Saturnino Aguado Sebastián

Profesor Titular de Fundamentos del Análisis Económico

Universidad de Alcalá.

Encantados. Encantados de haberse conocido. Así deben estar los máximos dirigentes del PP ante la consecución de algo por lo que, junto con otros correligionarios suyos por  otras partes del mundo, llevan años y años luchando: la disminución del papel económico del sector público.

En particular, hay que referirse a los intentos del partido republicano en Estados Unidos, por conseguir tal “adelgazamiento del sector público” en su país. Primero se inventaron, hace ya tres décadas bajo la presidencia de Ronald Reagan, los supuestos efectos mágicos de la “curva de Laffer”, según la cual una bajada de impuestos conseguiría una mayor recaudación fiscal. La evidencia empírica demostró, tanto en Europa con Margaret Thatcher, como en USA con los sucesivos presidentes republicanos, que tal efecto mágico nunca ha tenido lugar, provocando en cambio los abultados déficits fiscales de Reagan y los dos Bushes.  A continuación, sacaron a colación las supuestas bondades de la teoría de la equivalencia ricardiana, según la cual tras una bajada de impuestos con sus correspondientes déficits, el sector privado ahorraría más y podría  compensar  el desahorro del sector público. Tampoco la evidencia empírica ha salido en apoyo de  tales prescripciones. Con lo cual, recientemente ha aparecido en la literatura económica la última de las argumentaciones conservadoras en pro de una disminución del papel del sector público en la economía de un país, a la que han denominado la Hipótesis del “Adelgazamiento de la Bestia” (en inglés, “Starve the Beast”)[i].

Lo que dice tal Hipótesis es que si las dos anteriores justificaciones no funcionan, entonces directamente hay que ir a situaciones explosivas de déficit y de deuda  del sector público para que, tarde o temprano, se pueda provocar ese anhelado objetivo de  reducción del Gasto Público en la economía de un país.

¡Cuánto darían los correligionarios del PP al otro lado del Atlántico, Mitt Romney y  los miembros del Tea Party,  para que pudiera padecer Estados Unidos los acontecimientos que están ocurriendo aquí!: Una crisis financiera similar a la norteamericana, pero que ha venido acompañada de una crisis especulativa contra las deudas públicas de países periféricos europeos, que no cuentan con un Banco Central que les pueda inmunizar ante tales ataques.

El PP se ha encontrado, por tanto, con una situación más que perfecta para conseguir el anhelado objetivo conservador de disminución del papel económico del sector público. El problema que se plantea es que España parte, de inicio, de un reducido peso económico del sector público, tanto en lo que se refiere al gasto público, como en lo que se refiere a los impuestos. Y está todavía por ver la reacción de sus ciudadanos ante las políticas fiscales que está llevando a cabo, y que previsiblemente seguirá llevando a cabo, el gobierno de Rajoy.

 

Por lo que se refiere al Gasto Público, el objetivo del Gobierno consiste en bajarlo, desde el 43,6% respecto al PIB del año 2011, hasta el 37,7% en 2015. Nos alejaríamos, así, de países más de nuestro entorno como Francia (56% en 2011) o Italia (50% en 2011) y nos acercaríamos en 2015 a países como Rumanía (34,9%) o Eslovaquia (34,8%).

Todo ello, de acuerdo con la Hipótesis del “Adelgazamiento de la Bestia” y teniendo en cuenta la necesidad de la consecución del déficit fiscal cero en un futuro inmediato, con el objetivo de los políticos conservadores del PP de seguir manteniendo a España, como se observa en la Tabla 1, como uno de los países con menor presión fiscal de Europa.

 

Tabla 1. Ingresos Fiscales respecto al PIB

Francia Italia Alemania Portugal Grecia España
Año 2009 45% 43% 40% 39% 38% 37%

 

Fuente: OECD Statistics Database, 2009.

 

Frente a ello, convendría decir la verdad a los ciudadanos, tal y como parece que se ha comprometido a hacer el Gobierno, y  afirmar que si queremos unos servicios públicos acordes con el país que nos merecemos, no queda otra opción que pagar por ellos y, en particular, acometer cuanto antes una subida del IVA que, como se ve en términos comparativos en la Tabla 2, se impone. Ello, por otra parte, podría ayudar a incrementar la credibilidad internacional de nuestro gobierno, así como a relajar la inquietante prima de riesgo de nuestra deuda soberana.

 

Tabla 2. Tipos del IVA en la UE (Tipo General)

 

Francia Italia Alemania Portugal Grecia España
Tipo 19,6% 21% 19% 16/23% 23% 18%

 

Fuente: PWC

 


[i] Véase, para el caso de Estados Unidos, Saturnino Aguado (2012): “Economía de EEUU: Las Tres Últimas Décadas”, Boletín Económico de ICE, nº 3025 (Abril 2012).

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