Roberto Fantuzzi desató la polémica en nombre de Asexma (Asociación de Exportadores de Manufacturas) al regalarle una muñeca hinchable al ministro de economía chileno, Luis Fernando Céspedes, durante la cena anual de esta importante asociación, para, según ellos, “estimular la economía”. Nuestra moral nos empuja a censurar este aberrante gesto, al que siguieron, según testimonios de los presentes, carcajadas generalizadas por parte del público allí reunido.

Se trata de un gesto controvertido, además de por la falta de respeto y machismo que denuesta, por el hecho de que la respuesta de la presidencia no se ha hecho esperar, pues la misma presidenta, Michelle Bachelet, ha declarado en Twitter lo siguiente: “La lucha por el respeto a la mujer ha sido un principio esencial en mis dos gobiernos. Lo ocurrido en la cena de Asexma no se puede tolerar”. Se trata pues de una actuación, que en la línea de las declaraciones de la presidenta, no se puede tolerar, pero a la que no ha sucedido ningún cese por parte de Asexma.

Don Antonio García-Trevijano, al ser preguntado por este tema, ofreció dos reflexiones a este comportamiento. La primera fue, que se trató de un acto que “rebaja a la mujer a la condición de muñeca, de mero objeto o florero”.

La segunda, es una reflexión histórica que se remonta a la época gloriosa de Viena, durante la segunda década del siglo XX. La época en la que Viena era la capital cultural del mundo, con grandes historiadores, grandes lógicos y  pensadores.

El pintor Oskar Kokoschka y Sigmun Freud entre otros, tenían relaciones amorosas con Alma Schindler, la esposa del compositor austríaco Gustav Mahler.

Kokoschka pintó un cuadro en el que aparecían ambos, él ensangrentado, al lado de Alma, que descansaba sobre su regazo. El propio Kokoschka tiempo después huyó de Viena, desquiciado por el amor voraz de Alma hacia otros hombres. Huyó, sí, y la sustituyó por una muñeca hinchable. Muñeca a la que llevaba consigo a la ópera y al teatro, y para la que compraba un asiento adicional siempre que asistía a actos públicos.

Desde aquel momento, la muñeca hinchable ha sido un caso estudiado en psicología, tanto desde el prisma del sujeto implicado, como de la sociedad que lo contempla.

“La respuesta, pues, de la sociedad chilena, ha sido la correcta. Porque ha interpretado el acto de la muñeca hinchable, desde el prisma del caso de Kokoschka, al ocupar un lugar en la cena de Asexma.”

“¡Ese es el sitio de la mujer y no de una muñeca hinchable!”

“Por lo tanto, apoyo la reacción de la sociedad femenina chilena, respecto de la mitología que hay detrás de la muñeca hinchable. Hay machismo puro y duro, y lo han rechazado frontalmente. Como yo lo rechazo.” Concluía don Antonio.

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