Intervención de Don Angel Gimeno en Libertad Constituyente a 7 de febrero de 2012

Lo más importante que ha hecho Rajoy hasta la fecha ha sido decirle a Nicolás Sarkozy que apoyaría su tasa financiera. Por descontado sin pensar en los efectos; típico de Rajoy. Tenemos a la cabeza del Gobierno a un señor que no tiene pajoletera idea de economía, al que le da igual que le hablen de la tasa Tobin que de la tasa Trevijano, le es completamente indiferente porque no sabe qué es una ni qué podría ser la otra.

Pero esto lo más grave. Lo más grave es que fue a Bruselas y firmó un acuerdo previo a la firma de un Tratado -y también firmaron veinticinco presidentes europeos sin costumbre de leer lo que firman- que ha creado un problema muy serio en Europa en estos momentos. Que Rajoy no se lea un documento de estas características es comprensible porque, hay que reconocerlo, es complejo. Pero que lo firme, le de su bendición y diga que hará lo que haga falta sin conocer las consecuencias para España de ese Tratado es preocupante.

En los próximos meses vamos a comprobar las consecuencias de este proceso. Merkel, con su estilo teutón, un estilo burdo y tosco que intenta ser hegemónico, cuando Alemania no tiene ninguna posiblidad de ser hegemónica en Europa porque no tiene potencial suficiente, ha metido a los europeos en una unión fiscal rígida, brutal, que prácticamente ninguno de los 24 países que no son Alemania puede cumplir.

Alexander Hamilton puso en marcha la regla de oro en Estados Unidos de una forma muy original, de forma que resolvió un problema político y otro económico. Este último lo resolvió diciendo: “señores, ya que ustedes están tan endeudados no me queda más remedio que resolver el problema de su deuda. Por tanto la Administracíon Central se queda con la deuda de todos los Estados y, a cambio, ustedes van a aplicar una regla de oro.” De esta forma los Estados no se endeudaban hasta el punto en que no pudiesen funcionar normalmente. Lo único para lo que se podían endeudar era para acometer inversiones que fueran los suficientemente rentables como para amortizar la inversión y los intereses de la deuda correspondiente.

Todo esto tenía como finalidad el que los estados no se pudieran financiar con deuda para pagar gasto corriente. Jamás debe usarse la deuda para pagar gasto corriente. Algo que en España está haciendo el señor Montoro: pagando el gasto corriente de Comunidades Autónomas quebradas. Permitiendo que sigan jugando al despilfarro y la corrupción. Al juego que llevan jugando hasta la fecha.

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