Silencio, se rueda En la edad media a los reyes se les ponía un sobrenombre, un apodo: Fernando III “el Santo”, Jaime I, “el Conquistador”, Pedro I. “el Cruel”, etc.   Desde que el pasado día 20 de noviembre Don Mariano Rajoy Brey guarda silencio. Encerrado en su despacho de la calle Génova, en el que recibe a prohombres de la banca y las finanzas y atiende al teléfono, Don Mariano no ha dicho ni esta boca es mía desde entonces.   No se si son filtraciones o simples rumores, pero dicen que la mordaza se la ha puesto el Deutsche Bundesbank, que al parecer tiene mejor y mas información sobre el estado de las cuestas públicas y privadas de España que el propio Gobierno y, naturalmente, que el propio Don Mariano.   El problema de Don Mariano es que tiene que buscar un Ministro de Economía y Hacienda que ponga la cara y la firma para que tres o cuatro delegados del Bundesbank tomen de inmediato las medidas que Doña Ángela Merkel exige para que Alemania discreta, pero enérgicamente, rescate la economía española.   La lista de ministrables que Don Mariano presentó a Doña Ángela fue desechada de inmediato por la hamburguesa, al tiempo que Don Mariano la escucho susurrar: “Geduld“, que en alemán quiere decir paciencia.   Doña Ángela sabe muy bien cual es su papel en Alemania, presidir un gobierno dominado por las grandes firmas alemanas, que son las que pagan el Estado Alemán, y también el Estado del bienestar de los alemanes.   Sabe muy bien la jefa del gobierno alemán que en España no existen firmas parecidas, que aquí las grandes empresas viven del Estado, y no el Estado de ellas. Es la diferencia entre partidocracia gobernada y gobernante lo que le quiere hacer entender a Don Mariano. Pero Don Mariano no se resigna a ser un Presidente de Gobierno gobernado, quiere ser, como sus antecesores, otro Rey Sol de la partidocracia hispana, pues para eso tiene una holgada mayoría absoluta.   Por ahí no tragan los consejos de administración germanos; por la sencilla razón de que, si son ellos los que van a poner el dinero, quieren estar seguros de que se ejecutarán sus planes, quieren controlarlo todo, no quieren dejar que nada se les escape, no quieren sorpresas ni malos entendidos, que bastantes disgustos han tenido ya con el incompetente Zapatero.   Dicen las malas lenguas que los del PP ha acudido al Vaticano, por eso de que el Papa también es alemán, pero en la Sede de San Pedro han dicho que lo único que pueden hacer por ellos es declarar el 2012, año mariano.   Si la partidocracia española vigente desde 1978 se ha distinguido por no representar a los españoles en las instituciones públicas del Estado, en la prevalecía del interés partidista sobre el general, de ahora en adelante serán los intereses de la partidocracia alemana los que habrán de ser defendidos en España. Y si no son capaces, Doña Ángela pone un prétor, como en Grecia y en Italia.   De ahora en adelante el programa de gobierno de Don Mariano queda reducido a ser el de un gobierno dirigido por el gobierno de otra partidocracia. A eso se reducen sus proclamaciones de ganarse la confianza de los inversores y de los gobiernos. Para eso, cuánto mejor seria que España se convirtiera en el 17 Länder de la Bundesrepublik Deutschland, pues si nunca me han gustado los intermediarios, menos aún los intermediarios de los intermediarios. “Stille”, silencio. La verdad le hará daño al electorado. Hay que rodar en Génova una película que cuente una versión para consumo interno.

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