Lo dicho, la Spanish Revolution de los Indignados del 15-M nos augura listas abiertas. Dos semanas de asambleas sin saber qué es la democracia ha producido un nuevo parto de los montes. La democracia seguirá inédita. Sólo nosotros, los del MCRC, seguiremos tirando de ella. Es nuestra penitencia por ser pocos y no tener púlpitos. En todos los debates televisados y radiofónicos; sempiternos patios de vecindad o de Monipodio, entre voceros del PSOE y el PP, debates del “y tu más”, se habla con obvia naturalidad de la conveniencia de cambiar las leyes electorales y dar entrada a las listas abiertas; como si con eso fuera a cambiar el régimen de poder, como si así el pleno ejercicio de los derechos políticos por los ciudadanos se realizara de manera definitiva y total. Pero si eso llegara no cambiaría nada y todo seguiría igual.   Una nueva frustración, la enésima “refrustración”, mientras la derecha política ya ve el botín a su alcance y la sociológica se ilusiona con el fin de lo que llama el régimen de ZP. Echamos a ladrones ajenos y ponemos a los nuestros, en eso se condensan todas las ideologías de la partidocracia. La generación perdida, la del cuarenta y tantos por ciento de paro juvenil, ya se ha perdido ella solita a pesar de su esfuerzo titánico. Su único logro, haber sacudido durante unos días la conciencia de una sociedad adormecida. Luego todo volverá a ser narcotizado por la maquinaria mediática de la partidocracia.   Cómo persuadir a tanta gente de que a su esfuerzo le ha faltado un punto de apoyo, si confundían el bipartidismo con la partidocracia, el igualitarismo social con la libertad política. Hasta han hablado de la separación de poderes, al tiempo que Pascual Sala hacía hermenéutica sobre la separación de funciones, que llamaba, como no, separación de poderes. Hasta en eso han tenido mala fortuna.   En La Noria, Celia Villalobos, con airado gesto, indicaba a Enric Sopena, que no admitía de él clases de democracia. Hasta ahí podíamos llegar. Uno no las puede dar, pues no sabe lo que es; la otra no va a recibirlas pues nunca ha estado interesada en la democracia. A ambos les agrada el sucedáneo partidocrático, pues de él viven y muy bien, y además ambos creen que esto es democracia. ¿Acaso no se vota?   Sólo a ti, ciudadano perplejo, desmotivado, frustrado y desencantado; sólo a ti te interesa saber, ante tanta impostura e ignorancia, lo que es de verdad la democracia, pues de ello dependen tu libertad, dignidad y futuro. Lo demás sólo es propaganda.

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