La situación en la provincia de Córdoba continúa con visos de no mejorar. Los últimos datos indican que es la capital andaluza con el mayor índice inflacionista durante todo el año: 3’1% de IPC (frente al 2’9% nacional y al 2’7% regional)1. Esto significa una pérdida de poder adquisitivo de los cordobeses, que si se une al 34% de paro2, ensombrece aún más el oscuro futuro económico de la ciudad. La ausencia de un estallido social sólo puede explicarse por un aumento de la economía sumergida, que algún sindicato se ha atrevido a cifrar en un 30%3.Pero esto no supone un problema para la tripulación encargada de comandar esta pequeña versión del Titanic. Se anuncia en los diarios locales que la ciudad inicia con optimismo la cuenta atrás para la nueva candidatura de la fiesta de los Patios como Patrimonio Inmaterial de la UNESCO4. Aunque previamente hay que resolver los problemas de estatura para participar en la cabalgata de Reyes de este año, porque el límite fijado recientemente de 1’70 m va a dejar fuera a muchos niños que quieren ir de pajes5. ¿Soy el único al que este tipo de noticias le parecen completamente ajenas a la realidad de la sociedad? ¿O son simplemente formas de desviar la atención del iceberg al que nos aproximamos a toda velocidad?Mientras tanto, la camarilla de la oposición local, Unión Cordobesa (UCOR), anuncia por medio de su capitán Sandokán, también conocido como Rafael Gómez, que el partido se presenta a las elecciones autonómicas andaluzas, confiando en los buenos resultados obtenidos en las municipales cordobesas6. Todo ello a pesar de las tensiones internas que han comenzado a traslucir recientemente7. Pero no hay nada que la férrea disciplina de partido no pueda subsanar, y nuestros castizos piratas de Mompracem se aprestan a la conquista de la región bajo el mando del Tigre de “Malaya”.La situación contrasta con los datos de un reciente barómetro de opinión del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA), en el que se indica que los cordobeses tienen muy poco interés por la política y una percepción muy negativa de los que se dedican profesionalmente a ella8. No es extraño, sobre todo cuando los gobiernos locales derrochan en obras carentes de sentido, y cuyo abandono tendrá un coste monetario adicional para los ciudadanos. Es el caso del “avión cultural” arrendado e instalado en las inmediaciones del Guadalquivir, como parte de la promoción de la fallida Capitalidad Cultural Europea9.Personalmente, me aterra el “optimismo” de nuestros ediles de cara a la nueva candidatura de los Patios, y hechos como los del avión, me vuelven profundamente pesimista. La única esperanza es que la colisión contra el iceberg económico lance también por la borda a todos los piratas que se han apoderado del gobierno de la embarcación.

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