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HELIODORO RODRÍGUEZ MEDINA

La confusión intencionada del lenguaje a través de la propaganda sistemática, siendo el cerebro permeable y aún más cuando tiene un sólo enfoque, provoca que el lenguaje que utilicemos sea falso cuando no se utiliza en la realidad formal.

Un cuadrado es, ha sido y siempre será un cuadrado, la forma no varía, la materia – de lo que está hecho – sí.

Siempre se puede saber qué es un cuadrado y no puede decirse que es un triángulo porque uno tiene una forma y el otro, otra.

Podemos no saber de qué está compuesto un cuadrado, pero no podemos negar la evidencia, un cuadrado es igual a formalmente a otro cuadrado.

La materia cambiante y cambiable es imperceptible en muchos casos al observador, además, puede estar sujeta a muchas interpretaciones, lo obvio y objetivo es que no se puede relativizar una figura geométrica por mucho que nos digan que sí.

Ya Ayn Rand al describir en su objetivismo la manera no ideológica de la construcción del pensamiento poniendo el ejemplo de que A es igual a A nos hace plantearnos que la realidad formal es igual a sí misma.

En el aspecto formal, más allá de la asunción consciente o inconscientemente de la realidad material que confunde lo visto por la interpretación de lo visto, prevalece cuando se quita el <<si fuera>> y se establece como el <<sí, es>>.

La retroactividad del <<como sí>> en la propaganda estatal de <<en nuestra Democracia>> o <<la Democracia que nos hemos dado>> a través del que lo asume y lo hace asumir provoca la confusión de los términos lógicos, empíricos y no relativizables de lo que la Democracia es: Separación de Poderes y Representación. Esto es formal como un cuadrado.

Las libertades y la igualdad, aspectos profundamente materiales y cambiantes, no son reglas de juego sino formas de jugar y por esto lo definido objetivamente aún a pesar de co-fundirlo y confundirlo como lo hecho o por hacer, no tiene nada que ver con lo definitorio.

La manipulación intencionada de decir que una cosa es otra porque parece más justa siendo la primera lo que es y no lo que gustaría que fuera, nos lleva a términos que utilizamos por repetición de lo que está impuesto. Y esto es tergiversar la realidad para mantener un status quo de lo que existe frente a lo que no existe.

El adoctrinamiento estatal por puros intereses espurios produce un proceso individualizante del Estado y no una individualización nacional como suma de individuos individualizadores e individualizantes.

La masa, en un Estado de Separatidad permanente, confía sus libertades sociales ahuyentándose de la Libertad Política, aquella que nos hace ser sociedad civil, individuos y no súbditos inconscientemente individualizados por el Estado.
La alienación del <<esto es Democracia>> porque los presupuestos de ésta sean más justicia social y más igualdad, provoca que el mensaje haya calado en una población que supone que su salvador es aquel que les prometa más pan. Porque da igual que no seamos libres políticamente sino liberados por la política social-demócrata.
De personas libres pasamos a ser libertos salvo aquellos que decimos que no votamos porque consideramos que lo establecido no es aquello por establecer, la Democracia Formal, y no este ser en que las formas de jugar es el juego mismo, obviando que el juego es lo que define las formas de jugar y nunca a la inversa.
Los Poderes del Estado han de estar separados de raíz, de base, ningún reformismo partidocrático logrará tal fin porque ya parten de la individualización, como masa sectaria, del engaño estatal: <<Esto es Democracia>>.
No nos dejemos engañar, lo que dicen que es no es lo que es, sino un posible habrá porque es material y no formal.
La Democracia, la Libertad Política, sólo se conquistará fuera de los partidos y la forma de gobierno partidocrática. Ésta se encuentra construida sobre la confusión del <<vótame, da igual que no seas libre, da igual que no existan los requisitos formales de la verdad, yo solucionaré tu vida>>.
De esta forma, el estado de expectativas e indefinible de <<derechos dignos>>, mueve a la población con necesidades socio-económicas al voto a los reformistas y no a la abstención como cuestión activa. Es el voto pasivo del <<ellos saben, ellos nos guían, ellos nos solucionan>>.
Los discursos demagógicos presentes en todos los partidos, alimentando las pasiones como causas valederas o fundamentos de gobierno y poder, llevan a tratar vía consenso político (afinidad por los sentimientos) lo que debe ser solucionado vía acuerdo o desacuerdo (Discutir con la razón).
El acuerdo, necesariamente ha de estar fundado en la razón política y no en el sentimiento pasional, ha de estar basado en la Separación de Poderes que, vigilando la razón permite que las pasiones ganen o pierdan si la Nación lo decide, ya que jugar bien o mal, con total libertad, no tiene que ver con las reglas de juego.
Que los poderes se vigilen, que el Ejecutivo esté separado de raíz del legislativo o Nación en continuo desacuerdo sin consenso permite a los ciudadanos estar tranquilos porque nadie tiene el poder absoluto sino que este, repartido y vigilante no permite los excesos de la corrupción inherente a la inseparabilidad, justo lo que pasa en España.
Cualquier partido político que entre en la política española sin representación ya está sumido en la nula representatividad del régimen oligárquico aunque se digan <<representantes>> (Mentira material) cuando son <<ratificados>> (realidad plausible).
Sin el requisito de la Representación cualquier partido político a pesar tener de más o menos apoyo está cometiendo un fraude y los adláteres de los mass media y la masa mediada y mediatizada, al asumir esa monumental mentira, están siendo conductualmente engañados porque, de nuevo, lo material es impuesto como formal sin capacidad de auto formarse en lógica y razón.

 

Porque lo asumido como verdad tiene consecuencia, aun siendo mentira, de la implantación de la mentira; que esto es Democracia.
El votante, expectante a cambios sociales que le beneficien, obvia que su destino no está en su mano y tampoco en la mano de su supuesto representante, puesto que, al no existir el requisito que une al elector con el elegido, el Mandato Imperativo Revocable, se queda a la espera de si <<los otros>> son tan Podemos como <<pudientes>>.
La mentira repetida mil veces, aún asumida como verdad, no deja de ser una mentira y aquellos que nos separamos de lo falso y queremos lo verdadero en materia política, objetivamente hablando, nos pasa lo que nos tiene que pasar, que somos rechazados por quien confía su futuro en vanas esperanzas y promesas.
Sólo con un alto sentido crítico propio y ajeno, con una alta disposición para ver cuál es la realidad sin ideologías nos daremos cuenta de que hoy día movilizan más las pasiones las soflamas partidarias y partidistas que a la razón lógica; no elegimos.
El voto es elección, sin ésta se ratifica o escoge. Las listas de partido son ratificadas y por lo tanto no representativas. Y sin Representación no hay Democracia.  A es igual a A.
Yo apelo a la inteligencia en estas cuestiones, a un diagnóstico claro de la realidad que nos rodea más allá de elucubraciones emocionales o ideologías.
Las ideologías, cualesquiera que sean, tienen un campo libre y ancho cuando hay Democracia como reglas de juego así, todos los ciudadanos que conforman la Sociedad Civil pueden luchar y hacer prevalecer sus propuestas en reuniones, manifestaciones, revistas, medios de comunicación en general haciendo uso de su libertad.
La verdad está en la definición de lo que es, la interpretación de lo que hay es la libertad de la mentira donde cabe la poesía, el arte, la fe y la religión.
La verdad política no está sujeta a interpretaciones, la verdad de que no hay reglas de juego en España es un hecho claro y verídico. La confusión entre una cosa y otra provoca reacción en lugar de acción.
Los que ejercemos la Abstención Activa lo hacemos con objetivos claros, para rechazar este régimen, porque sabemos cuál es el diagnóstico de la realidad que vivimos, una Oligarquía de Partidos Monárquica. Y cada voto favorece la confusión a través del adoctrinamiento.

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