Una periodista, un historiador y varios blogueros han visto sus textos mutilados en el diario “El País” por aludir al sueldo de Juan Luis Cebrián de 13 millones de euros anuales mientras se ha despedido a 149 periodistas. Mientras el director Javier Moreno asegura que “desde hace 20 años Cebrián no cobra de El País”, ha sido el periodista de “El País” Victorino Ruiz de Azúa, despedido por el ERE del diario, quien ha denunciado en su blog que “la censura golpea de nuevo. Los acólitos de Juan Luis Cebrián en el diario El País no dan tregua. En aplicación de los principios establecidos por el sermoneo de Javier Moreno (director) a la redacción  –”en nada afecta” a los lectores el conflicto originado por el plan para despedir a 149 personas, un tercio de la plantilla– los columnistas y colaboradores han sido llamados al orden. Se quiere extender a sus textos el orden gestapista”.

Ruiz de Azúa cuenta que “de manera que la tijera ha entrado a saco en la columna de Santos Julía (“Desigualdad como antesala de la ruina”, página 13 del suplemento Domingo). El texto original incluía hacia la mitad del primer párrafo una mención a una de las grandes firmas del diario, que ha anunciado que prefiere abandonarlo. “Llevamos digeridas tantas cifras aberrantes sobre los baños de oro, como diría Enric González…” escribe Santos Juliá.

 

“Las cuatro últimas palabras han desaparecido de las páginas del periódico. Enric González ha pasado a ser El Innombrable. Mencionarle resulta intolerable. Ya se os ha dicho que todo lo que está sucediendo en El País no afecta “en nada” a los lectores”. Y añade que “el autor de la columna sigue analizando algunas claves de la situación económica y escribe al final del tercer párrafo: “(…) es obligado acabar con la enorme desigualdad de las retribuciones –de la que este diario tampoco se libra–”. Patatrás. A ver si a alguien le va a dar por recordar que el director, Javier Moreno, y el director adjunto, Vicente Jiménez, se han negado a revelar sus ingresos. Y el último ha declarado, según el comité de empresa, que los defenderá “hasta la muerte”.

También ha sido censurada Luz Sánchez-Mellado, que lo ha explicado con eufemismos: “¿Qué hay de nuevo, viejos? La semana pasada tuve un percance y no pude estar con vosotros: osé mojarme un poquito el culo a estas alturas del otoño y me quedé afónica severa. Vamos, lo que se dice muda. Me puse malísima, pero aquí me tienes, de vuelta al redil de mi tricotosa, con un fular monísimo tapándome la boca para no coger frío, eso sí, no sea que recaiga. Yo, a mis labores, que para eso me pagan. Llámame gallina, pero, en cuestión de heroínas, ni Juana de Arco, ni Agustina de Aragón, ni Mariana Pineda”.

 

 

Enric González, que ha presentado la dimisión en el periódico, cree saber las causas de o que ocurre: “Que más de diez docenas de periodistas sean despedidos de un periódico que baña en oro a sus directivos y derrocha el dinero en estupideces es bastante grave”. Y añade: “comparto la opinión universal sobre Cebrián. A mí también me causa horror y una cierta repulsión. Pero prefiero pensar que está enfermo y que la cura a su enfermedad no puede pagarse con dinero. No debe ser, como pensé hace unos años, un simple caso de ludopatía bursátil. Si fuera así, habría recuperado ya la lucidez. Dudo que lo suyo tenga remedio. Es una lástima”.

 

 

Otra “histórica” del diario, Maruja Torres, aprovechó una conferencia en la UAB para dar su versión: “La historia de El País –dice– es la de Saturno devorando a sus hijos. Cebrián nunca asumió no ser el hijo carnal de Polanco. Es rencoroso y pijo, pero un pijo sin conciencia. Decía que estaba salvando el periodismo, que había un cambio de paradigma. Mentira. Perdió 5.000 millones de euros jugando al capitalismo de casino, comprando radios en Miami y teles latinoamericanas que no valían nada. Quería ser un tiburón de Wall Street pero era una sardinita que todo lo hizo mal. Se pulió las ganancias del trabajo de todos nosotros en la aventura del mejor diario de la democracia española. Cebrián era un quiero y no puedo, un cateto”.

 “Con su sueldo puede pagar 400 sueldos de plantilla según convenio vigente. Que ya lo sabe, pero no está de más” han escrito varios blogueros de El País en una carta pública a Cebrián que también ha sido censurada y que ha publicado la Asociación de la Prensa de Cádiz.

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