Las ayudas desmedidas para salvar al sector financiero del desastre ocasionado por la grandiosa burbuja creada por él mismo (denominada burbuja inmobiliaria por los medios convencionales) con ayuda de los Estados, el papel adoptado por los Gobiernos como prestamistas de última instancia y los gastos realizados para reactivar la actividad económica deteriorada por aquélla, han supuesto un incremento de la deuda pública de los Estados industrializados hasta niveles desconocidos hasta ahora.   En este ambiente, otra Agencia de calificación de riesgos, en esta caso la británica Moody’s, ha clasificado a España como el país avanzado con más riesgo financiero para 2010, liderando el “índice de miseria” (déficit fiscal + tasa de paro), por delante de países con graves problemas financieros, como Letonia, Lituania, Irlanda o Grecia. Por si fuera poco el banco inversor suizo Credit Suisse ha situado a España como la sexta economía más vulnerable de las 43 analizadas (*). En esta lista países como Egipto, Ucrania o Kazajstán son países más seguros para invertir que España.   Los informes de estas Agencias, que han quedado en entredicho después de sus desastrosas predicciones y calificaciones en la reciente crisis financiera internacional, son tenidos en cuenta por los inversores financieros, esos compradores de títulos de deuda pública cuyos “animal spirits” (energía mental, fuerza vital) se ven influenciados por intuiciones y sutiles confianzas, lejos de esas expectativas racionales que presuntamente guían las acciones de los operadores económicos.   El mercado de emisiones de Deuda se está complicando a marchas forzadas y en cualquier momento puede suceder un colapso. Este mercado está dominado por USA, Japón y Alemania que tienen asegurada su preferencia mientras que los demás se tienen que repartir el resto. Para el año 2010 se esperan grandes emisiones de deuda pública de esos tres países. Y además, a modo de ejemplo, tenemos al Estado francés que piensa lanzar “el gran crédito” para mejorar su productividad por valor de 60.000 M€ y el Estado español que prevé emitir alrededor de 211.500 millones de euros (necesarios para refinanciar los vencimientos de Deuda en el año y para captar recursos que cubran las nuevas necesidades financieras).   Hay exceso de Deuda Pública y los emisores calificados como débiles tendrán problemas, como ha sucedido con Letonia incapaz de colocar toda su Deuda emitida y está sucediendo con España cuyas emisiones son adquiridas mayoritariamente por las instituciones       financieras       interiores     en detrimento de la concesión de créditos a las empresas y ciudadanos corrientes (efecto "crowding out"). El fantasma de la burbuja de la deuda acecha y aquí, mientras tanto, se presenta un informe, el Informe Económico del Presidente, a semejanza de lo que hace el presidente de Estados Unidos (como si este demócrata tuviese algo que ver con aquel hijo de la partitocracia), en el que se nos narra la situación económica del “País de Nunca Jamás”.

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