ROBERTO CENTENO.

Es con profundo asombro e indignación, por el engaño que representan para amplios sectores de la sociedad catalana que serían los grandes perjudicados, que leo las inauditas falsedades del profesor Sala i Martín, de la Universidad de Columbia, el cerebro económico de Laporta en el Barça como miembro de la junta directiva, “una máquina de despilfarrar dinero”. En palabras de un lector tan asombrado como yo, “¿cómo puede una universidad de cierto prestigio contratar a un sectario de este calibre?”. Partiendo de unas premisas verdaderas y conocidas por todos -nepotismo, despilfarro, incompetencia, descontrol, corrupción al por mayor-, Sala i Martín da un salto al vacío y llega a una conclusión no solo falsa, sino absolutamente incompatible con sus premisas.

Culpa (¡menos mal!) del desastre económico y del endeudamiento a los anteriores gobiernos de la Generalitat y describe correctamente los mecanismos mediante los que Cataluña ha llegado hasta el bono basura, pero (¡oh maravilla!) solo culpa a los tripartitos, no a Pujol y Familia S.L., que crearon un Estado dentro de otro Estado para expoliar a los catalanes, dedicado en cuerpo y alma al lucro privado y político, ni al actual Gobierno, que es más de lo mismo y que tras fundirse 5.000 millones que Rajoy les había entregado sin condiciones necesitan 5.000 más “urgentemente”. Un dinero que no es para Cataluña, sino para la casta nacionalista, sus 135 diputados, sus 9.000 alcaldes y concejales, sus casi 2.000 entes y chiringuitos de todo tipo donde hay colocadas a dedo 150.000 personas (sagas familiares, amantes y amigos) de un total de 260.000 empleados públicos. Como afirma el líder de Ciutadans, “el rescate es la consecuencia del fracaso de 32 años de gobiernos nacionalistas”; algo que oculta el sectario profesor Sala i Martín.

Pero luego viene lo peor. Sin lógica alguna, después de todo el proceso que describe, afirma que “si Cataluña fuera independiente, sería una de las economía mas sanas del mundo y los mercados se pelearían por prestarle dinero”. El grado de irracionalidad y mendacidad que encierra esta frase causa vergüenza ajena. Lo único que explica para sustentar tamaño dislate es que Cataluña tiene el mercado cerrado “porque forma parte de España” y pone como ejemplo a Gas Natural, que tiene los mercados cerrados porque “asocian la empresa con España”. Realmente inaudito. Gas Natural es un monopolio que sería delictivo en el resto del mundo, que obtiene sus ingresos del expolio a los españoles -catalanes o no- cargándonos los precios del gas más elevados de Europa, entre un 20 y un 40%, algo que solo el pacto entre la casta política y las oligarquías financiera y empresarial, a cuyo servicio han puesto la Justicia y los organismos de control, ha hecho posible. En una Cataluña independiente, Gas Natural entraría en fuertes pérdidas.

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