ILLY NES.

Por aquella época ya había descubierto Chueca, eran los años de la movida y me tenía que poner palillos en los ojos para mantenerme despierto en el cuartel. Había veces que llegaba justo para ponerme el uniforme y marcharme. ¡Me dedicaba a follar como una bestia! Fue mi iniciación en el mundo de la droga, cuatro porros y dos rayas de coca. (7)

Entonces llevaba una doble vida desquiciante, hasta que en el Seminario me plantean: “Oye, no puedes seguir simultaneando porque eres el monje alférez”. De modo que pido pasar voluntariamente a la reserva. Con lo cual, paso a dedicarme por completo a mis estudios sacerdotales, a mi labor de proselitismo, de captación y de control de seminaristas. Entre ellos conocí al hijo de Tejero, Alfonso Tejero, que estaba en el seminario de Toledo, y a Alfonso Aizpún, hijo de Jesús Aizpún, líder de Unión del Pueblo Navarro. Y también al nieto del golpista Miláns del Bosch, que fue capitán general de Valencia y sacó los carros de combate a la calle la noche del 23-F.

Esto no tiene nada que ver con mi homosexualidad, pero lo cierto es que conocí a mucha gente. Íbamos al seminario de Sigüenza, al de Burgos, al de Toledo, al de Zaragoza… y organizábamos todos los veranos convivencias de seminaristas para captar nuevos aspirantes. Las primeras convivencias bien organizadas fueron en Molino Viejo, provincia de Segovia, sancta santorum del Opus Dei.

Dicen que en la ermita de Molino Viejo, José María Escrivá de Balaguer tuvo la aparición de la virgen. Dicen…Yo lo único que puedo decir es que a los pies de la ermita mantuve relaciones sexuales con un seminarista que es sacerdote y está preso. Edelmiro está encarcelado por abuso sexual a menores. Pero si a esa persona no le hubiesen jodido su sexualidad hoy no lo habría hecho. Sí, hubo un abuso sexual a menores, pero porque de alguna manera le han creado la enfermedad. ¡El Opus le ha convertido en un enfermo!

Mantuve en aquellas convivencias varias relaciones sexuales con seminaristas, pero volviendo al guapo alférez Eduardo, se licenció y se marchó al Colegio Romano, que está en la sede de la Prelatura del Opus Dei en Roma. Allí se forman los sacerdotes numerarios del Opus Dei. Fui a despedirlo al colegio mayor Castilla pero le perdí la pista y tengo un entrañable recuerdo de su amistad. Sé que hoy Eduardo, que se ha ordenado sacerdote de la Prelatura, jamás me echaría en cara mi homosexualidad porque nuestro cariño era de corazón, no era una relación de vida en pareja sino de amigos. Igual que con Rafa Magan. Estaba de consiliario del Opus Dei en España don Florencio Sánchez Bella, hermano del ministro de Franco, Alfredo Sánchez Bella, uno de los aperturistas del régimen, quien posiblemente a día de hoy tiene una tonelada de hormigón encima, igual que Alberto Iniesta. Nadie sabe donde están.

Florencio Sánchez Bella, Chencho, “don Chencho” como lo llamábamos cariñosamente, era de los dialogantes de la Obra, igual que Rafa Magan, Javier Mora Figueroa o los hermanos Escartín. También conocí a Salvador Canals, otro gran teólogo del Opus. En ese aspecto me he sentido muy privilegiado, no todo es malo. Te inculcan valores, cosa que hoy desgraciadamente la sociedad actual no tiene. A lo mejor algunos de sus valores están equivocados, pero algo que he aprendido es la disciplina del trabajo. Eso es muy importante, aprendí a organizarme el horario en mi vida. En el Opus Dei tenías un plan diario que debías cumplir estrictamente y creo que puede ser interesante compartirlo con los lectores.

Te levantas y lo primero que tienes que hacer es tirarte al suelo, besar el suelo y decir “serviam”. Después, haces el ofrecimiento de obras, el ofrecimiento del día. Luego venía el aseo, media hora de oración y desayuno. Tenías que hacer 15 minutos de lectura diaria del evangelio, 15 minutos de lectura diaria espiritual, rezar diariamente las tres partes del rosario, oír todos los días misa y estar continuamente con jaculatorias. Por San José se hacía una lista de personas, cada uno con cuatro o cinco nombres que había que trabajar para que piten (pitar es pedir la admisión a la Obra). Todas las semanas tienes que dar explicaciones a tu director de cómo ha sido el apostolado con esas personas.

Tienes una agenda en donde vas apuntando todo el dinero que sacas de la caja y hasta el billete de metro que te gastas. Todos los días te tienes que poner media hora el cilicio, una vez a la semana duermes en el suelo, otra vez utilizas las disciplinas mientras estás rezando el credo. Lo comento para que se vea el salvajismo. Tienes media hora de oración por la mañana y otra media por la tarde. Como mínimo, confesión una vez por semana y como mínimo una vez por semana también tienes que hablar con el director. Que a su vez, con todo lo que tú hablas hace una fichita que la delegación manda al Consiliario, que a su vez lo envía a Roma. Es decir, la ley orgánica de protección de datos no existe dentro del Opus Dei. Se vulnera.

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