El confidencial informaba ayer de que los banqueros españoles habían conseguido por fin que el gobierno y el parlamento, en su inmensa mayoría, aprobase la entrega de miles de millones de euros de la caja común nacional para sanear sus cuentas particulares. Lo que les permitirá, una vez más, obtener beneficios al final de sus ejercicios contables -beneficios que no repartirán entre el resto de los españoles. Pero dicho rescate, según afirman, “es necesario para el resto de empresas”, en concurso de acreedores y de trabajadores (tres millones y medio en espera de serlo).   Los banqueros, no sólo los españoles, están demostrando ser más marxistas que el propio Marx (“Lo que hay de cierto es que no soy marxista”). Son los únicos que han hecho realidad la unión global de una clase económica para conquistar el poder político: “Banqueros del mundo, uníos”. Incluso han reclamado y conseguido a su favor medidas propias del Manifiesto Comunista como son las nacionalizaciones.   “Conquistar el poder es ponerlo a nuestro servicio” han debido de pensar los principales bancos del mundo. Pero imposible dar semejante golpe de palacio sin un sistema contrario a la representación política, la división de poderes efectiva, y la elección directa del jefe del ejecutivo. Sólo en un capitalismo burocrático y partidocrático podría darse la crisis financiera y económica actual porque sólo en él las consecuencias sociales catastróficas (externalidades negativas) de sus especulaciones son permitidas.   La élite económica global ha dado un golpe de Estado en cada partidocracia, en su especialidad de “Golpe de Palacio”, revelando así la consistencia de la servidumbre mediática e intelectual, y, concitando, sin embargo, las esperanzas para una inminente instauración de repúblicas constitucionales, pues tan responsable de la traición a la sociedad civil es la élite política como su simbiótica élite económica.   Pedro Solbes (foto: jmlage)

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