La prensa española habla de un “rescate suave” para calificar las medidas de salvamento que la Unión Europea ha aceptado para España a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Aunque “de facto” se trata de una intervención como la que ya se ha impuesto en Grecia, Irlanda y Portugal, el hecho de que sea algo más benigna fue analizado en Radio Libertad Constituyente.

 

El abogado Antonio García Trevijano indicó que era relevante conocer el origen de la decisión: el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, habló con la canciller alemana Angela Merkel, con el primer ministro italiano, Mario Monti y con su homólogo británico, David Cameron, sobre “la importancia de reforzar la capacidad de la zona euro para responder a la crisis y estimular el crecimiento en Europa”, según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. Obama teme que por culpa de España, el euro estalle en plena campaña para su reelección, lo que arrastraría al dólar y favorecería al candidato republicano, Mitt Romney. El asunto está ya en toda la prensa internacional, pero aún no en la española.

 

El “rescate suave” de España se presenta como algo benigno, pero en realidad simplemente reside en prestar a los bancos españolas en quiebra entre 50.000 y 60.000 millones de euros. La conclusión es que la crisis inmobiliaria y la burbuja, unida a la especulación y la corrupción, alcanzó solamente a la banca, pero ahora hay que drenar recursos del sector público y de los impuestos para pagar el desafuero, pues España no tiene dinero para afrontar por sí sola el desastre. Y el agujero español, inmensamente mayor que el de Grecia, Irlanda y Portugal debido al tamaño de su economía, arrastraría al euro y éste a España. De hecho, una quiebra económica española obligaría a la fusión del dólar y el euro para poder un rescate de esa envergadura y de ahí que Obama y Merkel lleven la voz cantante en este asunto.

 

El “rescate suave” de España se produce entonces porque simplemente se permite que las medidas de recorte puestas en marcha por el dúo Rajoy-Guindos son suficientes si es que se llevan a la práctica. Obama le ha ordenado a Merkel que pare, por ahora basta. Y que potencie el crecimiento, como va a hacer Hollande en Francia. Y Merkel, al único que escucha, es al gigante norteamericano, por lo que Rajoy asiste al espectáculo como el fiel mayordomo que cumple órdenes. Que la 13º economía del mundo, como aún sigue siendo la española, admita que se haga pública su invitación a la próxima reunión del G-20, como si no lo fuera por derecho propio, es un síntoma más de la decadencia y depresión española. Hoy por hoy, España se gobierna desde Berlín, Washington y Bruselas y a los españoles les toca aceptar resignadamente su condición de inquilinos de su propio país.

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