Córdoba, Alejandro Pérez: las 7 y veinte de la tarde. El termómetro está sólo ligeramente por debajo de los 40ºC y la gente se agolpa en el pequeño reducto de sombra que hay junto al Arco Alto de la plaza de la Corredera. Familia (hermanos Pérez y compañía) y algunos amigos (Miguel García y su esposa) ayudan a desplegar la pancarta: "¡Libertad Constituyente Ya!". Cuatro metros de largo, menos de la mitad que las desplegadas en otras zonas, pero adecuada al tamaño de las calles del itinerario cordobés del 19J.   Llama la atención y las miradas se clavan en ella. Empezamos a repartir algunos folletos, que vuelan rápidamente, pero surge un pequeño problema: al llevar siglas y hacer referencia a República Constitucional, nos pidieron por favor que no los repartiéramos porque iban contra una de las normas que tenían establecidas (nada de siglas). Aún así, las propias personas que nos dijeron tal cosa, añadieron que estaban completamente de acuerdo con lo que se decía en el folleto, y antes de que nos advirtieran, ya habíamos repartido más de un centenar. Por fin, la columna se pone en marcha, y nos encontramos casi al final de la misma. Grave problema, hay que alcanzar la cabecera. Por suerte, el tamaño de la pancarta nos permite una buena maniobrabilidad, y cuando la columna entra en la Plaza de las Tendillas (el centro de Córdoba), ya estamos detrás de la primera línea. A partir de ahí, la Libertad Constituyente es visible durante todo el camino, y aparece en la portada y la mayoría de las fotografías de los diarios locales. Varios amigos y conocidos la reconocen durante el trayecto y se acercan a saludarnos para que sepamos que están ahí, apoyando. Más de dos horas y media después, la cabecera llega a su destino, el Boulevard del Gran Capitán, donde estuvieron los acampados. Según cifras oficiales, unas 8.000 personas secundaron la manifestación. Y aunque no hay datos de los organizadores, personalmente creo que podrían ser 10.000".   En Zaragoza el 19 de junio respondió de forma parecida al resto del país. En los días previos andábamos ilusionados y deseosos de que llegara la jornada,  con  el  convencimiento de que lo vivido en la manifestación de un mes antes iba a quedarse pequeño. Al reunirnos los miembros y los simpatizantes del MCRC y repartirnos los cartelitos de “Libertad Constituyente YA” aún se marcó más si cabe la sonrisa con la que habíamos salido de casa. 20.000 personas en las calles, según la organización, puede ser un número frío, pero nuestras sensaciones tenían fundamentos en los que apoyarse: mil octavillas repartidas en un instante, con gente ansiosa alrededor en busca de respuestas, de alternativas. Calles repletas de gente e inundadas de música (como Paseo Independencia), en las que en esta ocasión los que estaban en la manifestación absorbían a los quedaban fuera de ella. Fue jornada de fiesta, la verdadera fiesta de la democracia. Nosotros así lo sentimos y así lo festejamos antes, durante y después, con nuevos proyectos de acción política en el horizonte, con ilusiones multiplicadas y con ganas de crecer. Muchas veces te crees solo sin saber que en realidad tu soledad es compartida por muchos…

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