En una España cuya Administración se encuentra casi paralizada, tanto por el caos político como por la grave falta de medios, a pesar de haber sometido a los españoles al mayor expolio fiscal de su historia, donde la Justicia, por poner un ejemplo grave, nunca había funcionado peor y con más lentitud, con los jueces desbordados y desmotivados con un presupuesto miserable de ¡1.577 millones de euros!, una banda de sediciosos exige al Estado la entrega de 7.560 millones de euros para pagar su deuda y para seguir construyendo las estructuras de la República catalana, empezando por un Ministerio de Exteriores y nuevas embajadas. Y Rajoy promete su entrega a sabiendas de que parte de ese dinero será empleado en un delito de sedición anunciado, un delito clarisimo de malversación, porque destina deliberadamente fondos públicos para fines delictivos, a lo que se uno otro delito de complicidad con la propia sedición.

Y como la indignidad y la cobardía del Gobierno carecen de límites, no hay insulto ni desafío a España del que los sediciosos no sean capaces porque les sale gratis total: han ordenado a la Diputación de Barcelona que deje de ingresar en Hacienda las retenciones por IRPF de sus 5.000 funcionarios, y lo haga en la Agencia tributaria catalana, sumándose a los más de 80 consistorios que lo hacen desde hace tiempo sin que haya pasado nada. El miércoles pasado, Inés Arrimadas, portavoz de C’s, protagonizó un duro enfrentamiento en el Parlamento catalán acusando a Puigdemont de “utilizar a los funcionarios como arma política”. Unos funcionarios pagados con el dinero que les entrega Rajoy, y que utilizan como fuerzas de choque en todas las manifestaciones separatistas.

Montoro amenaza con las penas del infierno a instituciones y funcionarios, pero como luego no hacen nada, sus amenazas solo sirven de objeto de burla. Artur Mas acaba de explicar al juez del 9-N que Rajoy “no hizo el menor esfuerzo por impedir la consulta” y denuncia la “pasiva conformidad” del Gobierno con la misma. Y es que con independencia de los delitos de malversación y complicidad, Rajoy viene cometiendo desde 2012 otro delito gravísimo de prevaricación omisiva por incumplimiento deliberado de sus obligaciones como presidente del Gobierno. Nunca en la historia de Europa un jefe de Gobierno ha hecho dejación tan absoluta de sus deberes ante un puñado de sediciosos que además carecen de fuerza real.

¿Quien ideó la indigna reunión del Prat?

Justo al día siguiente de que Junqueras exigiera al Gobierno la entrega de 7.560 millones, De Guindos recibe una ‘llamada desde Barcelona’ en la que ‘alguien’ le pide que a su vuelta de Bruselas haga una escala en Barcelona para hablar en privado con Junqueras.¿Cuántas personas hay en Barcelona con capacidad para llamar al ministro de Economía y que acepte sin rechistar el cometer tal infamia? Infamia porque un ministro de un país decente no puede aceptar plegarse al capricho del jefe de una banda de sediciosos. Un ministro mínimamente digno le dice al ‘peticionario’ de Barcelona, primero, que le diga Junqueras para qué quiere verle y, después, que sus puertas en el ministerio están abiertas para hablar de lo que se quiera, pero, eso sí, con luz y taquígrafos, porque se trata del dinero de todos los españoles y en consecuencia eso no se puede tratar en secreto.

El vicepresidente y 'conseller' económico de la Generalitat, Oriol Junqueras. (EFE)

Parece que el ‘peticionario’ le dijo que así se “limaban asperezas”, el discurso habitual de los grandes banqueros y empresarios catalanes, según el cual hay que darles a los sediciosos todo lo que pidan para evitar ‘el choque de trenes’ (de un tren blindado contra una carretilla), cuando la realidad ha demostrado hasta la saciedad que lo que ocurre es exactamente lo contrario, el dinero se emplea en financiar el proceso independentista y ahora se va a emplear en construir las estructuras de Estado de una hipotética República catalana. Montoro se agarró un cabreo monumental, llamó a De Guindos por teléfono y le dijo “quién coño te has creído que eres para hablar de temas de financiación autonómica que no son de tu competencia”.

Una bronca épica, y al final Montoro consigue tomar las riendas de la negociación. ¿Para qué? Pues solo para salvar el fuero, porque luego acabó cediendo por orden de Rajoy. Nunca he podido entender, querido Montoro, cómo has podido plegarte y realizar una política económica contraria a la que me dijiste y sabías era la única posible: bajar impuestos y recortar drásticamente gasto. Y ahora tienes que tragar a una banda de sediciosos que meterías en la cárcel si estuviera en tu mano, y cuya incompetencia y venalidad ha llevado a Cataluña a la quiebra: cuando tienen que atender a vencimientos que no pueden cubrir, piden que el Gobierno de España lo haga e increíblemente prometéis hacerlo.

Pero además no se ha llegado a esta situación de golpe, sino mediante una degradación de año a año ordenada por Rajoy, que ha entregado ya más de 50.000 millones de euros a los sediciosos que ahora están en quiebra. Vamos a ver, Montoro, ¿no me dijiste poco antes de las elecciones en el programa ‘La vuelta al mundo’ de Carlos Cuesta que ibais a intervenir todas las CCAA que no cumplieran los objetivos de déficit para evitar el desastre? Cataluña, Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha estaban quebradas ya entonces, y ¿qué hicisteis en lugar de intervenirlas? Crear el FLA para que no quebraran y pudieran seguir despilfarrando sin límite ni control alguno.

Cristóbal Montoro.

Mira Montoro, esto es el colmo del disparate y de la indignidad, y lo sabes. ¿Con qué derecho vais a entregar un dinero que España no tiene a una banda de sediciosos incompetentes y venales? La excusa de no dejar quebrar a Cataluña es absurda, porque no ocurrirían las desgracias que cuentan los opinadores ignorantes y otros que no lo son, como Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), cuyas afirmaciones son incompresibles. Porque ¿qué pasó cuando el Gobierno de EEUU dejó quebrar a California? Nada en absoluto. Luego intervino California, cortó las cabezas de los responsables y puso en orden el gasto. Tú sabes, Montoro, como me dijiste, que el problema de las autonomías no es la financiación, es el gasto, y si se les da el dinero sin control alguno, la situación no mejora sino que empeora, porque el resultado es más gasto y más déficit.

De “cordial y productivo” calificaría el encuentro el sedicioso Junqueras, sobre todo productivo, se lleva 350 millones para seguir financiando las nuevas estructuras de la República catalana, la promesa de recibir otros 1.000 millones como ‘liquidación’ de 2015, una auténtica broma, y que el Estado cubrirá todas sus deudas a vencimiento. Aunque la situación económica de Cataluña es tan catastrófica por culpa de los sediciosos que S&P acaba de rebajar aún más su calificación crediticia, que está ya ¡cuatro escalones por debajo dentro del bono basura, al mismo nivel que Angola! Una forma gloriosa de empezar la nueva República, Cataluña no puede sobrevivir en manos de esta chusma y tiene que ser intervenida. Es el núcleo del cáncer dentro de la metástasis autonómica que está destruyendo España.

¿Y qué opina Bruselas, querido Montoro, al ver que os pasáis la Ley de Estabilidad por el forro y toleráis que Cataluña multiplique por casi cinco el déficit permitido?. Ya basta de engañar a los españoles contando que hay que dar lo que exigen los sediciosos porque la quiebra de Cataluña arrastraría la de España. Cataluña no tiene por qué quebrar, pero los ineptos y los ladrones que la han llevado a esto no pueden seguir al mando, es un insulto a la inteligencia y un robo a los españoles. Supongo, Cristóbal, que no se te escapará: estás siendo colaborador necesario de los delitos de malversación y complicidad.

Volviendo a De Guindos, no sabemos quién le convenció para desviar el avión oficial y reunirse con el jefe de la banda en Barcelona, pero lo que sí sabemos es que De Guindos está buscando trabajo desesperadamente, y que al fracasar todas sus opciones europeas, que tanto se había trabajado devolviendo a las cajas alemanas, francesas y holandesas hasta el último céntimo, algo que no ha ocurrido en ningún lugar del planeta, ahora las está buscando en España. Su arrogancia solo superada por su incompetencia -no tiene idea de banca y en Lheman era solo un conseguidor que además no conseguía- le darían la puntilla en Europa y ahora solo tiene una opción: Criteria, el grupo industrial de la Caixa. Y la pregunta es: ¿tiene relación el insólito desvío del avión oficial con una poltrona en Criteria?

El error Berenguer hoy el error Rajoy

El 15 de noviembre de 1930, José Ortega y Gasset, el más brillante e influyente pensador político de la época, publicaría un artículo histórico en el diario ‘El Sol’ titulado ‘El error Berenguer’ (1), que precipitaría el advenimiento de la República, aunque luego el propio Ortega, espantado ante el sectarismo y el guerracivilismo de la izquierda española -igual que hoy-, clamaría “¡no es esto, no es esto!”. Pero vayamos a Rajoy, a quien las denuncias de Ortega le son de aplicación plena: “Hagamos como si aquí no hubiera pasado nada”, “nos ha vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años [cuatro Rajoy] y, no obstante, pretende, impávido, seguir al frente de los destinos de esos españoles y de esa España”. “Quiere una vez más ignorar la desastrosa situación y salir del paso, como si los 20 millones de españoles [46 hoy] estuviésemos ahí para que él saliera del paso”.

“Hemos padecido una incalculable desdicha. La normalidad que constituía la unión de todos los españoles se ha roto. La continuidad de la historia legal se ha quebrado. No existe Estado español. Este es el error Berenguer del que la historia hablará. Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el Régimen mismo; nosotros, gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestros conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo! ‘Delenda est Monarchia”.

Rajoy ha cometido innumerables delitos de carácter penal a los que ya me he referido, delitos tan claros que resulta sorprendente que hasta ahora ninguna asociación civil o ningún partido político no perteneciente a la casta no lo hayan denunciado, cuando el tema es extremadamente sencillo. Pedir al Congreso un suplicatorio que está obligado a dar porque así lo establece una sentencia del Tribunal Constitucional, y después presentar la querella por malversación, complicidad y prevaricación omisiva ante el órgano judicial competente, que no es otro que el Tribunal Supremo, y que, además, es razonablemente independiente del Gobierno, y en especial la sala 2ª de lo penal, que lo es absolutamente. Si alguien toma esta iniciativa, podremos decir parafraseando a Ortega: ‘delendus est Rajoy’.

(1) Dámaso Berenguer fue el jefe del Gobierno que sucedió a la dictadura de Primo de Rivera.

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