Paco Bono

PACO BONO SANZ

Don Cosme y Don Damián.

– Han cerrado canal 9, la televisión autonómica valenciana.

– El canal nacionalista valenciano.

– Mejor así.

– Dicen que lo han cerrado, pero ha sido tomado por los empleados y los sindicatos con el lema “CANAL NOU NO SE CIERRA”.

– En España, el nacionalismo siempre ha contado con la tolerancia de las autoridades y el silencio del pueblo acobardado. Los sindicatos no son Sánchez Gordillo.

– No lo son, ni Sánchez Gordillo ha ocupado nunca un medio de comunicación quebrado.

– Como dice Don Antonio García-Trevijano: ¿acaso no es tan delictiva la ocupación ilegal de un supermercado como la ocupación ilegal de una televisión?

– Ambas lo son. Pero en el segundo caso se observa un consensuado silencio mediático, acentuado tanto por el sentimiento malvado del nacionalismo, como por el temor a la realidad del grupo de periodistas afines al sistema. Los valencianistas quieren su canal público para continuar con la exaltación en lengua valenciana de su ego nacionalista. ¡Les han quitado su mejor herramienta de propaganda! ¿Cómo va a sobrevivir el nacionalismo valenciano sin su televisión? Tal clase de medios son imposibles de mantener sin dinero público.

– Harán de todo para recuperarla, cueste lo que cueste. Les importa un carajo la voluntad del contribuyente. Mi primo Rafael, que vive en Valencia, me comentaba este verano que no entendía la razón por la que había de pagar televisiones ruinosas con el dinero que el Estado le arrancaba de su bolsillo mediante impuestos.

– El Estado arrebata con sus autonomías para alimentar al nacionalismo.

– Así es, porque su única opción es la pasión. Cuando un canal se cierra por motivos económicos, sólo les queda la pasión nacionalista para oponerse a tal medida. La crisis y la corrupción han demostrado que las autonomías no aportan ninguna mejora a los servicios que presta el Estado, ni más representatividad (que no se da en ningún caso en el régimen español), por lo que la gente se cuestiona: ¿para qué queremos las autonomías?

– Los gobernados empiezan a darse cuenta de que el consenso político es la atroz causa que ha sumido a España en su actual pobreza moral y económica. Pensamiento único y nacionalismo, ¿a qué situación nos iba a llevar sino a la ruina?

– Efectivamente, el consenso sumó al nacionalismo al proceso de reparto del poder del Estado, que se bautizó como “Transición”; hasta ETA forma ya parte de ese consenso, por eso no mata. Sin embargo, la situación es insoportable en lo económico.

– Lo que obliga a los nacionalistas del Estado a recurrir a la pasión, siguiendo el ejemplo de Franco, su mentor y maestro, con el nacionalismo español.

– Exacto. ¡No hay comunidad autónoma que no se sostenga sobre el nacionalismo! De ahí las fatales consecuencias. ¿Tiene sentido que existan canales de televisión públicos ruinosos en los tiempos que corren? Este sería otro debate si esos medios fueran rentables, pero no cuando han de ser sufragados con el dinero de los contribuyentes.

– Dudo mucho que la Generalidad Valenciana haya finiquitado Canal 9 sin haber maquinado antes una alternativa que les permita seguir difundiendo su nacionalismo autonómico. Me temo que dedicará una partida del presupuesto para la subvención de algún canal autonómico privado en manos de un amigo bajo la excusa de que emita en “lengua valenciana”. Dicen que necesitan protegerla, aunque sea a costa de la vulneración de derechos humanos fundamentales. Típica acción nacionalista.

– Les encanta emplear medidas de “inmersión lingüística”, enrevesadas palabras. Mi primo Rafael también me habló de ello. La Generalidad Valenciana subvenciona el uso del valenciano en cualquier ámbito público o privado. Por ejemplo, si montas una tienda y pones el cartel en valenciano, te sale “gratis”.

– Hay que proteger lo nuestro, dicen ellos.

– ¿Protegerlo frente a quién?, ¿frente al resto de los españoles?

– Nacionalismo, amigo mío, nacionalismo.

– El palo en la boca del perro.

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