En esta España a la deriva, con una clase política o sin ideas ni proyecto alguno excepto más gasto, más impuestos y más deuda, o, peor aún, con la intención de destruir todo lo existente y sustituirlo por una dictadura populista bolivariana, habría que estar ciego para no ver que unos y otros nos están arrastrando a un desastre político, económico y social.

¿Cómo es posible que un partido político con opciones de gobierno pueda afirmar que debemos pedir perdón por el descubrimiento de América o a los musulmanes por la reconquista de Granada? Y en el colmo del totalitarismo -porque no respetan la libertad ni la ley excepto la suya propia-, ¿cómo pueden pretender que los jueces presten juramento de fidelidad al ‘Gobierno del cambio’ como en la Alemania nazi? ¿O cómo no avergonzarse de las alcaldesas Carmena y Colau, una de traca, otra llena de odio a España, y ambas guerracivilistas y anticristianas beligerantes?

¿Cómo una activista radical, sectaria e ignorante, que ni siquiera fue capaz de acabar una carrera, osa insultar en público a dos coroneles del Ejército de España en un salón dedicado a la enseñanza, cuando las academias militares ocupan un lugar esencial de la educación superior en todo el mundo civilizado? ¿Qué va a hacer el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Su Majestad Felipe VI, ante esta gravísima ofensa? ¿Acaso va a ir a Barcelona a desagraviar a su Ejército, que es el Ejército de España, o solo va a Barcelona al Salón del Automóvil para hacer de chofer del jefe de la banda de sediciosos? Ahora podremos comprobar de nuevo los españoles de qué madera está hecho don Felipe; algo ya visto con su nulo cumplimiento de sus obligaciones constitucionales de mediar y arbitrar.

Felipe VI. (EFE)

Sin embargo, en este piélago de indignidad y de cobardía, nada peor que la complicidad con la sedición del autócrata Rajoy, que para nuestra desgracia es jefe del Gobierno y en consecuencia tiene poder suficiente para evitar la consumación de la alevosa traición a España y no lo hace. Habría que retroceder 1.300 años, hasta el obispo Oppas, para encontrar en nuestra historia un caso de felonía semejante al perpetrado por Rajoy ante la sedición catalana. Una ignominia con el agravante de que obligue a su ministro De Guindos a desviar urgentemente su avión a Barcelona para prometer al sedicioso Junqueras el adelanto de miles de millones, que serán sin duda empleados, como en otras ocasiones, en acelerar el proceso de independencia de Cataluña. Se trata de la mayor felonía cometida en Europa jamás.

Malversación de fondos públicos

La Comisión nos remite por escrito una seria advertencia en la que se exige al Gobierno aplicar los instrumentos preventivos y correctivos previstos en la Ley de Estabilidad (y de los que Rajoy ha hecho dejación total), un escrito que es la antesala a medidas sancionadoras serias contra España. En el mismo momento en que nos remite ese documento, resulta inaudito que se considere siquiera la exigencia de entregar 7.520 millones -¡un 32% más que todo el presupuesto de Defensa!: si es que se han vuelto locos- a un puñado de sediciosos, cuando el total previsto del Fondo de Liquidez Autonómica para 2016 es de 5.834 millones y lo que correspondería a Cataluña serían 1.165 millones. ¿Pero cómo se atreven? Pues porque tiene enfrente a un Gobierno de cobardes que no duda en arrastrar por el fango el honor y la dignidad de toda una nación.

Rajoy, que ha incurrido además en un grave delito penal (art. 408 del Código Penal) al no perseguir el delito de desobediencia en los tribunales y el de sedición, y todo su Gobierno deberán ser procesados algún día como ocurre en todos los estados de derecho. Nunca en la historia de la civilizaciones se había producido una claudicación semejante, pero esto es ya la gota que colma el vaso de la dejación, de la cobardía y de la traición. Y por si fuera poco, este dinero, que es un préstamo sin interés pero que se debe devolver, los jefes de la banda de facciosos ya han anunciado que no piensan devolverlo. Casi resulta imposible el imaginar una mayor infamia.

Junqueras y Puigdemont, en el Parlamento catalán. (EFE)

Dentro del Himalaya de mentiras con las que Rajoy ganó las elecciones, una de las más relevantes sería su promesa de “enviar los hombres de negro” , o sea, intervenir, a todas las CCAA que no cumplieran los objetivos de déficit. Así lo confirmaría Montoro durante los dos primeros meses de Gobierno y así efectivamente parecía cuando se convocó en Madrid a los presidentes de todas las CCAA a principios de marzo de 2012. Sin embargo, ante el asombro de todos, Rajoy hizo justo lo contrario. “No dejaré quebrar a ninguna Comunidad Autónoma”, diría este insensato. Los presidentes autonómicos que venían dispuestos a recortar gasto como fuera antes de que les intervinieran, brindarían con champán y tirarían a la papelera los proyectos de reducción de déficit.

Ese año, las CCAA recibirían 16.638 millones, y Cataluña se llevaría la parte del león con 6.665 millones o el 38% del total, cuando le correspondía solo el 19%. Valencia sería la siguiente, con 3.830 millones, Andalucía conseguiría 2.793 millones y, ¿cómo no?, Castilla-La Mancha, dirigida por la dilapidadora Cospedal, recibiría 1.037 millones. España cerraría 2012 con el mayor déficit público de la zona euro, 10,7% (11.000 millones más que en 2011, cuando fue del 9,4%), y ello a pesar del maquillaje de Montoro retrasando determinadas devoluciones fiscales (“cuando lo vimos, no podíamos creérnoslo” dirían en Bruselas). Pero no hicieron absolutamente nada para obligar a Rajoy a corregirlo.

Y lo primero que hizo Mas fue crear un Consejo Asesor para la Transición Nacional de Cataluña, es decir, poner en marcha el proceso independentista con el dinero recibido, y el cobarde de Rajoy, como siempre, en lugar de quitarle la asignación del FLA, lo que hubiera hecho cualquier persona decente, miró para otro lado. Claro que, como le dijo Sánchez en el debate de televisión, Rajoy no es una persona decente, aunque es mucho peor que eso: es un traidor a España y a los españoles. Mas afirmaría también que “seguirían construyendo estructuras de Estado”. Al año siguiente, y para ayudar a construirlas, de 19.809 millones, Rajoy entregaría a Mas como premio a su felonía 10.051 millones, el ¡51% del total! Y el año pasado exigirían urgentemente 700 millones para la paga extraordinaria a sus funcionarios, las fuerzas de choque que encabezan las manifestaciones y queman nuestra bandera. Y Montoro se los dio; tres meses, después Mas declararía el inicio de la independencia.

En conjunto, los Fondos de Liquidez del Estado puestos en marcha por Rajoy para premiar a los dilapidadores, a los corruptos y a los sediciosos ascendieron en el periodo 2012-2015 a 178.896 millones, todos sin intereses, sin control alguno y sin posibilidad real de recuperación. Todo un festival de malversación de fondos públicos, un grave ilícito penal que estamos hartos de ver en la mayoría de casos de corrupción. Pero ¿qué son los cientos de millones que están siendo juzgados en los tribunales comparados con las decenas de miles que han malversado Rajoy y su Gobierno? ¿Cómo se puede explicar la entrega de tan gigantescas cantidades sin control alguno, y lo que es peor, el haber hecho caso omiso de la Ley de Estabilidad, lo que añade al delito de malversación otro delito de prevaricación?

La indiferencia de la sociedad española

Hay un artículo histórico de Antonio García Trevijano, el mejor pensador político español de todos los tiempos, escrito en 1988 y titulado ‘De la España diferente a la España indiferente’. Explica Trevijano cómo ante el gigantesco fraude de la Transición que nos hurtó la democracia y nos impuso un régimen oligárquico de partidos, sin separación de poderes y con diputados que no representan a los electores sino a los autócratas que les colocan en una lista, los españoles “no desean utilizar sus libertades para participar en la dimensión pública de su existencia, que les es impuesta desde fuera por los dirigentes de los partidos, del sistema bancario, burocrático e informativo que son los únicos subsistemas que funcionan dentro de la crisis general del sistema”. “Los ciudadanos se desentienden de la política y se refugian en el modo privado de su existencia”.

Artur Mas. (EFE)

Esto tiene hoy mucha más vigencia que entonces, que el español “busque en la ilusión de su realización individual el ideal que se le niega como ser comunitario” es un comportamiento sencillamente suicida, porque al contrario que en 1988, ahora la clase política ha arruinado nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos, está destruyendo nuestra nación, la suspensión de pagos -aplazada desde 2012 por el río de dinero del BCE- es solo cuestión de tiempo. Si entonces podía entenderse, nunca justificarse, la indiferencia de la sociedad, hoy ya no lo es posible, porque, y esto lo repito una y otra vez, no es catastrofismo, son matemáticas.

En 1988, la deuda total de las AAPP era de poco más de 100.000 millones de euros, hoy es de 1,48 billones; el paro era del 8,4%, hoy es del 22,6%; la carga fiscal sobre la familia media era la mitad de la actual. ¿Hasta cuándo va a permanecer indiferente la sociedad ante su ruina? ¿No ven cómo cada semana nos endeudan en 5.000 millones de euros adicionales? ¿Quién narices piensan que va a pagar esta orgía de despilfarro? La economía se está desacelerando, este año creceremos del orden de 1,4%. El modelo de previsión del Airef -uno de los mejores de Europa- da para este primer trimestre un crecimiento del 0,6%, pero el desplome continúa y las previsiones son el 0,4 el 2T, el 0,3 el 3T y el 0,1 el 4T. La suma, un 1,4%. Pero si esto ya es una catástrofe, imaginen 2017 con un crecimiento previsto cercano a cero. El próximo día explicaré estas cifras.

Y así las cosas, sale Junqueras, el nuevo jefe de la banda de sediciosos, y exige que el Estado le entregue 7.560 millones de euros para no quebrar -Moody’s acaba de rebajar su ‘rating’ a bono basura con perspectiva negativa-, pero también para financiar su nuevo Ministerio de Exteriores (Consejería de Exteriores), sus nuevas embajadas prioritarias para los sediciosos, y toda la financiación necesaria para la construcción de una República catalana. ¿Cómo se puede permitir que un puñado de sediciosos se burle de las sentencias del Tribunal Constitucional y el Gobierno no actúe? ¿Qué gigantesca tomadura de pelo al pueblo español es la del cobarde de Rajoy, pasando al TC el problema y cuando lo desobedecen no haciendo absolutamente nada? El tema es tan disparatado que a uno le faltan palabras y adjetivos para calificarlo.

La pasada semana en sendas, conferencias en Gijón y Oviedo silenciadas por la casta política y mediática, pero con un éxito rotundo, Trevijano propuso una nueva reconquista de la unidad de la conciencia de España y emplazó a los presentes, que lo apoyaron entusiásticamente, a tomar la iniciativa de concentrar en Covadonga al núcleo motor que encamine hacia la Palza de Cataluña en Barcelona, a todos aquellos que sientan la infidelidad y el desgarro de la conciencia de España. La indigna clase política y los medios han eliminado del vocabulario el concepto de nación y lo han sustituido alevosamente por un humillante Estado español. Allí se tratará de impulsar la nueva conciencia histórica de la unidad indisoluble de España como nación, poniendo en marcha la energía del pueblo español tanto tiempo doblegada y sofocada.

1poP93S

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí