José Molero

JOSÉ MOLERO ZAYAS.

A través de este comunicado las organizaciones abajo indicadas queremos señalar la crudeza de la situación actual de la I+D+i en España para conocimiento de todos los ciudadanos y requerir a nuestros gobernantes y representantes políticos que actúen con visión estratégica y perspectiva de futuro. Pedimos que actúen en consecuencia más allá de las palabras y las declaraciones grandilocuentes. Los hechos, hasta el momento, nos abocan a la relegación, pero todavía hay margen de actuación. Es urgente. Porque la Investigación y la Innovación no son un lujo: sin I+D+i no hay futuro.

Uno de los motivos que explican por qué la crisis está afectando tan severamente a nuestro país, es que nuestro sistema productivo no está suficientemente basado en la Investigación y la Innovación. Basta recordar que el gasto español en I+D+i es del 1,35% del PIB, mientras la media europea es del 2% y en Alemania del 2,8%.

Es imprescindible cambiar esta situación. Y hay que hacerlo con celeridad, a pesar de las condiciones, porque no habrá una salida sólida de la crisis hasta que esta debilidad en I+D+i se corrija. Sin embargo, la respuesta dada desde el Gobierno a partir del año 2009 y acentuada en los últimos dos ejercicios, consiste en someter a la I+D+i a un constante retroceso, que empieza a poner en grave riesgo nuestra estructura de investigación e innovación construida con enorme esfuerzo desde la instauración de la democracia, con los desarrollos ligados a la puesta en marcha de la ley de Ciencia de 1986.

Una estructura aún en formación, y por tanto vulnerable, pero que había situado a España en un magnífico lugar en el escenario científico internacional y del que ya están saliendo miles de jóvenes investigadores y tecnólogos que deben buscar su futuro fuera de nuestro país. Arriesgar así el sistema científico y de innovación significaría una pérdida clara de referencia y de esperanza ante el alarmante proceso de deterioro de nuestro tejido productivo.

Los Presupuestos del Estado para I+D+i de 2013 presentan, por quinto año consecutivo, un importante descenso que en conjunto alcanza el 7,21%, quedando por debajo de los 6.000 millones de euros. Se argumenta que se conservan los fondos destinados a I+D+i civil, pero no se matiza que se produce un descenso del 13,68% de las partidas no financieras (subvenciones) que se convierten en préstamos (partidas financieras).

Aunque cierto volumen de fondos financieros es necesario, en particular para el funcionamiento del CDTI, la realidad muestra que en los últimos años una parte muy importante de estos fondos financieros han quedado sin ejecutar. En el año 2011 fueron más de un tercio de los fondos aprobados y se estima que en este año 2012 serán más de 1200 millones.

En contrapartida, los fondos no financieros, el gasto real del que se nutren las convocatorias de proyectos de investigación, los recursos humanos y técnicos, los presupuestos de los OPIS, etc., se ejecutan por encima del 98%. Por este motivo, pretenden traspasar fondos de las partidas no financieras a las financieras, como ha ocurrido sistemáticamente en los últimos años y se propone de nuevo para 2013. Pero esto carece de sentido, a menos que con ello se quiera ocultar la caída real de los gastos de investigación.

En algunos programas vitales para el desarrollo de la Investigación la situación es todavía peor. Así, de no modificarse los presupuestos, se prevé una reducción del 23% de los fondos no financieros del Programa de “Fomento y coordinación de la Investigación”. El Fondo Nacional, en el que se integran las convocatorias de proyectos de investigación del Plan Nacional de Investigación y las de Recursos Humanos, pierde casi 70 millones de euros; y el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), que financia una parte importante de los proyectos y los recursos humanos dedicados a investigación del Sistema Nacional de Salud, acumula caídas cercanas al 50% desde 2008.

Los recursos humanos son la parte fundamental del sistema de I+D+i. La inserción en el tejido empresarial de personas altamente cualificadas y en particular de doctores es imprescindible. Sin embargo, en 2012 el número de ayudas doctorales ha disminuido como consecuencia de la aplicación de la Ley de la Ciencia sin el acompañamiento presupuestario correspondiente, y en 2013 se estima que serán unas 400 menos que en 2011 (200 FPI y 200 FPU). La convocatoria de contratos pos-doctorales en el extranjero ha sido anulada. El programa JAE (Pre y Postdoctoral, técnicos y gestión) del CSIC ha quedado en suspenso y las convocatorias de Ramón y Cajal y Juan de la Cierva acaban de ser convocadas, con importantes restricciones en su número y meses de retraso que afectan gravemente a los programas. Todo ello unido a la política de mínima reposición de plazas de investigadores que está creando una brecha generacional profunda en el sistema científico y forzando diariamente a un exilio indefinido a nuestros jóvenes mejor formados.

Los Organismos Públicos de Investigación (OPIS) sufren una asfixia presupuestaria que pone en serio peligro su supervivencia y va paralizando su investigación por falta de liquidez, que ya afecta a aspectos básicos como la compra de reactivos y de material esencial para desarrollar la investigación. La acumulación de déficits presupuestarios sucesivos, unido a las reformas laborales impuestas por el gobierno, ponen en serio riesgo el mantenimiento de muchos de sus puestos de trabajo.

Una situación similar viven las universidades, que suponen más del 60% de la producción científica y la investigación del país y son los principales agentes en la formación de doctores y personal cualificado. Tradicionalmente infradotadas presupuestariamente, las recientes y desorbitadas subidas de precios públicos de sus estudios no han repercutido en sus presupuestos sino que han visto reducidas las transferencias desde las Administraciones, al tiempo que experimentan una disminución del número de alumnos, especialmente en posgrado y doctorado. Asfixiadas por los gastos corrientes, se han visto obligadas a reducir drásticamente sus fondos propios de investigación, a la vez que muchas de ellas empiezan a tener serias dificultades de liquidez para la ejecución y gestión de los proyectos nacionales y europeos.

La situación también está afectando al sector privado. La inversión en I+D por parte de las empresas descendió en 2011 por primera vez desde que se tienen estadísticas y el número de empresas innovadoras ha disminuido en los últimos años. Muchas de las empresas innovadoras dependen de la confluencia de fondos públicos y privados y la retirada de los primeros pone en graves dificultades la continuidad de los segundos. El importante salto que se dio en la última década, por parte del sector empresarial en la dedicación de inversiones a la I+D+i, necesita de un entorno que lo consolide y para ello son imprescindibles el mantenimiento de políticas de apoyo a la inversión en estos segmentos y la continuidad en el mensaje de cambio y progreso. Sin embargo, la actividad del CDTI en este ejercicio (2012) se ha visto seriamente ralentizada, habiendo disminuido drásticamente su presupuesto desde el año 2009 y muy en particular su capítulo de subvenciones.

Este hecho está afectando gravemente tanto a las empresas innovadoras, que ven sus líneas de crédito severamente comprometidas, como a los organismos públicos, que son los principales receptores de las citadas subvenciones a través de los subcontratos que venían recibiendo de dichas empresas.

La Agencia Estatal para la Investigación, contemplada en la Ley de la Ciencia y destinada a ser un actor fundamental en el sistema de I+D+i, sigue sin ver la luz y los PGE 2013 no contemplan ninguna partida presupuestaria para ella. El borrador de Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación elaborado por la Secretaría de Estado, ahora mismo en discusión y que merece un análisis separado, debe entroncarse en la realidad de manera crítica y bien fundamentada para que sea parte del revulsivo que necesitamos.

Frente a este escenario, que endurece las previsiones más pesimistas, la comunidad científica y técnica española debe reaccionar. Los colectivos firmantes: COSCE, CRUE, Plataforma Investigación Digna, Federación de Jóvenes Investigadores, Foro de Empresas Innovadoras, CC.OO y UGT, impulsamos una importante campaña de sensibilización ante la opinión pública y el Parlamento a través de la Carta Abierta por la Ciencia, que recogió 40.000 adhesiones en una semana, alertando de los riesgos de colapso del sistema científico español. Hoy, conscientes de la gravedad de la situación, seguimos empeñados en buscar una salida distinta a la misma, basada en la cooperación entre las universidades, los organismos públicos de investigación y las empresas, y pedimos que se sumen también organizaciones representativas de los colectivos empresariales más innovadores, para cerrar así el círculo de instituciones que no quieren permanecer impasibles ante unas orientaciones que retrotraen los gastos en ciencia e innovación a cifras casi olvidadas.

Somos conscientes de la difícil situación que atravesamos pero también estamos convencidos de la importancia estratégica para España de lo que defendemos. Creemos que la magnitud de lo ahora mismo imprescindible para detener el deterioro es abordable, si se compara con el coste de muchas infraestructuras ahora mismo en desuso o nunca utilizadas y mucho más con los miles de millones destinados a la banca. Estamos seguros de que con un poco de imaginación e iniciativa de nuestros gobernantes es posible conseguir esos recursos.

El Congreso de los Diputados abordará en los próximos días la aprobación de los PGE de 2013. La reciente carta abierta dirigida a los Presidentes de Gobierno de la UE por premios Nobel finalizaba con una pregunta dirigida a ellos: ¿Cuál será el papel de la Ciencia en el futuro de Europa? Aquí, en nuestro país, es el momento de que el Gobierno y el Parlamento español se planteen y expliquen a los ciudadanos cuál es el papel que quieren que la I+D+i juegue en el futuro de España y qué papel quieren que España juegue dentro de los países más avanzados. Si no renovamos un esfuerzo intenso en este ámbito, España se quedará en la cola de Unión Europea.

¿Es eso lo que de verdad queremos?. La Investigación y la Innovación no son lujos: sin I+D+i no hay futuro.

Manifiesto de la Confederación de Sociedades Científicas de España

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