Hace ya más de cuatro años que estalló la denominada crisis financiera mundial, desde entonces hasta la fecha, los acontecimientos políticos en el seno de la UE y en nuestro país se suceden de forma vertiginosa, lo que inicialmente empezó siendo una crisis financiera gestada en EEUU se ha convertido en una profunda crisis sistémica del actual modelo político de casi todos los países de nuestro entorno. Sin embargo, en España además de este hecho, lo que realmente ha puesto de manifiesto esta crisis es la verdadera miseria moral en la que estamos inmersos en el conjunto de la sociedad española, es decir, aunque parezca algo filosófico decirlo, ese es el verdadero origen de todos nuestros problemas como Nación. Los efectos que esta teniendo este problema están siendo realmente devastadores, y por tanto, afectan directamente al núcleo principal de las tres áreas fundamentales en las que se estructura cualquier modelo de sociedad, como son la política, la economía, y la cultura social.

La actual estructura territorial del Estado es completamente insostenible, el coste económico de mantener este sistema no es viable en ningún país, y menos aún en el nuestro, que haya una descentralización administrativa del Estado es coherente, pero lo que no es posible es mantener un conjunto de Sub-Estados (CCAA) dentro de un mismo Estado, nos han impuesto un modelo de Estado ineficaz, caótico, aberrante y grotesco, con sistemas educativos distintos, sistemas sanitarios con recursos y servicios dispares, Tribunales Superiores de Justicia Autonómicos, las CCAA gestionan o pretenden gestionar y administrar hasta sus propios recursos naturales, es decir, este es un modelo que nos ha llevado a la ruina, la quiebra, y al empobrecimiento absoluto, ¿pero como es posible mantener, una Casa Real totalmente opaca, que opera desde la más absoluta impunidad (sin posibilidad alguna de ser auditada y controlada), un TC (Tribunal Constitucional) inservible e ineficaz y al servicio del partido político de turno, unas Cortes Generales (Congreso y Senado, esté último sin función legislativa alguna), Parlamentos Autonómicos, cincuenta Diputaciones Provinciales, diversas Mancomunidades, 8115 Municipios (de ellos 6821 con una población menor de 5000 habitantes, y con su propia corporación municipal), etc..? El resultado es que somos el país europeo con la mayor tasa de políticos por habitantes (total 445.568 según datos recientes). Ahora, veamos el capitulo de asignaciones y dotaciones; sueldos por encima de la media europea, las asignaciones del apartado de gastos personales son en la gran mayoría de casos, incluso aún más abultados que las remuneraciones establecidas para los propios cargos. Miles de asesores, familiares nombrados a dedo como cargos de confianza (del Gobierno, de los Presidentes Autonómicos, de los Alcaldes…) coches oficiales y chóferes (hay más en España que en todos los EEUU), servicios de seguridad, televisiones Autonómicas, cuya finalidad no es otra que la de servir de instrumento de propaganda al servicio del poder político autonómico de turno, etc…

En otras palabras, toda esta corruptela sistemática, institucional, este nepotismo, esta ineficiencia, nos deja una herencia insostenible, inviable, un país saqueado, arruinado, dividido… Sin embargo, todo esto sólo son consecuencias, es decir, lo que realmente es grave no son los efectos, sino las causas, el modelo político que realmente surgió y se consolidó en la llamada “transición política”, la “Partidocracia”, un régimen político pseudo-democrático que realmente es la gran lacra, el verdadero problema de toda la putrefacción política que  venimos padeciendo la gran mayoría de la sociedad civil desde entonces, y que quizá este llegando a su cenit en la actualidad.

Por esta razón, el MCRC no debe de renunciar bajo ningún concepto a su gran objetivo, y desde este movimiento, ¡tenemos que actuar ya! Tenemos que empezar a desarrollar estrategias concretas, no hay tiempo que perder, tenemos que ser capaces de movilizar a un gran sector de la sociedad, tenemos que tomar la iniciativa y dirigir la teoría y la acción política hacia un importante segmento de la sociedad civil, la que está por un verdadero y definitivo cambio del actual sistema político, por tanto, nuestra función principal debe consistir en servir de catalizador, de cauce, de instrumento al conjunto de la sociedad civil más avanzada e innovadora, con el objeto de desembocar inexorablemente en un verdadero proceso de Libertad Constituyente.

Federico Fernández (MCRC Valencia)

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