El Informe de Estabilidad Financiera que elabora el FMI advertía sobre la ingente cantidad de dinero que necesitaban los bancos para recapitalizarse y poder restaurar el equilibrio entre su patrimonio o fondos propios y lo que prestan a sus clientes. Pues bien, en un concierto occidental, se han orquestado multimillonarios planes de intervenciones estatales en la banca. Los países de la zona euro y el Reino Unido han ofrecido más de dos billones de euros para inyectar liquidez en las entidades financieras, avalar sus préstamos y garantizar el crédito interbancario.   Merkel ha proclamado que esta operación de rescate con dinero público será la primera piedra de un nuevo orden financiero, ya que las ayudas directas del “fondo de estabilización” estarán sujetas a estrictas condiciones sobre las actividades financieras, los pagos y bonificaciones de los ejecutivos y el reparto de beneficios de los bancos solicitantes. Mientras tanto, Sarkozy, tras denunciar los excesos del capitalismo financiero y a quienes los han perpetrado, ha explicado que “se trata de restablecer la confianza y no de ir en auxilio de las entidades que por su mala gestión han asumido riesgos considerables”. Una vez reflotadas, el Estado las pondrá de nuevo en el mercado y si no obtiene beneficios, al menos recuperará lo invertido.   Por su parte, Zapatero anuncia que concederá a los bancos avales por un importe máximo de 100.000 millones de euros para garantizar la deuda nueva que contraigan hasta el final de 2009. Los avales respaldarán las emisiones de pagarés, bonos y obligaciones en los mercados secundarios, y no cubrirán, de momento, el mercado interbancario, clave para que el crédito vuelva a fluir en la economía. También se establecen, en el caso de que fueran necesarias, fórmulas de recapitalización con posibles suscripciones públicas de acciones.   Según El País, el apoyo de Rajoy al plan de salvamento financiero del Gobierno, cuando antes lo calificaba como una ayuda de Zapatero “a sus amigos”, se ha producido después de las llamadas de algunos presidentes de bancos al jefe del PP, que ha justificado públicamente su rectificación apelando a la situación excepcional en la que nos encontramos; de todas maneras, ha pedido “control, control y control”, pero no ha explicado cómo piensa ejercerlo.   hechos significativos Zapatero y Rajoy se conceden unos días para tratar el reparto del TC. Paulo Coelho cree que los libros (no los suyos) durarán, al menos, otros mil años.

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