El Cristo de San Juan de la Cruz, Salvador Dalí La jurisprudencia ignora que aconfesional solo significa sin fe religiosa y neutralidad ante credos ajenos o falta de fe. Por eso confunde la cristografía destinada al culto con la de mero ornato. Esta confusión la crea un prejuicio sentimental derivado del siguiente sofisma: “toda imagen artística del Crucificado muestra una preferencia por el cristianismo, luego debe retirarse de los centros de enseñanza pública en un Estado laico”. La premisa es falsa. Del mismo modo que la iconografía de los dioses olímpicos, que decora las plazas públicas o museos estatales de toda Europa, no promueve las creencias paganas, la cristografía puesta en lugares profanos tampoco fomenta las creencias cristianas. Toda la cuestión se reduce, pues, a no identificar la función del crucifijo sacro con la de ornato artístico en lugares laicos. En concordancia con la Sentencia que retira el crucifijo de un colegio público de Valladolid, habría que retirar de todos los lugares públicos las obras de arte cristiano, como parece desear el director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Carlos III, al decir que la medida del Juez “va en la buena dirección hacia el Estado laico y nada tiene de cristófoba” (El País, 12-12-08).   Nadie piensa que ese Juez antijurídico haya sido mordido en la yugular por Drácula. El artificioso artículo del Sr. Tamayo revela su falsa creencia de que al Estado laico, como a la democracia social, se llega progresivamente con medidas en la buena dirección. O es laico o no lo es. El Estado se hizo laico en virtud de un acto simultáneo y constituyente, que impuso la laicidad a todos los actos estatales futuros, cuya violación daría lugar a la nulidad. ¿Qué acto administrativo, posterior a la Constitución, ordenó la colocación de un crucifijo en el colegio de Valladolid? Ninguno. Estaba allí por derecho de prescripción. ¿O es que también se recurre a la memoria histórica, convertida en fuente inaudita del derecho, para retirar de los sitios públicos la iconografía cristiana, como se hace por justificadas razones de coherencia política con la franquista? ¿Qué persona se siente discriminada por un crucifijo? Además, el símbolo cristiano es el signo de la Cruz, no la tardía representación del Crucificado que, desde las comunidades cristianas sirias, pasó a la gnosis sincrética de paganismo y cristianismo. Reliquias románicas de esta cristografía primitiva jalonan el Camino de Santiago, por herencia cultural del obispo gnóstico y gallego Prisciliano.

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