Fannie Lou Hamer La importancia de la elección en EE.UU. de Obama como presidente del país no radica en las expectativas de éxito que su posible gobierno ha generado durante la campaña electoral sino en la potencia colectiva que el pueblo americano ha desplegado para cambiar el rumbo de la historia y dejar que los cañones republicanos vuelvan a rugir de nuevo con la fuerza de la sociedad civil en movimiento. El gobierno de Obama será superado por la dinámica colectiva en la que la sociedad americana ha reencontrado su dignidad perdida. Basta, no más violencia, no más terror, es la hora en la que el pueblo habla y el poder se agiganta, las marionetas de Estado enmudecen.   No se puede comprender esta potencia colectiva sin conocer la profunda impresión que la victoria de Obama ha provocado especialmente en los negros de los EE.UU. Hemos visto llorar de emoción a Jessy Jackson quien junto a Martin Luther King y varios cientos emprendieron las marchas desde Selma a Montgomery en los años 60 por el derecho al voto en igualdad de condiciones de los negros. La esposa del Dr. King y su hija han visto en Obama la cristalización del sueño del profeta baptista del movimiento por los derechos civiles. En estas elecciones, como en ninguna otra, los negros han votado en masa, pero el voto sólo ha sido la culminación de una movilización de voluntarios sin precedentes, a lo largo de varios meses luchando en innumerables frentes.   Una de las luchadoras más aguerridas por los derechos civiles en EE.UU. durante los 60, Fannie Lou Hamer, dijo una vez que estaba cansada y enferma de estar cansada y enferma y que había llegado la hora para América de ser justa. Los repúblicos estamos cansados también de no tener referentes en nuestra historia reciente por la lucha republicana de la libertad y pensamos que ha llegado la hora de enterrar los lemas castradores de la libertad de los intelectuales de la monarquía; que ha llegado el momento de decirles a los plutócratas que la República los quiere civilizados y a su servicio; que la acción colectiva de crear las mónadas republicanas para difundir los ideales de la democracia mediante el reparto de este diario debe llegar hasta el mas recóndito de los lugares de España, porque la dignidad de los españoles no puede apearse de la historia ni conformarse con ser un amaneramiento de la retórica de salón.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí