Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO.

Es el tema esencial, más importante incluso que el modelo de Estado. No voy a repetir lo explicado en numerosas ocasiones aquí y en detalle. La democracia real fue hurtada a los españoles por los padres de la infausta Transición, algo por lo que, como decía mi gran amigo Camilo José Cela, “si tuvieran vergüenza, se habrían pegado un tiro”. No se lo pegaron, sino que llevan 35 años viviendo como rajás a costa del pueblo.

Lo que implantaron fue una oligarquía donde no existe división de poderes, ni institución independiente alguna, y eso no es una democracia, es una dictadura. Una dictadura de partidos. Los diputados no representan al pueblo, no han sido elegidos por él. Solo representan a quien les puso en una lista; son meros aplaudidores, aparte de chorizos que pierden iPads a decenas y exigen que se les reemplacen. El pueblo no les importa nada. Véase a la alcaldesa de Madrid, de puente con la ciudad llorando a sus muertos. Tiene cinco secretarias, mayordomo y dos conductores, un auténtico escándalo, mientras sube hasta las tasas hasta por casarse y los IBIs sin parar, aunque el valor de las viviendas se hunda. Hay que echarlos como sea.

Esto es lo primero que cambiar porque un régimen oligárquico corrupto y depredador, donde se tapan los unos a los otros –hoy por ti y mañana por mí, tú colocas a mi primo y yo a tu cuñado– es absolutamente incompatible con el crecimiento. Y simultáneamente es imprescindible cambiar la infecta ley electoral que sostiene todo el tinglado, y permite además que los votos de nacionalistas y separatistas valgan cinco veces los del resto de los españoles. El procedimiento el mismo: referéndum. O por las buenas ahora, o por las malas antes o después.
Tercera medida: cierre de bancos inviables y reestructuración hipotecaria

Los ocho bancos nacionalizados –o casi– deben ser cerrados ya. Primero porque son inviables, y segundo porque es imperativo adecuar el tamaño del sector financiero al de la economía real. El pasado lunes explique por qué. Algunos sacan el cuento chino de los 100.000 euros garantizados. ¡Dejen de engañar a la gente! Los depósitos de los ocho ascienden a 500.000 millones. De ellos, un 20% son de empresas y del resto, la parte garantizada es el 90%. O sea, 360.000. Pero sus activos son casi un billón en balance –junio 2012–. Los bancos se liquidan y sus activos se venden a mercado. Pueden valer algo así como  el 50%, o sea, 500.000 millones. Lo que significa que hay dinero de sobra para pagar a los garantizados. Rescatarlos, que es en lo que está Rajoy avalándolo todo para salvar a unas élites irresponsables y depredadoras, llevará a la ruina definitiva a la nación.

Y luego lo inaplazable, el drama hipotecario. Un drama responsabilidad íntegra de Solbes, Zapatero, bancos y cajas. Los inspectores del BdE se lo dejaron muy claro en su carta de 2006: “El número de familias que tendrán que afrontar graves dificultadas para pagar sus hipotecas crecerá de forma alarmante”. Hicieron todo lo contrario a tomar medidas. “Cuanto más se endeuden, más ricos serán, los pisos siempre subirán de precio”, dirían en 2007. Mintieron conscientemente a los españoles y se negaron a hacer lo que sabían inevitable, llevando a cientos de miles al desastre. Solo por eso, ambos deberían ser procesados. Y ahora, la disparatada política fiscal y económica de Rajoy está produciendo un empobrecimiento brutal de las familias.

Y bancos y cajas gobernadas por PP y PSOE peor: se inflaron a dar hipotecas imposibles de pagar, iban a comisión y les daba igual. La justicia no puede permitir que estos insensatos utilicen una ley medieval contraria a la legislación de la UE para aplastar a los hipotecados. Es urgente ir a una reestructuración hipotecaria en la que los bancos carguen con su parte de culpa. Además y, como señala el FMI, es una forma de relanzar la economía a “relativamente bajo coste”. Y necesita tres cosas: la derogación del desalojo obligatorio dando una moratoria; la entrega de la vivienda salda toda la deuda –no se puede condenar a una familia de por vida– y una reestructuración de no menos de 100.000 millones, que es radicalmente incompatible con el rescate a bancos inviables. O rescate o reestructuración.

Es de vergüenza que los grandes culpables, PP y PSOE, que se han negado desde 2009 a arreglar el problema, necesiten que se suicide la gente y estar en campaña electoral para improvisar una chapuza que aplaza pero no resuelve nada. No están dispuestos a dar un euro ni los bancos a condonarlo. Peor todavía: siendo los responsables máximos de la situación, con una voluntad depredadora como nunca había existido en el pasado, y a pesar de recibir decenas de miles de millones de dinero público, son implacables a la hora de ejecutar y perseguir, excepto el Popular.¡Dejen de perseguir a las familias desahuciadas! Hay que habilitar a los jueces para tutelar los abusos o ir a los tribunales europeos. El tema es “muy difícil, con muchas complicaciones”, dice Rajoy con lágrimas de cocodrilo.

Todo lo contrario, es muy sencillo. ¡Déjese de salvamentos indiscriminados de bancos inviables, algo que nadie ha hecho en el mundo! Y aplique el modelo de Estados Unidos, el mejor sin duda, que a través de las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddy Mac inyectó 500.000 millones de dólares para reestructurar hipotecas y evitar desahucios. ¡Basta del expolio del banco malo y resuciten el Banco Hipotecario que ustedes destruyeron para que canalice la reestructuración! ¡Basta ya de improvisar chapuzas y de despilfarrar el dinero público para que bankeros, bonistas y acreedores insensatos se vayan de rositas! Y utilicen ese dinero para reestructurar lo más urgente. 100.000 millones de quita hipotecaria elevarían el crecimiento un 1%. ¿O es que ni siquiera saben economía elemental?

Finalmente, hay dos medidas clave más: la recuperación de crédito a la economía productiva –pero eso necesita análisis aparte– y los monopolios energéticos, ya explicado en detalle. Y luego lo demás. La enseñanza pública, que en manos de la izquierda más ignorante de la Unión Europea ha dejado de ser el ascensor social que fue en el pasado, la Justicia, la Sanidad, etcétera. Somos una gran nación con un potencial de crecimiento inmenso, pero estamos en manos de la clase política más ruin, más corrupta y más incapaz de Europa. Tienen en sus manos acabar con la crisis, pero no lo harán. No cederán un ápice de sus inmensos privilegios.

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