Phasianus colchicus El Faisán y el Dragón Este artículo puede herir la sensibilidad de socialdemócratas (ni lo uno ni lo otro), populares, nacionalistas de rapiña, autonomistas de trajes de chaqueta, Rh’s de gatillo fácil, partidócratas, oligarcas, mafiosos, corruptos y esos otros elementos acogidos en general bajo la benevolente calificación política de gentuza.   Hoy escribo el artículo y hoy lo leen ustedes. Pero son dos hoy diferentes, puesto que he destruido esa cualidad que tiene el tiempo de cambiar de nombre al pasar. Mi hoy es el 18 de Julio, que no es hoy sino anteayer y su hoy es hoy, al que yo desde aquí veo como pasado mañana. Cosas veredes amigo Sancho. Y tanto que sí. Que la intencionalidad de la frase es boomerang que vuelve sobre ella misma. Así, resulta que el que debería ver extraños panoramas no es Sancho, ni Don Quijote quién sentencia, sino que es el El Cid Campeador, aquel que aún cadáver mataba moros, quien recibe la advertencia del Rey Alfonso VI cuando señala “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”. No me pregunten como Rodrigo Díaz de Vivar le endosó la frase a Alonso Quijano y el tenedes pasó a veredes, con distorsión de forma y significado. Porque la historia es una cosa, la memoria, otra, y las dos juntas ni les cuento. Para más inri, mi mirada nunca fue del XVII en dirección de mesteres sino de otros menesteres.   Cosas veredes. Sea como sea, al fin es una verdad como un templo y, aunque esta España nuestra tiene de templo lo que yo de bombero, la casualidad viene a mi encuentro – las casualidades sólo existen cuando se las descubre – y advierto que si el 18 de Julio de 1936 un ‘Dragon Rapide’ transportó al general Francisco Franco desde Gran Canaria a Tetuán para liderar el golpe de Estado, en torno a la misma fecha de 2011 un ‘Faisán Rubalcaba’ llamado Alfredo eleva también el vuelo de cara a preparar también su golpe de Estado. Porque, con el régimen que tenemos, todas las Elecciones Generales son golpes de Estado. Eso sí, peculiares, incruentos, consensuados y de amplia participación popular. El súbdito, que no ciudadano, vota contento y feliz creyendo que cumple con un ‘deber cívico’, cuando los cacos le están sacando un ‘derecho político’ de la cartera del bolsillo trasero del pantalón. De esa manera, los oprimidos dan a los opresores las botas para que les pisen el cuello. La ignorancia es atrevida, máxime cuando disfrutamos de la misma libertad política de cuando Él habitaba entre nosotros (tomo la frase de un amigo). Es decir, ninguna.   Fue en el siglo XVIII cuando Voltaire señaló que “Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido”. A mi es la definición que más me gusta, aunque el diccionario señala para el vocablo la “Combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar”. Por ello, esta coincidencia de Faisán y Dragón en 18 de julio me resulta pertinente, aunque los dos protagonistas sean o fueren de lo más impertinente. Si nuestro genoma es casi igual al de la mosca del vinagre, no es descabellado que, aún sin acudir al esoterismo, podamos destacar que entre un faisán de cara ácida y un dragón inKomodo pueden existir importantes intersecciones dentro de esa matemática de conjuntos que, aplicada convenientemente, logró que una dictadura impusiera una monarquía y sin dejar de ser dictadura mutara en oligarquía con los mismos elementos y algunos artistas invitados. Olé.   Han pasado cosas que nos llevarían un libro contar para entender cómo la ‘reforma’ de la transición se ha convertido en un circo tan descarado que, mientras la economía sigue desplomándose, espero en cualquier momento que algún reyezuelo del África Subsahariana le envíe a la pareja Alfredo / Rajoy unos cuantos leones para hacer espectáculos con los pensionistas, dado que la Seguridad Social tiende a cero y la inversión pública en Cultura ha bajado tanto que a lo más que podemos aspirar es a resucitar a Emilio ‘El Moro’, aprovechando eso de la ‘alianza de civilizaciones. Burralcaba, que ya no quiere ser Rubalcaba, tiene escondida una receta contra el paro en un papel, en un cajón o en un rincón, pero ya he dicho que, según mis fuentes, sólo la sacará en su momento. Como el hombre que mató a Liberty Valance. Además, guiña el ojo como Marujita Díaz a los del 15-M mientras coloca la mesa con los tres vasos boca abajo para venderles “un cambio” de la Ley Electoral. Si tragan, los indignados pasarán a llamarse los engatusados. Zapatero, uno de los presidentes más torpes con los que se ha tropezado el planeta – partiendo de la nada alcanzó las más altas cimas de la miseria (¡gracias Groucho!) – dice que él no se va ni convoca elecciones anticipadas hasta que arregle la crisis. Para ponerse a temblar. En ocho años reventó España y ahora en un par de minutos va a enfrentarse con una hecatombe que tiene temblando a las economías más fuertes de la tierra. Pero Zapatero no es de tierra sino lunático. Como no podía ser de otra manera, Angela Merkel ya ha dicho que Grecia y Portugal lo van a tener claro en la reunión del jueves de los líderes de la zona euro. Y España está en cola. De los populares, sólo comentaré el show Camps en set aparte. Después de jurar por Isis y Osiris que era inocente durante siglos, Mariano lo ha obligado a declararse culpable para evitarle el banquillo y aflojará cuarenta y pico mil euros por ‘cohecho impropio’. Es tal la partidocracia, tal es el esperpento que vivimos, que la Dirección Nacional del PP es quién decide si el tipejo autonómico valenciano es culpable o inocente. Él no cuenta. Simplemente es una sanguijuela servil.   Será por lo que decía Voltaire, será por lo que decía Lamartine – “La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir” – a mi este mundo que comento me remite al de los parásitos. Y de todos esos bicharracos que viven de los demás, les hablaré de mis dos especies preferidas. Es claro que tenían que vivir en el intestino que, al igual que el Estado, es una verdadera cloaca. Por un lado, tenemos las Ascaris lumbricoides, lombrices grandes y redondas (miden de 20 a 35 centímetros de largo) de color blanco o rosado, que son visibles en los excrementos, habitan el intestino delgado y se alimentan de comida semidigerida por el huésped y, algunas veces, de células intestinales. Un gusano hembra tiene capacidad de producir 26 millones de huevecillos y como promedio pone 200 mil diarios, los cuales sólo pueden verse a través de un microscopio. Y, por otro, nos enfrentamos con la Taenia soliu, conocida como tenia o solitaria. Es una lombriz plana que se adhiere al intestino delgado a través de ventosas ubicadas en su cabeza, mide aproximadamente tres metros y puede vivir hasta 25 años. A los dos meses de haber infestado el intestino se desarrolla y libera 300 mil huevecillos diarios. En su estado de larva (cisticerco) es posible que se dirija hacia el cerebro, afección denominada neurocisticercosis que puede causar la muerte.   Llegado a este punto, cuando en hablábales yo de gusanos, la casualidad vuelve otra vez y, de repente, me lleva a interesarme por la etimología del nombre Alfredo – la de Burralcaba es imposible encontrarla – para caerme de la silla al suelo con grave riesgo para mi integridad física. Resulta que Alfredo significa “amigo de los elfos o dioses”. Y los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica, unos diosecillos de la fertilidad representados como hombres jóvenes y mujeres de gran belleza que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos. Como ven, la partidocracia ha logrado hasta falsear las etimologías. Sólo me queda advertir que estamos perdidos si no practicamos la abstención activa y también acudir a Cela cuando contaba aquella historia de un estudiante que en viaje a Egipto tuvo relaciones con una momia y contrajo la sífilis. Acababa el Premio Nobel señalando: “O la momia era puta, por lo visto, o la sífilis existía antes de Cristo”. Pues eso. Repeluznante, como dicen mis hijos.

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