Las protestas contra los recortes en educación en Valencia tienen poco que ver con la educación. Es un problema estrictamente político, instrumentalizado por unos sindicatos nada representativos y con unos intereses que no tienen nada que ver con el mundo de la educación. Lo que pretenden es, en una situación de cambio, llevar la oposición al nuevo Gobierno a la calle. El pretexto, en estos momentos, son los recortes en la educación. Mañana será cualquier otro.

Son una serie de estructuras que ha sido alimentadas, además, desde la subvención pública en los últimos años y que se ha preparado muy bien; esa red que en estos momentos se está empezando a activar desde el PSOE y otras instancias y que aleja el foco de atención del verdadero problema de fondo: una situación de verdadera emergencia en el sistema educativo español que, lejos de haberse abordado en los últimos años, se ha seguido ahondando en la decadencia. Realmente cualquier diagnóstico medianamente realista acaba por constatar que la solución de cualquier problema en España, cualquier planteamiento de regeneración, pasa necesariamente por abordar el tema de la crisis educativa.

(…)El problema de la educación en España es un problema sistémico. Todo converge en el resultado nefasto que en estos momentos vivimos. El hecho de que el sistema de becas mantenga unos niveles de exigencia tan bajos denota que la cultura general es de no valorar el esfuerzo, no valorar el mérito, no valorar en absoluto la exigencia. Todo contribuye a crear una determinada cultura que está en la base del pésimo resultado que, en estos momentos, tiene nuestro sistema educativo.

Esto nos lleva a otro problema y es que el planteamiento que se ha ido haciendo desde lo que llamamos convencionalmente izquierda en los últimos años y aún hacen los grandes sindicatos de la enseñanza -como la CEAPA, la organización más representativa de los padres- de que el problema de la educación española es un problema de gasto. Yo creo que es un enorme error.

Por supuesto que hay que solucionar temas que tienen mucho que ver con lo que estamos gastando y por supuesto que estamos todavía en unos niveles bajos comparados con el resto de Europa pero no es ese el problema fundamental. Hay que trabajar mucho en el rendimiento y la racionalidad del dinero que se está metiendo en educación pero, de lo que hay que darse cuenta, es de que hay una serie de factores convergentes que clarísimamente se están evitando en el diagnóstico de la educación.

Cuando se habla de la cultura del esfuerzo se está poniendo el dedo en una de las llagas fundamentales del problema. El hecho de que se ponga hoy de manifiesto que, desde el Estado, se está fomentando un medio tan necesario para la equidad del sistema educativo como es el sistema de becas y no está teniendo en cuenta el rendimiento académico denota que todo el sistema ha pegado un bajón.

Intervención de Don Jaime Urcelay en Libertad Constituyente a 29 de febrero de 2012

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