La partidocracia insiste en la infantilización progresiva de toda la población, en la custodia biopolítica de la gente en torno a las nuevas letanías de esclavitud:¡viva la Constitución! ¡todos a votar! O ¡fumar es malo!

Hace muy pocos meses los ciudadanos asturianos fueron llamados a refrendar las listas de partido impuestas por los jefes de Partido y ahora de nuevo son llamados a refrendar lo mismo para desbloquear una situación de incapacidad generalizada para administrar y gestionar los asuntos públicos.

Sencillamente, la partidocracia está más pendiente de arreglar sus asuntos de camarilla, sus fobias personales que la gestión de los asuntos públicos. Una cuestión de peleas de niños modélicos gestados en la angustia, temiendo ser menos que los demás, a repetir curso, a tener notas más bajas que sus compañeros, convertidos en gestores de la eficaz emulación, el temprano encauzamiento, la sana competencia, una cándido juego de pagafantas y pajilleros con resultado trágico.

Que nadie se engañe, no están dando la palabra a los asturianos. Se están burlando de ellos.

Dicho de otra manera, les mandan repetir los deberes porque el mal profesor que les adoctrina no le parece bien la redacción. Os habéis equivocado al no refrendar a todos los míos así es que volved a hacerlo y esta vez no quiero fallos. Se trata de una humillación parecida al de la repetición del “referendum” sobre el Tratado de la Unión europea al no coincidir el resultado con lo esperado por la Oligarquía.

La única manera de “darle la palabra a los Asturianos” es dotándole legalmente del derecho a revocar a los representantes que la Constitución impuesta por el heredero de Franco les niega, y el derecho a elegir al Jefe de Gobierno que la partidocracia le niega.

Los Asturianos deberían negarse en masa a votar, deberían mostrar su dignidad y actuar como ciudadanos quedándose en casa el día de las elecciones, deberían mandar al colegio de la Ciencia Política a esos aprendices de ajedrez, que lo mismo le da el blanco que el negro, y que les trae sin cuidado vender a sus peones con tal de darle la mano al Rey.

Asturias puedes y debes convertirte en el principio y fin de la Partidocracia, no hace falta mucho para que la mitad más uno de vosotros decida recuperar su libertad política, aquí teneís vuestra casa de Repúblicos emboscados al acecho de la Libertad.

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