En junio de 1975 se crea la Plataforma de Convergencia Democrática formada principalmente por los partidos que ya estaban en Conferencia Democrática. Con el PSOE también formaban parte: Izquierda Democrática Cristiana de Ruiz Giménez, Democracia Social Cristiana de Gil Robles, PNV, partidos demócratas cristianos catalanes y valencianos, los socialdemócratas de Dionisio Ridruejo, el partido carlista (que abandonó a la Junta Democrática), UGT, etc.

Cabecera de la manifestación convocada conjuntamente por la Junta Democrática y Plataforma de Convergencia Democrática la tarde del 17 de enero de 1976 en el Paseo de los Alamos de Oviedo
Cabecera de la manifestación convocada conjuntamente por la Junta Democrática y Plataforma de Convergencia Democrática la tarde del 17 de enero de 1976 en el Paseo de los Alamos de Oviedo

Esta será la coalición considerada por el Departamento de Estado como “no comunista” y “moderada” a pesar de que su programa tiene un componente ideológico: “la Plataforma de Convergencia Democrática propugna que, a través de la voluntad popular, se adopten con urgencia medidas de cambio de estructuras socio-económicas y culturales”. Por el contrario, el programa de la Junta Democrática (redactado por Antonio García-Trevijano) no es ideológico y su fundamento es la alternativa democrática. Y aunque, al igual que la Junta, Plataforma defiende la instauración de libertades democráticas y que la forma de gobierno sea elegida libremente por los españoles, su programa propugna una estructura federal del Estado y reconoce el derecho de autodeterminación para “nacionalidades y regiones con personalidad étnica, histórica o cultural propia”.

El programa de Plataforma es un absurdo considerado bajo los principios de la ciencia política. En España no hay varios Estados que puedan unirse en una federación. España es una nación, no varias. No hay regiones colonizadas por España que puedan apelar al derecho de autodeterminación. Estos objetivos contrarios a la razón siguen siendo defendidos hoy día, algunos por los mismos partidos de entonces, como el Estado federal que quiere el PSOE.

A pesar de que Plataforma fue mejor vista por los americanos el embajador estadounidense Wells Stabler reconoce que Plataforma rebasa a la Junta Democrática por la izquierda (1) con la presencia de grupos anti-PCE que Stabler sitúa a la izquierda del partido comunista, como el MCE (Movimiento Comunista de España) y la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores). En un documento de la ORT que ataca al PCE se dice que: “La Junta Democrática es la expresión organizada de una parte del pueblo que promete a nuestros enemigos, los grandes capitalistas, seguridad para sus negocios, a cambio de unas libertades muy recortadas”. (2)

Parece evidente que Plataforma nació para rivalizar con la Junta Democrática, como plataforma que garantizara el protagonismo del PSOE. A diferencia de la Junta, Plataforma de Convergencia -como Conferencia Democrática- no se constituyó como un organismo unitario de la oposición para la acción política con el objetivo de la alternativa democrática y conquista de la hegemonía cultural, sino más bien como un pacto entre los que aspiraban a ser alternativa de gobierno en un régimen de derechos otorgados mediante la negociación con el gobierno de la dictadura. La iniciativa política perteneció a la Junta Democrática con las acciones pacíficas por la libertad y la creación de Juntas por toda España, así como su reconocimiento internacional, y molestaron al régimen, al Departamento de Estado y a la oposición inclinada al pactismo.

Reunión de la Plataforma Democrática de Felipe Gonzalez, animada por la socialdemocracia alemana y el Departamento de Estado norteamericano, y que finalmente defendió la reforma de la dictadura, en lugar de la ruptura que pretendía la Junta democrática

En el programa de Plataforma se habla de ruptura democrática pero nunca creyeron en ella y utilizaron la idea cínicamente con fines partidistas de cara a sus militantes. Declaraba José Joaquín Ruiz Giménez a la prensa: “Creo que es muy difícil que desde dentro (del sistema) se pueda realizar una verdadera transformación en sentido democrático del régimen […] Con lo que he dicho me parece que queda claro que no me parece posible una reforma constitucional según lo establecido en las Leyes Fundamentales”. (3) Con la traición a la idea de ruptura democrática y la adhesión a la reforma de Suárez sí que fue posible una reforma constitucional según lo establecido en las Leyes Fundamentales y su fruto fue la no Constitución del 78.

Carrillo, González y Suárez: dos traidores y un oportunista impulsado por Kissinger

  1. Cable 1975MADRID04195_b, Public Library of US Diplomacy, wikileaks.org
  2. Mundo Obrero, n° 5, 1975
  3. Mundo Obrero, n° 11, 1975

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