En un fragmento del  discurso de clausura del 17 Congreso del Partido Popular, su Secretaria General Doña Dolores de Cospedal intentaba encadenar una serie de razonamientos con evidente falta de concreción y en los que no llegó a profundizar. De no saber que esta persona posee una formación jurídica de alto nivel –pertenece al prestigioso Cuerpo de Abogados del Estado- podríamos pensar que, como tantos políticos, ignoraba lo que decía, pero sabiendo que tiene una formación y una capacidad que le habilita para hablar de algunos asuntos con cierta autoridad, me hace sospechar que: o simple y llanamente eran palabras livianas y con un punto demagógico que hacían un guiño liberal a sus compañeros de partido (como si hiciese falta) o quería dejar entrever algo que no alcanzo a descubrir del todo y que tiene que ver con los dos pilares de la democracia formal: la representación y la separación de poderes.

Dijo textualmente:  “  […] en la Constitucion de Cadiz hace 200 años un puñado de hombres y mujeres forjaban la idea que hoy todavia permanece en nuestro espiritu y en nuestra memoria de que España tenia que estar a la vanguardia de la modernidad […] Y en esa Constitución se forjó la nación española y se habló de la soberania nacional y se habló de la representación y de la separación de poderes y de la defensa del hombre y del ciudadano, y esos son los valores que representa nuestro partido y esas son las metas que persigue nuestro partido desde las Cortes de Cadiz porque forman parte de nuestro ideario como partido político […] del que forman parte, y lo forman de manera muy importante. Siempre nos hemos guiado por la senda constitucional, siempre hemos reivindicado el espíritu de consenso y de diálogo de la Constitución de Cádiz y de la heredera de nuestra Constitución de Cádiz que es la Constitución del 78 y de ese espíritu de la Transición.[…] “

Parece que en ese discurso la Señora Cospedal intenta establecer algún tipo de analogía entre el espíritu liberal de la Constitución de 1812 y el bodrio partidocrático  que tenemos hoy en día. ¿Qué, si no , nos quiere decir la secretaria general?

Atengámonos al discurso:

1.- Dice la señora  Cospedal que ¨se habló de la soberanía nacional¨. Sí, en las Cortes de 1810 se habló y se removió con prisa  la sede de la soberanía, que de estar  depositada en en el rey, se hizo recaer directamente sobre la representación nacional como si a la luz de la tradición histórica dichas Cortes siempre se hubieran reunido con el caracter de una genuina representación popular y de plena soberanía. Para el efecto de la  instalación formal de las Cortes de Cádiz en 1810, todos aceptaron la idea de que aquellas cortes se reunieran tanto por el sistema de brazos tradicionales, como por sistemas especiales de nombramientos  -los americanos pusieron en marcha juntas autonomistas que comenzaron un proceso de ¨soberanía¨ regional  que incluía las elecciones que se convocaban para elegir diputados, aceptando incluso suplentes en las personas naturales que se hallasen residentes en España.

2.- Dice la señora Cospedal que se habló de representación. En la Asamblea Constituyente de 1810  se suscitó el debate de porqué valían menos diputados los 16 millones de habitantes en América que los peninsulares  y se utilizó un complicado procedimiento electoral por sufragio universal masculino indirecto en cuarto grado, en el cual tenían derecho de voto todos los hombres mayores de 25 años, que elegían a unos compromisarios que a su vez elegían a los diputados.

Si hoy se hablase de representación en unas Cortes Constituyentes  se suscitaría el debate de por qué se utiliza todavía la Ley D´Hondt de la que se benefician quienes menos representación merecen, y que reparte escaños de manera proporcional, por lo que tampoco representa a los ciudadanos. Por el contrario, si se eligiese un diputado por cada circunscripción de cien mil habitantes, con mandato imperativo y revocable, sí estaríamos hablando de representación legítima y genuina por primera vez en España. ¿Por qué la Secretaria General del Partido Popular saca a colación la representación en el contexto constitucional decimonónico, y no dice nada de la Ley Electoral en vigor actualmente.

3.- Dice también que se habló de la separación de poderes.  La Constitución de 1812 intenta diferenciar claramente quién hace las leyes, quién las ejecuta y quién las aplica: Poder Legislativo: “la potestad de hacer las leyes reside en la Cortes con el Rey”; Poder ejecutivo: “la potestad de hacer ejecutar la leyes, reside en el rey”; Poder Judicial: “la potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los Tribunales establecidos por la Ley” (Art.15-16-17)

No veo analogía alguna ni equivalencia con el sistema actual más allá de la falta real de separación de poderes en  origen en ambos contextos históricos, puesto que en Cádiz el rey está presente en el ejecutivo y en el legislativo, y en el actual el legislativo elige al ejecutivo, rehén del segundo  porque su partido tiene mayoría de escaños, y además lo sienta en su cámara, de manera que que en ninguno  de los sistemas está instituida la separación de poderes en origen mediante votaciones separadas.

¿Es que Doña Dolores tiene en mente alguna manera mejor de establecer la separación de poderes?

Tampoco veo que la conocida como la Pepa contuviese ningún tipo de espíritu de¨consenso¨ , palabra mágica desde los tiempos de la Transición y que sirve como comodín  para los políticos que no se atreven a decir ¨acuerdo o pacto sin consentimiento y a espaldas de la población¨.

Pero lo cierto es que, en el momento de su proclamación, la Constitución de Cadiz de 1812 sí significó una auténtica ruptura con lo que existía con anterioridad, cosa que no hace la CE de 1978 pues mantiene a un rey designado por el anterior dictador, lo que es de facto una reforma pero no una ruptura. ¿Es que la Señora de Cospedal quiere hablar de ruptura? Si es así entenderá que los repúblicos aboguemos por la abstención activa en las elecciones, pues de esa manera pretendemos deslegitimar el régimen de partidos para romperlo y convocar unas Cortes Constituyentes como las que ella tanto admira y a las que se podrá presentar para presidente de la República incluso el presidente honorario de su partido. Y habría incluso quien le votase, que en España hay gente para todo.

Quizá mi optimismo oculte a mi intelecto que desgraciadamente me encuentro de nuevo ante algo que es sólo demagogia, como de costumbre. Los españoles, súbditos de una  monarquía a cuyo ocaso asistimos,  hemos desarrollado una tolerancia a la demagogia de los políticos semejante a la que desarrollamos al pasar de la proteína de la leche materna a la proteína de la leche de vaca, que pasa a través de nuestro organismo y es metabolizada en la mayor parte de los humanos.

Sin embargo, al igual que muchas personas no consiguen metabolizar esa lactosa vacuna, las mentes de los repúblicos, ya destetados de la partidocracia,  tampoco metabolizan esa demagogía fluida pero que huele como la leche de vaca fermentada que los políticos se empeñan que traguemos, lo que nos produce una reacción alérgica que se manifiesta en forma de ABSTENCIÓN.

Fotografía de Historia a tope

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí