Cuando el viernes pasado, 18 de mayo de 2012, aparece ante la opinión pública  la noticia de que  “el Gobierno (de España) ha dado mandato al banco de inversión estadounidense Goldman Sachs para hacer un asesoramiento y una evaluación global del proceso de reestructuración de la nacionalizada ( leer estatalizada) BFA-Bankia, han confirmado a Reuters dos fuentes conocedoras de la operación” pensé que sería una simple consulta del ministro De Guindos. No era tal cosa, era un mandato y un contrato que cuesta dinero a los españolitos: “  El Gobierno ha dado mandato para realizar el asesoramiento y evaluación global de BFA-Bankia”,[1] dijo una fuente financiera con conocimiento de la operación. La fuente manifestó que el contrato consistiría en una evaluación global de la entidad y de su proceso de reestructuración sin entrar en más detalles. Una fuente del Gobierno confirmó que Goldman Sachs obtuvo el contrato.

Pero ¿con qué moralidad contrata el gobierno español con Goldman Sachs? ¡No es un “banco de inversión como otro cualquiera” ¡  ¡ Es uno de los causantes principales  de la crisis financiera desde 2008 hasta ahora ! ¿ No  provocará más recesión en España para sacar partido a sus intereses particulares ?

El alma se te cae al suelo cuando te enteras por la prensa, como si nada, de estas inmoralidades (supuestamente hechas por razones de Estado) porque yo sí sé quienes  son y qué  hacen los goldmanitas y os lo voy a decir[2]:

Los goldmanitas son los causantes de la BURBUJA DE LAS MATERIAS PRIMAS. El mercado de materias primas tienen dos tipos de participantes: los productores o compradores, es decir agricultores del cereal, y por otro lado los especuladores que son los que garantizan que los productores reales siempre tengan un lugar para vender sus productos o … ¡ comprar ¡ sus productos. Esto último ocurre cuando el agricultor lleva su cereal al mercado y éste ( el mercado) no lo necesita ( a pesar del hambre que hay en el mundo ¡) y por tanto no está interesado en comprarlo. Ahí es cuando entra en escena el especulador que compra el cereal y se lo queda temporalmente hasta que encuentre un vendedor ( a pesar del hambre que hay en el mundo ).

El sistema funcionó mientras estuvo regulado por un Gobierno responsable. Si los especuladores pudiesen comprar por ejemplo toda la cosecha de cereal, entonces podrían manipular los precios con toda facilidad. Así que el Gobierno fijó unos límites de posición para los especuladores.

El mercado funcionaba también con los contratos de futuros que les permitía a los agricultores tener cierta protección ante la incertidumbre del mercado. Los futuros funcionaban de la siguiente forma (este es el famoso Mercado de futuros):



[1] http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/3975690/05/12/Bankia-el-Gobierno-encarga-a-Goldman-Sachs-la-evaluacion-de-los-activos-.html

[2] Ver el magistral libro   de  MATT TAIBBI titulado Cleptopía.

Supongamos que somos compradores de maíz y queremos comprar como mucho sin pasarnos de 3 dólares el saco. En este momento el saco está por ejemplo a 2,90 dólares, pero puede subir a lo largo del año y nosotros queremos blindarnos ante la posibilidad de que los precios se disparen. Entonces contratamos un futuro a 3 dólares, de forma que dentro de seis meses compre el maíz a este precio. En el mercado del maíz podría haber subido o no, pero en cualquier caso yo lo compro a razón de 3 dólares, vamos, que para la subida de los precios…

Este mismo mecanismo sirve al revés. Es decir, para que un agricultor se asegure un futuro precio (… mínimo) en la venta de su cereal.

A principio de los años ochenta un grupo de empresas de Wall Street, entre ellas la pérfida Goldman Sachs, compraron compañías de comercio sobre materias primas. El año 1991 fue el principio del fin de los límites de posición y por tanto del equilibrio normal entre agentes físicos y especuladores. El especulador compraba cantidades ingentes de materias primas para quedárselas durante años, acaparando la producción y alimentando una espectacular subida de precios. Es decir, que con el cuento de la libertad de mercado…. ¡manipulaban el mercado y los precios en materias esenciales para la vida de millones de personas!

Se invirtieron en índices, lo cual significaba contratos mensuales de futuros para diversas materias primas. Al invertir en índices de materias primas, en realidad no estás comprando cacao, maíz, gas o petróleo. Simplemente estás apostando a que los precios de esas mercancías van a subir. Pero eso es todo lo que estás haciendo: apostar sobre el precio.

Bancos como Morgan Stanley y Goldman Sachs ayudaron a diseñar una subida artificial de los precios de las materias primas (esto es ya genocidio ¡! Y deberían estar en la cárcel para toda su vida ¡!), entre otras cosas incitando a grandes invasores institucionales como los fondos de pensiones a entrar en el mercado de materias primas.

Vivimos en una economía inmensamente compleja y estamos enteramente a merced del pequeño grupo de gente que entiende cómo funciona—que casualmente resulta ser a menudo la misma gente que ideó y construyó esos sistemas económicos de monstruosa complejidad—. Nosotros tenemos que confiar en que esta gente utilice su poder de forma correcta, pero en realidad no podemos, porque, en fin, resulta que son un hatajo de ladrones y una basura., y, sobre todo, NO TIENEN CONTROLES ¡!

Los gobiernos, como las personas o las empresas, buscan la mejor colocación para su dinero. Y lo pueden hacer a través de los fondos soberanos (SWF).

La mayor parte de los fondos soberanos más activos están radicados en Oriente Medio y Asia (países árabes y China), es decir, los estados ricos en recursos naturales, por ejemplo petróleo, y exportadores de productos industriales.

Los fondos soberanos tienen como misión invertir de forma agresiva y generar enormes beneficios a largo plazo- sí, sí, a largo plazo-. La mayoría de ellos evitan a toda costa la transparencia y hay poca información sobre sus inversiones reales. De lo que se trata es de invertir con dinero extranjero infraestructura del país. Es decir, la construcción de autopistas, infraestructura energética de un país, el puente de un Estado como Chicago, aeropuertos, parking, etc. todo ello en manos extranjeras.

No hay absolutamente nada de malo en que los países productores de petróleo acumulen dinero a partir de recursos que naturalmente les pertenecen y que con todo derecho deberían contribuir a la prosperidad de sus Estados pero que los fondos soberanos de estos Estados estén comprando infraestructura estadounidense en secreto es algo que no debería ocurrir. Parte de la infraestructura del país está pasando a ser propiedad de inversores extranjeros y el proceso parece extenderse a toda velocidad.

Goldman Sachs es una especie de calamar vampiro y a sus ciudadanos, los Goldmanitas, no tienen principios morales.

 Goldman es la historia de la gran mentira, al contrario de la más hábil e inteligente, no es una compañía de genios sino de gente sin escrúpulos morals.

Lejos de ser el mejor fruto de una sociedad democrática y capitalista, es la apoteosis de la Era de la Estafa, un parásito que vive del Gobierno y de los contribuyentes de los Estados Unidos, chupándoles la sangre, sin vergüenza ninguna. Y ahora de los españoles ¡!!

Goldman se posiciona en el medio de horribles burbujas maníacas que funcionan como un sistema gigante de lotería, aspirando enormes sumas de dinero de las clases bajas y medias de la sociedad con ayuda de un Gobierno que le deja reescribir las reglas del juego, a cambio de las migajas que el banco reparte como donaciones políticas.

Goldman fue objeto de repetidas denuncias por prácticas de escalonamiento. El escalonamiento no es más que una manera sofisticada de decir que manipulaban el precio de las acciones de nuevo lanzamiento.

 Así es como funciona: Imagina que tienes una empresa X y que acudes a Goldman para que la saque a bolsa. Los Goldmanitas ofrecen a sus mejores clientes la opción de comprar grandes paquetes de acciones de la compañía al precio de salida, que es bajo (por ejemplo 15 dólares) a cambio de su promesa de volver a entrar en la subasta más tarde, comprando acciones en el mercado abierto. Así consigues información privilegiada. Las acciones subirán de precio (por ejemplo hasta 25 dólares) como resultado de la demanda previamente acordada con tus clientes.  ¿ No se parece al caso de Bankia en España ?

Claro está que esa información no se compartía con los inversores pringados de a pie, que no tenían más que los folletos informativos para tomar sus decisiones.

Otra de las prácticas habituales de Goldman Sachs durante la burbuja de Internet fue lo que se conoció como hilado.

 La técnica consistía en ofrecer a los ejecutivos de las empresas recién salidas a la bolsa acciones de sus propias compañías a precios muy ventajosos, a cambio de promesas de negocios en un futuro. En estos casos los bancos de inversión tasaban el precio inicial de las acciones por debajo de su valor real, para asegurarse de que esos chollos iniciales subirían de precio a toda velocidad y les garantizaran enormes beneficios en el corto plazo.

Durante el boom inmobiliario los Goldmanitas hicieron algo peor. Empezaron emitiendo valores de inversión respaldados por hipotecas subprime ( o sea valores basura que resultarían posteriormente impagados), principalmente obligaciones de deuda garantizada CDO.

Los Goldmanitas lo sabían, eran plenamente conscientes que vendían basura y al mismo tiempo decidieron no sólo venderla sino sacar una buena tajada de ello. ¿Cómo?. Muy fácil apostando contra esos paquetes al mismo tiempo que los vendían. Con dos cojones!!!. ¿a quién vendieron esa basura? a inversores en general y en particular a jubilados, ciudades , fondos de pensiones, y a estados.

La cosa funcionaba así: Goldman vende CDO que sabe que es basura y luego ella misma contrata un seguro para impago que se llama CDS.

Los CDS son valores que cobran vida propia, son autónomos, se independizan de los CDO, de modo que puedes comprar un seguro CDS sin tener un CDO. Sería como comprar el seguro de la hipoteca de la casa de tu vecino sin ser el propietario. Claro, entonces lo que quieres es que se queme o le ocurra alguna desgracia a la casa del vecino para cobrar tú el seguro. Eso hicieron los Goldmanitas.

Los Goldmanitas presionaban a sus vendedores para que se deshicieran de la montaña de exóticos valores respaldados por hipotecas solo una semana después de que sus ejecutivos intercambiaran correos bromeando sobre el montón de mierda que contenía el producto que ellos habían creado. Y fue entonces cuando el goldmanita Blankfein compareció ante el Senado de los Estados Unidos para decir con todas las letras que no creía que su compañía tuviera la obligación de decir a sus clientes que les estaban vendiendo un producto defectuoso:

— “No creo que haya una obligación de informar en este caso”—dijo Blankfein.

La empresa de seguros AIG quebró, no pudo hacer frente a los impagos de los CDO y sus seguros CDS. Y Goldman exigió el pago de sus CDS a AIG. ¿Adivinen quién pagó al final? El estado con dinero de los contribuyentes.

Esta ayuda del Gobierno desmiente el mito de Goldman como la mayor colección de talento e inteligencia del mundo. Todo esto suena complicadísimo, pero cuando llegas al corazón del asunto no lo es en absoluto. Pregúntate lo difícil que sería ganar dinero si alguien te pasara gratuitamente mil millones de dólares a la semana, y ya te has hecho una idea aproximada de para qué sirve la relación de Goldman con el Gobierno.

Hace falta una cierta capacidad para tomar dinero prestado a un 3% y obtener beneficios pastando ese mismo dinero a un 5 % . Pero hace falta una capacidad menor para tomarlo prestado a un 2% y seguirlo prestando a un 5 %. Y eso es lo que está pasando.

El escándalo griego era una variante de la estafa en la que también estaba metida Goldman Sachs. Grecia ( ¿ y ahora España? ) refinanció su deuda a través de un intercambio de tasas de interés que no es más que otro derivado financiero sin regular. Un deudor que está pagando una tasa de interés variable paga una comisión a un banco como Goldman a cambio de refinanciar su deuda con la seguridad de un tipo de interés fijo. Esto permite a los políticos aplazar los pagos durante años.

Al final el único vínculo de los ciudadanos con el poder es la vía torpe y altamente imperfecta de las elecciones, un banco como Goldman dispone de toda una red de conexiones íntimas y un acceso casi directo a la legislación. Y la única pregunta que nos queda es, ¿qué vamos a hacer al respecto?. Conseguir una verdadera democracia que en su constitución separe en origen sus tres poderes y en la que los distritos tengan auténticos representantes, con ello, con la República Constitucional, el gobierno y los poderes financieros estarán controlados y los goldmanitas estarán en la cárcel y los viejecitos tendrían sus ahorros….

 

 

Antonio Muñoz Ballesta.

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