Jesus Manuel Mora

JESÚS MANUEL MORA PECCI.

«Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo si sé por lo que muero: ¡Para que vuestros hijos sean mejores que vosotros!» Ramiro de Maeztu.

Comenzaré negando la premisa esencial que sostiene falsamente nuestro Estado: Suele afirmarse en los medios de comunicación que vivimos en un Estado Democrático. Sin embargo, «en» España no se constituye un Estado Democrático. Es España la que según nuestra Primera Ley «se constituye en un Estado social y Democrático» Y así, nuestro Estado no es un estado democrático. Pero lo que es más, se produce una aberración democrática toda vez que es España la que se constituye en un Estado y no el Estado el que es constituido en España para salvaguardar los derechos ciudadanos.

El Estado es una configuración estructural de Ley, marginal de la Nación, en el sentido de que la Nación; como la propia España, son conceptos preexistentes a Estado alguno y de aquí la consideración de antidemocrática de nuestra fórmula. Dado que la Democracia implica el poder que emana de la Nación. Y cómo puede emanar de la Nación poder alguno si toda ella ha sido constituida inicialmente en un Estado. Cabría pensar otra cosa si la expresión hubiese sido —En España se constituye un Estado Democrático.

Un Estado no puede ser democrático y monárquico simultáneamente salvo que en lo que se haya constituido sea en un camelo en el sentido de discurso intencionadamente desprovisto de coherencia. Considero además que nuestro Estado es un estado que implanta por mandato sancionador, ejercido por el monarca, una forma ideológica polarizada de carácter socialdemócrata.

Los conceptos de «Estado social», «Monarquía social» y «Estado social y Democrático» son conceptos polarizados ideológicamente. Ningún Estado puede auto proclamarse democrático cuando manifiesta una ideología política impuesta desde la propia Constitución, alcanzando ésta a mi parecer el cuerpo de un auténtico panfleto político sin carácter constitucional que merezca el respeto de una sociedad que aspira a ser gobernada con la alternancia política subsecuente y propia de las democracias.

Por si resulta esclarecedor, en cuanto a la consideración de «España como concepto discutido y discutible», el lexema spn en el fenicio como en el hebreo se puede leer como saphan (conejos). De modo que cuando hablamos de España hablamos de un territorio geográfico pero también de sus habitantes o nacionales: Por eso, Tierra abundante de conejos.

Lorenz von Stein,  introduce el Sozialstaat  al objeto de evitar la revolución. En su obra destaca su Historia de los Movimientos Sociales Franceses desde 1789 hasta el Presente (1850). El hilo conductor del Sozialstaat  es la reforma, la reforma social como vehículo que impedirá el ascenso de las clases sociales de estratos bajos mediante la revolución a través de la implantación de una «Monarquía Social».

Se puede deducir de lo expuesto el interés que alberga la monarquía española de instaurar en España por mandato un Estado Socialdemócrata. Un estado que persigue de forma prioritaria la perpetuación de la monarquía en un Jardín de las Hespérides conspicuo mientras siembra semillas de derecho social que serán diseminadas en el tiempo adecuadamente en pro de evitar el estallido social, manteniendo así un estatus imperecedero que es contrario por la ausencia de alternancia al devenir evolutivo natural del hombre.

El Diccionario Enciclopédico Práctico Parramón, define Socialdemocracia como: Nombre dado a la tendencia ideológica y al conjunto de los partidos políticos que propugnan una evolución reformista gradual del sistema capitalista, dentro de una democracia parlamentaria, para llegar a la implantación del socialismo. Si analizamos cómo se definen políticamente los partidos que se reparten el poder mayoritariamente en España: PSOE y PP, comprobamos que el primero es sin duda y así lo expresa en sus propias siglas un partido socialista. El segundo se auto define desde la segunda mitad de la década de los noventa como una organización política de Centro reformista, si bien las agrupaciones que le anteceden también poseen carácter centrista.

Considero que si una formación política en sus estatutos se define como socialista, pongo por caso, y a lo largo de su trayectoria política va faltando a sus propios principios hasta terminar desarrollando un modelo político capitalista, no por ese motivo debemos llamar a este partido, partido de Derecha, sólo porque haya faltado a sus propios ideales. Seguirá siendo un partido socialista con una conducta engañosa, pero socialista en definitiva. Ocurre lo mismo con el partido de Centro reformista.

Manifestar que el PP es la Derecha española, o que es una organización de Centro Derecha, como es habitual escuchar en los medios, es faltar a la verdad y engañar a los ciudadanos. Se trata de un partido de Centro reformista y el reformismo es el instrumento que utiliza la socialdemocracia para la implantación del socialismo. De manera que el tándem PP-PSOE conforman una verdadera unidad socialdemócrata estatal, impuesta como ideología política a través de la CE de 1978.

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