Paco Bono

PACO BONO SANZ

Don Cosme y Don Damián

– Ayer juró su cargo Pablo Iglesias.

– El zorro entró en el corral de las gallinas.

– Cierto, pero la pregunta es: ¿para qué? Digamos que el zorro empieza a matar a las gallinas. Pero la cuestión no está en ese hecho, sino en lo que vendrá después.

– ¿Después?

– ¡Habrá que llenar el corral con nuevas gallinas! ¿Cómo lo hará? ¿Tiene Pablo Iglesias un discurso de la libertad? ¿Ha oído a Pablo Iglesias hablar de la libertad colectiva? ¡No! De su boca salen mensajes propios de una izquierda vieja. Pablo es un joven con ideas viejas, no es un hombre moderno, y por supuesto no pretende la instauración de una democracia representativa en España, la única posible.

– Él habla de democracia participativa o democracia directa, de justicia social…

–  La democracia directa es una utopía. A eso me refiero cuando digo que sus ideas son viejas. Pablo Iglesias se ha subido en la cresta de la ola del movimiento 15M, que defiende la democracia de Atenas. Pero ese tipo de democracia directa, en la que es el propio ciudadano quien asiste a la asamblea y vota, es impracticable en un país con más  de cuarenta millones de habitantes. Por otra parte, las ideas de justicia social, reparto de la riqueza o igualdad de condiciones no son compatibles con ningún sistema basado en la libertad.

– ¿Quiere decir que la igualdad es contraria a la libertad?

– La igualdad de condiciones sí. La igualdad de oportunidades no.

– Desarrolle, por favor.

– Todos los seres humanos nacemos diferentes, el código genético nos hace únicos, por lo que no existe un ser humano igual; aunque se pudieran crear seres humanos con una idéntica condición genética, la mera coexistencia, las infinitas variables de la existencia imposibilitan el que dos seres humanos puedan vivir una misma experiencia al mismo tiempo. La igualdad de condiciones es inhumana, una utopía terrorífica. En cambio, la igualdad de oportunidades sí que es alcanzable. Cuando hablamos de igualdad de oportunidades, nos referimos a la posibilidad de desarrollo de la potencia individual, la búsqueda de la felicidad. Cada persona tiene unas cualidades que sólo la libertad permite desarrollar.

– ¿Cómo se garantiza esa libertad?

– Aquí quería llegar. ¿Puede un hombre solo y por sí mismo garantizar su propia libertad si no es a costa de la libertad de otros? He aquí el tremendo error de la humanidad; tu libertad no empieza donde termina la de los demás, sino que, como dice Antonio García-Trevijano, tu libertad empieza donde empieza la libertad de los demás. ¡Para que yo sea libre, tú tienes que ser libre! Sin embargo, esa libertad no se puede dejar en manos del respeto voluntario, que es una cuestión moral. Pues hay personas que respetan a los demás y personas que no se respetan ni a sí mismas. Debemos establecer unas reglas de juego que impongan ese respeto: las reglas de la libertad colectiva.

– ¡Libertad constituyente!

– Sí. He ahí el camino de la modernidad para España y para el mundo. Sólo la libertad puede garantizar la igualdad de oportunidades. La libertad individual no habría de ser fruto de la tolerancia, como sucede hoy, pues ello implica la existencia de un tolerante y un tolerado, sino que debe fundarse en ese respeto al que obliga la libertad colectiva. La libertad colectiva ha de ser la fuerza que garantice todas las libertades personales.

– ¿Y cómo se puede establecer esa libertad colectiva?

– Con la República Constitucional y la democracia representativa. ¡Le invito a conocerlo!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí