Estado y Gobierno son dos conceptos pertenecientes a la ciencia política que tienden a mezclarse y tratarse de manera parecida hasta el punto de utilizarse indistintamente. Previamente a hacer esta distinción, conviene antes definir, brevemente, la diferencia entre Estado y Nación.

La Nación es un hecho objetivo de existencia, dado por la historia, y en cuyo seno conviven un conjunto de individuos que comparten una cultura o modo de vivir colectivo, y que acaban conformando una sociedad. Es la personalidad individual de cada uno de los nacionales lo que se determina por la existencia de la nación, ya que la nación carece de personalidad. Dentro de esta sociedad existen diferentes clases sociales, con diferentes estatus económicos, de poder, de fuerza, etc. En la Nación se sustenta el Estado como una evolución artificial con la intervención de voluntades humanas pertenecientes a una o más clases sociales, no necesariamente todas. La Nación es, por lo tanto, anterior al Estado. El Estado es una organización planificada para ser estable, con la función de ocuparse de la burocracia, la administración, las obras públicas, la defensa militar, etc. El Estado es quien dota de personalidad jurídica a la Nación que carece de ella. La nación es, resulta ser y en cambio el Estado está. La nación es un hecho de existencia y el Estado un resultado de la experiencia humana.

El Gobierno es el brazo ejecutivo del Estado que actúa en su nombre. Tiene que actuar según los poderes que se le han dado como poder ejecutivo. Por lo tanto, el Gobierno es una parte del Estado, no es el Estado en sí, al igual que otras partes son las instituciones judiciales, las fuerzas armadas, la administración pública, etc.

Una vez que sabemos que el Estado se sustenta en la Nación, y que el Gobierno es una parte más del Estado, ambos pueden tener diferentes formas. Actualmente muchos debates se limitan a cuestionar si la forma de Estado debe ser Monarquía o República, sin pararse a preguntar qué tipo de Monarquía o qué tipo de República. Respecto a la forma de Gobierno, que pueden ser muy variadas, hoy en día se simplifica hasta tal punto que se puede llegar a hablar únicamente de dictadura o democracia. Sobretodo teniendo en cuenta que la mayor parte de los países del mundo se autodefinen como democráticos, lo sean o no (algunas dictaduras incluso introducen la palabra en su nombre oficial), cuando la democracia, en su definición formal, es muy precisa y establece claramente cuáles son las condiciones que se tienen que cumplir para que así lo sea. Baste decir que el parlamentarismo es una forma de gobierno distinta de la democracia a pesar de que existe la creencia de que son lo mismo.

Una clasificación tradicional de las formas de Gobierno las distingue por quien tiene el poder: dictadura, como gobierno de uno solo; oligarquía, el gobierno de un grupo reducido; y democracia, el gobierno de todos. En la tabla presentada en este artículo queremos hacer una distinción más exhaustiva y ateniéndonos a ciertos criterios fundamentales.

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Aclaraciones

Destacamos principalmente el poder ejecutivo y el poder legislativo para poder centrar el estudio en quien lo sostiene, si el Estado o la Nación, punto crucial de la separación de poderes.

Respecto a los sistemas de elección del poder legislativo explicamos brevemente dos de ellos, siendo los demás autoexplicativos. En el sistema mayoritario de distrito uninominal, o sencillamente de diputado por distrito, la Nación se organiza por distritos de un tamaño aproximado. En cada distrito se puede presentar libremente cualquier ciudadano, perteneciente o no a un partido, para ser su diputado. Los ciudadanos eligen en votación directa quién de los candidatos presentados va a representarlos, en primera vuelta por mayoría simple, o en segunda vuelta entre los dos más votados de la primera. En las versiones más modernas el diputado puede ser revocado de su cargo si la mayoría del distrito así lo decide, reemplazándolo por un sustituto. En el sistema proporcional de listas de partido los diputados tienen que formar parte obligatoriamente de un partido, no pudiendo presentarse ciudadanos independientes. El jefe del partido elige previamente a las personas que formarán parte de la lista en un proceso ajeno a los ciudadanos, por lo que el futuro diputado le debe el puesto a su jefe. El número final de diputados que tendrá cada partido se reparte proporcionalmente según los votos de los ciudadanos a las listas, pudiendo variar el mecanismo de reparto.

Existe representación cuando el mecanismo de elección del diputado le obliga a defender los intereses de los ciudadanos del distrito electoral que lo ha elegido, independientemente de lo que pueda decir el jefe de su partido, en el caso de que pertenezca a uno, u otras personas no pertenecientes al distrito electoral. En caso contrario los ciudadanos, a través del propio mecanismo de elección y revocación, podrán retirarle su mandato.

Existe separación de poderes cuando el mecanismo de elección de los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) se hace en origen, es decir, directamente por la sociedad civil o clase gobernada, y sin intervención de ninguno de los otros poderes. Por lo tanto, existirán elecciones presidenciales para que la sociedad civil elija directamente quién será su presidente, separadas, y normalmente en fechas distintas, a las elecciones legislativas, donde los ciudadanos eligen al poder legislativo. Del poder judicial basta mencionar que debe asegurarse que ninguno de los  otros dos poderes pueda influir en él, directa o indirectamente, ni eligiendo sus cargos ni decidiendo su presupuesto.

Para más información consúltese el artículo del cual éste bebe: resúmen de formas de Estado y de Gobierno.

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