En Grecia, hace dos semanas, el joven de quince años Alexis Grigoropulos murió a causa de los disparos de un agente, lo que provocó disturbios y manifestaciones contra la brutalidad policial y la gestión del Gobierno; ayer, mientras los agricultores cortaban la principal carretera hacia el norte del país durante varias horas en protesta por los bajos precios de sus productos, grupos de estudiantes cerraban el tráfico en las afueras de los tribunales de Atenas y bloqueaban el acceso a varias estaciones de metro, esperando que se dé a conocer el informe balístico que aclare si la muerte de Alexis fue intencionada o accidental (el rebote de una bala disparada al aire).   El primer ministro griego ha pedido disculpas por los escándalos de corrupción que han estallado durante su mandato y ha prometido luchar contra ella y reformas en el sistema de enseñanza para “solucionar los problemas de la juventud”, en medio del malestar social ante la alta tasa de desempleo juvenil y la ola de protestas de estudiantes que han ocupado cientos de escuelas y facultades exigiendo medidas políticas de apoyo. Karamanlis, tras declarar que todos condenaron la muerte del muchacho, pero que “algunos fueron enemigos de la paz social y de la democracia”, sostiene que no se debe “confundir o mezclar la violencia y el vandalismo con las peticiones de los jóvenes”.   Mientras en la NET estaban emitiendo en directo una información sobre la comparecencia parlamentaria del primer ministro en el que éste asumía que los jóvenes están decepcionados por “la falta de meritocracia, la corrupción de la vida diaria y un sentimiento de injusticia”, una veintena de ellos entraron en las instalaciones de ese canal de televisión pública, interrumpiendo la trasmisión del telediario vespertino. Un testigo afirma que “vinieron de forma pacífica. No usaron la fuerza y pidieron protestar en antena por la muerte del adolescente”: algo a lo que accedieron los programadores de la cadena.   Durante varios minutos, los jóvenes manifestantes han permanecido en las pantallas portando pancartas en las que se podía leer: “Dejad de mirar y salid todos a las calles” y “Libertad para todos”.   hechos significativos   El vicepresidente de los EEUU, Dick Cheney, aboga por mantener abierta indefinidamente la prisión de Guantánamo, así como el uso de la “asfixia simulada” en los interrogatorios. Rosa Díez cae en la cuenta de que el Congreso de los Diputados “ni parlamenta ni controla al Gobierno”.

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