La crisis económica está evidenciando que no sólo se trata de que unas instituciones antidemocráticas favorezcan la deslealtad institucional, la corrupción y el despilfarro, sino que además nos hallamos ante una falta de liderazgo político como en ningún otro país de la tierra. Al anuncio a bombo y platillo por parte del fútil presidente Zapatero de recortar el sector publico en 29 empresas para ahorrarse dieciséis millones de euros, un ahorro ridículo, que en plena tormenta financiera parece más un desprecio inaudito que la muestra de incapacidad de un insolvente político, se une el parto ratuno del sindicato vertical CCOO con las declaraciones de su secretario general, Fernández Toxo, de que el crédito a las empresas debe fluir. Después de dos años de recapitalización bancaria y cuando han quebrado una de cada diez empresas por estos motivos, el "líder" sindical avisa al amigo Zapatero, a posteriori, para que luzca, su imbecilidad política.   Y es que las tomadura de pelo de estos descamisados que amasan fortunas mediante la gestión de planes de pensiones privados mientras se manifiestan por mantener la edad de jubilación y las pensiones públicas, daña a la integridad moral y cívica de cualquier persona no corrompida por la demagogia de lo políticamente progre y postmoderno. Este es el culto de adoración de las ignorantes y bienintencionadas masas juancarlistas que buscan vengarse de la historia para no mirarse en el espejo de su cáscara ahuecada tras treinta años de medrar a la sombra de la subvención pública.   Un liderazgo de la fachada y la insolvencia políticas. Todo un alarde de escurrir el bulto que nos estigmatiza en Europa, donde nos miran como a los males jugadores de mus, que viven del farol permanente para poder jugar con las cartas de la vanidad, el autoritarismo y el engaño. Hemos pasado del acomplejado líder de las Azores, al líder de la alianza de civilizaciones y a la vuelta de la esquina nos espera el líder tranquilo. Todo bajo la atenta mirada de Su Majestad Don Juan Carlos I de Borbón quien parece que no se entera de nada porque en realidad no hace nada, a la luz de la transparencia pública, claro está, salvo quizás, dejarse ver en las carreras.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí