Las televisiones privadas han ido compitiendo entre ellas por alcanzar los límites más altos de audiencia y para ello ninguna ha tenido escrúpulos en llevar sus contenidos a niveles de depravación total. Los programas estrella derivan de los antiguos “Ecos de Sociedad”, que pasaron a llamar “del corazón”, cada vez más atiborrados de bazofia para embrutecer, engañar, crear costumbres perniciosas y manipular a la sociedad civil valiéndose de los sentimientos. Sobre todo de las mujeres.   En la actualidad, el canal predilecto de doña Mª Teresa Fernández de la Vega es líder de audiencia con su programa más osado, que innovadoramente denominan “de entretenimiento”. Empezó a emitirse el verano pasado y su presentador ya ha sido galardonado por el grupo Prisa con el “premio Ondas”. Por supuesto, este señor es catalán y homosexual, como casi todos los presentadores de los programas de la referida cadena, pues hay que seguir los dictados de la moda impuesta.   La desfachatez llega al colmo con la colaboración en el referido programa de una pseudo-periodista que pasa por ser la intelectual del grupo y milita en las filas del Sr. Carod Rovira. Hija de militar franquista, se define como republicana y feminista y dice luchar por la libertad de expresión. En su discurso, la continua apología del separatismo catalán termina siempre con un “los Reyes son estupendos”. Esta Sra. tiene una web -que promociona en “su programa”- en la que se aglutinan incautas y pobres mujeres que son censuradas si no se atienen a las directrices ideológicas pre-establecidas. La asociación “feminista” creada y presidida por dicha periodista cuenta con muy pocos miembros, pero a sus banquetes y discursos acude encantada Fernández de la Vega de manera oficial y amistosa.   El Presidente Zapatero se siente muy orgulloso, María Teresa ha hecho muy bien los deberes. El trabajo de la vicepresidenta ha consistido en favorecer y encumbrar a la televisión privada en detrimento de la pública. Han sido beneficiados, entre otros, tanto Prisa como Mediapro, mientras la televisión pública sale mal parada con la prevista suspensión de anuncios publicitarios, lo que quizá anuncie una posterior desaparición. Sin embargo, las negociaciones para la sorprendente (pues no había trascendido la dimisión del señor Fernández, su antecesor en el cargo) designación como Presidente de RTVE de Alberto Oliart, ex ministro de Defensa en el Gobierno de Adolfo Suárez y vinculado al grupo Prisa, las llevaron en secreto el Presidente Zapatero y Mariano Rajoy dejando de lado a la vicepresidenta, a la que Zapatero había encargado de reorganizar los medios audiovisuales, y a su candidato Miguel Ángel Sacaluga.

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