Suma y sigue, las cifras del rescate de banca, que comenzaron la semana pasada en 3mil millones, superan ya los 23mil, y subiendo. A esto hay que añadir que el gobierno no va a poner efectivo sino deuda dentro de ese agujero negro en el que se ha convertido Bankia, vertedero de la megalomanía de una época marcada por el crédito barato que llovía de fuera, especialmente de Alemania y Francia.

Cualquier manual de banca para principiantes deja bien claro lo que no se puede hacer, pedir prestado en corto para prestar en hipotecas a largo plazo, en algunos casos hasta 50 años. Pues bien, esta es la posición en lo que se encuentra apalancado nuestro sector bancario. En concreto las cifras hablan d e 800mil millones prestados fuera, de ahí el interés de Alemania en mantenernos subyugados para que le paguemos a sus bancos, que hasta hace muy poco estaban con el agua al cuello, el mismísimo Deutsche Bank tuvo que vender una de sus divisiones mas productivas, una Cash Cow en la jerga bancaria.

A día de hoy, y debido a  la creciente fuga de capitales por el miedo a un corralito en los países del sur, los bancos alemanes han salido airosos de sus pasadas dificultades en efectivo y andan sobrados de liquidez, aunque mejor que no se confíen demasiado debido al gran riesgo tomado en las economías del sur, que siempre han tenido un alto grado de corrupción debido a los débiles sistemas políticos impuestos desde la guerra fría como son la partitocracias italiana y la española.

Y es que el problema transciende el ámbito económico y se convierte en asunto político, ya que el origen de esa montaña de dinero era de las ganancias de las empresas alemanas debido al auge de sus exportaciones y la posibilidad de exportar la inflación a otros países, como sucedió en España, donde por todos es sabido que el coste de la vida aumento exageradamente en los años del euro, mientras los salarios apenas aumentaron, hecho que no han entendido los que aun se atreven a afirmar que los españoles vivieron por encima de sus posibilidades en los años de la burbuja, donde solo algunos se beneficiaban y a muchos les caía la condena a 30 o 40 años en forma de hipoteca.

Después de haber emborrachado a nuestras oligarquías con el licor del crédito barato, durante una fiesta de 10 años en la que las copas eran rellenadas sin apenas darse cuenta, ahora que nuestra economía padece la resaca y nos damos cuenta de la carencia de modelo productivo, al haber desguazado nuestra industria y sacrificado nuestro sector primario en el desfavorable acuerdo de ingreso en la CEE. Tarde mal y nunca. Ahora no sirve lamentarse, tenemos un 24% de paro y mas del 50% de paro juvenil, cifras que horrorizan en el extranjero, pero mas lo hace la posibilidad de que no puedan cobrar sus deudas, esa es su prioridad, cual es la nuestra ?

Estoy convencido de que esta oligarquía que nos metió en la crisis jamas nos sacara de ella, pues son complices de la situación actual, ellos son los que deberán ser llevados ante los tribunales como ya sucedió en Islandia, y dejar caer a los bancos que no se sostenga por si mismos. Hacer que los Alemanes se queden sin cobran lo que nunca debieron prestar y comenzar a sentar las bases de un nuevo sistema político nacido de la sociedad civil, sin presiones del antiguo régimen y en un periodo de absoluta libertad, con unas cortes con mandato constituyente, y escribir entre todos una nueva constitución, que debe ser ratificada en un referéndum entre varias alternativas salidas de la sociedad civil y no dictadas por los cancerberos del franquismo.

 

Jesús Murciego

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