Conforme a los síntomas de recuperación económica que dan, no sólo las potencias del continente (Alemania y Francia), sino también Holanda e Italia, los medios de comunicación se inclinan a proclamar que “Europa sale de la recesión”. Pero frente a tan reconfortante noticia, los expertos de la Comisión Europea confirman la excepción española, cuya continuada recesión supondrá un altísimo paro a largo plazo -previsión del 20’5% en 2011- y un cada vez más difícil apuntalamiento de las finanzas públicas. Desde Bruselas sentencian que España será el último país de la UE que empiece a crecer; y advierten que no habrá contemplaciones financieras con los rezagados; es decir, el BCE cerrará el grifo de “los estímulos monetarios” antes de que los bancos y cajas que constituyen el más saneado sistema del mundo hayan concluido sus ajustes; y además podría elevar los tipos de interés en 2010: una medida que haría tomar aire a los alemanes, pero que asfixiaría a una economía como la nuestra, que padece un insospechado nivel de endeudamiento.   Con la veleidad que le caracteriza, el Jefe del Ejecutivo ha pasado de afirmar que España saldrá de la recesión junto al resto de los países europeos y a quitarle importancia a que esto se produzca un “trimestre antes o después”. Lo que importa, según Zapatero, es poder decir que “salimos todos juntos, ya que los derechos sociales y de los trabajadores no han sido afectados sino reforzados”; para sostener esta pueril demagogia, el presidente se propone mejorar el modelo productivo haciéndolo más innovador, competitivo y sostenible. Cuenta con estas bazas: la cataplasma del diálogo social, implicar a las Comunidades Autónomas que, ya lejos del “café para todos”, se sirven opíparas comidas regadas con buenos vinos, y un pacto catártico con el PP que funde la Nueva Educación del Régimen; está visto que “lo que importa” no es curarse sino vivir con las enfermedades.   A Zapatero le conmueve el sentido de la responsabilidad que están demostrando los sindicatos en una época que propicia la convulsión social. En este sentido, don Cándido Méndez, líder del sindicalismo vertical de la partidocracia, ha respaldado la convocatoria de una gran movilización para defender “nuestro modelo de salida de la crisis”.     "A pure theory of democracy"     Publicada la traducción inglesa de "Frente a la gran mentira"

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