Intervención de Jesús Murciego, corresponsal de Libertad Constituyente en Reino Unido, el sábado 28 de enero de 2012

“Aquí, como son tan dados a jugar con el idioma, en lugar de llamarle referéndum, le llaman neverendum: el referéndum de nunca jamás. Esto se paró en un momento cuando le dijeron a los escoceses que si se querían ir de Reino Unido necesitaban hacerse cargo de su parte correspondiente de la deuda nacional, irse de la libra esterlina, perder la AAA y, ahora viene lo mejor, como probablemente no sobrevivirían con una moneda pequeña, entrar en el euro. La amenaza fue: como os vayáis, tenéis que ir al euro.

Esto lo quería entroncar con lo que siempre hablan los euroescépticos de aquí (n.d.r.: Reino Unido): que uno de los objetivos de Europa y del presidente europeo, Van Rompuy, es acabar con los Estados-Nación, con los Estados nacionales europeos. De hecho, le han llamado “el asesino silencioso de los estados europeos”. La persona que le llamó esto, Nigel Farage, dijo que “era de entender” ya que él venía de un país que era un “no-país”, que era Bélgica.

Pero retomando el tema de Escocia, ha habido la contradicción de que tener que ganar poderes de vuelta de Londres y tener que cederlos a Bruselas -que realmente es un contrasentido para Escocia- y se han calmado las aguas… aparentemente.

Esta semana (n.d.r.: por la pasada) ha vuelto a haber noticias sobre la famosa pregunta que ha formulado el primer ministro escocés, una pregunta condicional como bien apuntaba Don Antonio, y que le ha hecho subir otra vez en los votos -parece que las encuestas cotizan al alza el populismo. Escocia son cinco millones de habitantes, respecto al Reino Unido que está por encima de los sesenta, es muy pequeño lo que puede suponer (n.d.r.: su independencia) y aquí también se lo toman con mucha calma: “si se quieren ir que se vayan, el problema va a ser para ellos si se van, no para los que nos quedamos.””

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