Ninguna secta religiosa o hermandad de iluminados o perturbados, ninguna acción del peor de los gobiernos de la Historia, ninguna catástrofe, guerra, aberración o infamia, ningún interés suciamente económico, ha podido hacer tanto daño a la naturaleza moral del ser humano como la moderna servidumbre política. La aceptación de la esclavitud incita a la sustitución de la moral, la inteligencia y el sentido común por la doblez. Es decir, a la creación de una realidad virtual sucedánea. La doblez más bruta se muestra en la persecución y eliminación de la distinción, la rebeldía o el propio miedo representado en el otro. La más cínica, en la teatralización de la realidad. La de mayor patetismo, en la frivolización de quienes, comprendiendo que pueden y deben hacer algo, se conforman con brillantemente figurar.   La doblez transforma la moral natural en prescripción de Estado, en higiene pública. Cómo si no explicar el nuevo misterio de la biología en virtud del cual los virus mudan más de alias periodístico que de material genético. Si los nombras ya no están; si los ves, ya no puedes nombrarlos. Muy pronto será moralmente reprobable no llevar una mascarilla cuando el televisor lo sugiera, de igual forma que ya lo es hacer el amor sin látex de por medio, o no llamar mayores a los viejos. Todo por nuestro bien. Terminaremos yendo voluntariamente a la cárcel sólo por nuestro bien.   La doblez sustituye el sentido común por la entelequia del autómata, pues sin acceso al Estado a la sociedad civil sólo le resta soñar con el orden. Entelequia es un Debate sobre el Estado de la Nación en el que los partidos políticos participantes son anacionales si nación es comunidad y lugar de los nacidos y, además, establecen previamnete el orden del día a través de sus grupos mediáticos afines. Debate sobre lo Estabulado de la Nación, diríase mejor.   La doblez sustituye la inteligencia por humor y rutina adscritos a los análisis-tipo que aseguran la presencia del intelectual en los salones del régimen. La inteligencia menesterosa de reconocimeinto, deja de serlo. Deviene risa.   Rodríguez Zapatero (foto: Voceiro XSG A Coruña) Dentro de pocos días, la misma doblez que bendice una sociedad sin religión poética y con moral de Estado, la misma que exige más salud a los sanos y más riquezas a los satisfechos, procurará que Europa sea una orgía electoraloide en la que seres racionales eligen sin elegir a representantes que no los representan para, sin participar, construir al alimón un nuevo Estado continental.

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