Jose Maria Alonso 1

JOSE MARÍA ALONSO.

El principal problema que atenaza a los paises de Europa es político, la dificultad en la resolución de los problemas económicos que sufren las diferentes naciones son consecuencia de ello y estaremos atascados mientras los europeos vivamos sometidos a regímenes antidemocráticos de oligarquía de partidos.

No se trata de ir cambiando a los gobernantes y que entre o salga un partido u otro que lo haga mejor o peor o que tome unas medidas u otras, sino precisamente que en la mayoría de los paises los poderes no están separados en su origen, lo que produce de manera inevitable una corrupción galopante, dado que la imperfección en la organización de unas instituciones que no se vigilan entre ellas con el celo que deberían si los poderes estuvieran separados en su origen y cuyos poderes no tienen el contrapeso de unos poderes iguales que mantengan el fiel de la balanza en el centro -donde se encuentra el ciudadano-,  permite que las naturales imperfecciones morales y éticas de los seres humanos que ostentan cargos y responsabilidades en ellas se manifiesten y se desarrollen en la medida que estamos viendo, con especial crudeza en España.

Por otra parte, la mayoría de los gobernados europeos tienen necesariamente que votar a un partido u otro en las elecciones legislativas, no pueden elegir a personas individuales para que defiendan sus intereses y los de su distrito electoral en Asambleas Nacionales, y tampoco en esa broma bicéfala de mal gusto llamada Parlamento Europeo y Comisión Europea, que emite directivas superiores en rango a las legislaciones de los estados nacionales inutilizando cualquier atisbo de las diferentes asambleas legislativas nacionales de legislar lo conveniente para sus ciudadanos, en virtud de una supuesta uniformidad legislativa para Europa. Pero claro, en las Asambleas Nacionales están representados los partidos, que son los mismos que están en el Parlamento Europeo y cuyos jefes dictan lo que hay que votar.

Los anteriores motivos demuestran que comenzando por España en el oeste, siguiendo por Alemania e Italia en el centro y sur y acabando en Polonia en el este, Europa mantiene regímenes antidemocráticos por no cumplirse los dos preceptos necesarios para que exista democracia formal: que los poderes estén separados en origen –ni en España ni en Italia, Alemania o Polonia se eligen en votaciones diferentes quienes constituyen el Gobierno y quienes legislan-; y que exista verdadera representación  dado que los partidos políticos españoles, italianos, alemanes y polacos representan a sus jefes de partido, y no a sus votantes, pues subvencionados por el Estado y separados de la sociedad civil en la que debieron formarse, sólo se autorrepresentan, engañando al votante con el palo y la zanahoria de un programa que no cumplen e imposibilitando su revocabilidad y que se les aparte del poder por ese incumplimiento si gobiernan, y acatando el mandato imperativo emitido a través de la disciplina de voto por sus jefes si legislan, traicionando de ese modo las necesidades de unas circunscripciones electorales convenientemente mal organizadas cuyos intereses deberían defender y que no coinciden con las órdenes recibidas de la cúpula de los partidos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí