Ante la constancia documental de la solicitud de patrocinio a Emilio Botín en carta firmada con el pié de firma de su cargo judicial de Magistrado de la Audiencia Nacional, Garzón ha vuelto a negar que solicitara del Banco de Santander fondos para financiar los cursos en el extranjero que él mismo impartía. En su última declaración del pasado 14 de Diciembre, negaba también la cooperación económica de otras grandes empresas como Cepsa para que pudiera participar en las jornadas de la Universidad de Nueva York celebradas entre 2.005 y 2.006.   Durante las cerca de cinco horas que duró el interrogatorio a que el Juez Manuel Marchena le sometió afirmó que su papel se limitaba a los contenidos de carácter académico y que no participaba en la redacción de los convenios económicos. A juicio de la acusación particular esa explicación no satisface la relación documental establecida entre los 302.000 euros que Garzón recibió por la organización de los coloquios, con la decisión del Juez de no admitir a trámite una querella formulada tiempo después contra varios directivos del Banco de Santander, incluido el propio Emilio Botín (sí, el de “querido Emilio”).   Garzón, que llego un cuarto de hora antes del señalamiento, fue recibido por los flashes de los periodistas que otrora fueran intencionadamente buscados. Pero en esta ocasión no encontró los mismos apoyos en la calle. A diferencia de abril del año pasado cuando declarara por vez primera en esta causa por prevaricación y cohecho, cuando varias decenas de simpatizantes le arroparon con pancartas tildando de fascista al instructor de la causa. También a diferencia de esa primera declaración prefirió no atender a la prensa. Tampoco se mostró prolijo en el interior del juzgado, ya que eludió responder a las preguntas de la acusación acogiéndose a su derecho constitucional. Después, antes de abandonar el juzgado, pasó otra hora repasando el acta de su propia declaración.   El día anterior el Juez Marchena había tomado declaración a los peritos contables de la Guardia Civil que ratificaron el contenido de sus demoledores informes. Los expertos destacaron que Garzón declaró varios pagos por participar en cursos, coloquios y seminarios que no tuvieron un reflejo contable en su documentación bancaria. Los peritos no excluyeron que exista un fraccionamiento de los pagos para dificultar su seguimiento, que éstos se realizaran en cuentas tituladas por terceras personas o que hubieran sido recibidos en efectivo. El impulso dado estas últimas semanas a este procedimiento obedece al resultado de la comisión rogatoria remitida por el Supremo a Estados Unidos sobre los pagos recibidos en cuentas de Citibank residenciadas en aquel país, así como de los magros ingresos en la cuenta de su esposa coetáneos a los cursos investigados.

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