordemos aquella marcha que quería organizar don Antonio desde Asturias hasta Barcelona… Pensemos en aquel teatro itinerante de La Barraca de Federico García Lorca o las Misiones Pedagógicas de la República que pretendían rescatar al pueblo de su ignorancia y su postración cultural. Hoy nos toca rescatarlos de la alienación política y moral en la que nos tiene sumidos el Estado de partidos. ¡No nos paremos! Hagamos números, hagamos letras… Encontremos nuestra velocidad justa para enseñar al resto de España quién fue don Antonio y qué es la democracia…
Mil gracias a Alberto Gálvez por su fabulosa obra, Patología de la Transición y por este maravilloso artículo. El pasado sábado 1 de marzo, tuvo lugar un acontecimiento histórico, la primera representación teatral sobre lo que realmente aconteció durante la transición. La verdad descriptiva de los hechos reales (Antonio García-Trevijano). Sólo se puede salir del engaño exponiendo la verdad.
Sin verdad no puede haber libertad. Don Antonio lo tenía claro. La verdad hace libre… Y llevamos 50 años de mentira institucional. Gracias por tu apoyo!
Todo un exito. Magnífica obra. Gracias Alberto.
La obra es el envés, el coloquio con la presencia fue el haz del evento… Gracias a vosotros…
Aquí la otra Bárbara. La que no es del MCRC pero cada día aprende de vosotros, y por supuesto de Don Antonio. Agradecer a vuestra asociación esta experiencia que para mí fue inolvidable, así como la participación en nuestro humilde programa tanto de Alberto como de Pedro Manuel.
Agradecida de haber podido mostrar a mi hijo que la historia no es siempre la que te cuentan en la escuela. De haber podido compartir la emoción de ese final que como decía Alan nos hizo llorar a muchos entre los que me encuentro y orgullosa de ello, porque significó que esa forma de llevar la palabra de Don Antonio fue un rotundo éxito.
Y por supuesto, compartiendo con Alberto el deseo de que otras muchas zonas de este maravilloso país puedan vivir la experiencia como todos los que tuvimos el privilegio de estar ese día compartiendo el estreno.
Gracias a todos vosotros.
Todos los conocedores y admiradores de don Antonio debemos poner nuestro grano de arena para desasnar políticamente este país… Se lo debemos a los que nos van a seguir en este predio y a los que ya no están… Gracias por vuestro programa… Fue un lujo tomar la adarga y la lanza en ristre de vuestra mano en los predios de Youtube… ¡Ojalá nos veamos por vuestras tierras muy pronto!
Me faltan las palabras para expresar todo lo sentido durante la función… Admiración, risa, tristeza, exaltación…. Fue un grandísimo momento que tenemos que agradecerte, Alberto. Y unas cuantas cosas más…
Encantado y agradecido de leerte, escucharte y de haberte conocido.
Ojalá la obra se expanda por toda España para dar a conocer la verdad.
Arte en estado puro.
No hay obra sin público. No hay mensaje que valga sin espectador que no lo comparta… Los actores y su público pueden ser una caja de resonancia de las verdades más incómodas… Tu comentario así lo muestra… Muchas gracias… Hagamos sonar los tambores, como dices, por toda España… ¡Compartimos pronto!