Mariano Guindal es a sus 61 años uno de los periodistas económicos más influyentes de este país. Veterano, bien preparado, temido por ministros, políticos, banqueros y sindicalistas, sus preguntas en la conferencia de prensa del Consejo de Ministros eran temibles. Su libro “Los días que vivimos peligrosamente” (Planeta) ha sido citado por escritores de fuste como Juan Goytisolo como uno de los más esclarecedores del panorama actual. En una entrevista con “Mini-leaks.com”, una de las nuevas webs que ejercen el periodismo alternativo, pone al descubierto lo que está ocurriendo en España. Y descubrirlo no resulta agradable.

Cuando le recuerdan que en el caso Bankia está imputado hasta el presidente de Cruz Roja en España, Guindal responde: “La avaricia y corrupción han sido clave. Ojalá que no acabemos como el caso argentino. Lo cierto es que ninguna institución funciona bien en nuestro país. Los países ricos son los que tienen instituciones sólidas en la Justicia, Gobierno y Educación. Se construyó una democracia deprisa y corriendo, pero hubo muchísimos errores como implantar una monarquía sin monárquicos o, por el miedo a reconocer las identidades de Cataluña y Euskadi, encontrarnos en un gran desorden territorial”.

 

 

“Hace apenas dos décadas, España no tenía multinacionales. Ahora las hay a costa de invertir 460.000 millones en el exterior porque el crédito era barato para internacionalizarse. Se dio el salto adelante y eso no es negativo, es una oportunidad. Sin embargo, hemos pasado del monopolio de lo público al privado, ya que han fallado los mecanismos de competencia. En el caso de la construcción hubo alianzas entre políticos y promotores. Estos últimos salen indemnes de la crisis cuando son los que más han corrompido en concursos públicos y subvenciones. Hay que recordar que de las 10 grandes fortunas en España, siete están ligadas al ladrillo. Esta gente cuando vio que la cosa se ponía fea se llevaron el dinero al extranjero por medio de vehículos de inversión. Lo sucedido en el palco del Bernabéu era el claro ejemplo del capitalismo de amiguetes, donde es fácil hacerse rico si tienes de amigo a un político. Para hacerse rico en España lo importante no es tener una idea y trabajar por ella como en Estados Unidos. Este tsunami en forma de crisis nos va a causar dolor pero espero que limpie el panorama de gente como Florentino Pérez. La gran estafa actual es culpa de los constructores y nuestros hijos la van a tener que pagar”.

Guindal propone que “desde el punto de vista ejemplarizador, tendría gran significado acabar con esa impunidad. Pero también es cierto que todo el dinero español en paraísos fiscales solo sería el 1% de nuestra deuda. Además, no olvidemos que si se cumple cierta legislación se puede tener dinero en lugares como Luxemburgo o Suiza (66.000 millones de euros de españoles están depositados en el país helvético). Creo que el problema es más que nuestra presión fiscal es muy baja, similar a la de Estados Unidos, pero gastamos como Alemania. Se amplió el Estado del Bienestar con los ingresos que provenían del ladrillo y se creyó que iban a ser para siempre. Se construyó un edificio con sus cimientos en una ciénaga, todo ello en un país donde la gente no quiere pagar impuestos”.

 

 

Sobre la censura, Guindal revela que “hay apagones informativos interesados y conspiraciones de silencio sobre algunos temas. Si tienes un crédito enorme con Bankia, como es el ejemplo de PRISA, todo el mundo se calla. Cuando se sabía que el problema de las cajas era la politización, se puso a Miguel Blesa al frente de Caja Madrid. Eso lo escribí en su día en El Economista y nadie dijo nada. La gran mayoría de medios de comunicación están en quiebra, sufriendo un durísimo ajuste propio de la reconvesión industrial que viven y eso pone en duda la calidad democrática que otorga la libertad de prensa”.

“Ha sido una estafa múltiple y creo que va a prosperar la querella. La salida a Bolsa de Bankia fue fraudulenta y se basó en cifras que no eran ciertas. Rato dice que le cambian las reglas a mitad de partida cuando debe provisionar créditos morosos. Esto también es cierto. Pero analicemos lo ocurrido. Mi entidad financiera, Banco Sabadell, me intentó colocar acciones de Bankia. Me di cuenta que el precio real no era el fijado. Mire fuera y en el extranjero no había ningún inversor comprando nada y aquí solo lo hacían empresas con grandes intereses de corte político como Iberdrola. La misma actuación fraudulenta ocurrió con las preferentes que tenían un nombre equivocado, aunque en este caso lo lógico es que se devuelva el dinero a aquellos que puedan demostrar que hubo mala fe y fueron engañados”.

 

 

El periodista echa de menos “que salga un banquero y que pida perdón con honestidad por llevar al país al borde de la quiebra. Por eso están llegando los recortes. En Estados Unidos, por ejemplo, pidió perdón el presidente de Citibank, una de las mayores entidades; aquí no lo ha hecho nadie. Se trata de un problema ético y moral. Lo sucedido con las cajas es un ejemplo tremendo de mala gestión en el que asumir más riegos conllevaba mayores sueldos para los directivos. Hay una clara responsabilidad de políticos que ocuparon los cargos, sindicatos que no quisieron defender a las entidades y del Banco de España que no cortó la hemorragia a tiempo”.

“España se ha gastado el crédito de dos generaciones: la de mis hijos y la de mis nietos. Debemos 950.000 millones de euros y en caso de no pagar, corremos el riesgo de ser Argentina. Se trata de la segunda deuda más grande del mundo. Hemos llegado hasta ahí por culpa de políticos, banqueros y constructores y por dos razones: la avaricia y la corrupción. Los ciudadanos lo hemos contemplado de manera benevolente, votando con la nariz tapada. Los corruptos han acabado ganando y se ha destruido aquello llamado el sueño español. No olvidemos que nos habían prometido ser líderes en el cambio en Europa”.

Lea la entrevista completa pinchando aquí.

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