Don Antonio García-Trevijano compartió con nosotros la comida del día 14 de julio. Asistimos el doble de repúblicos de lo que se esperaba que demostraron con ello su lucha sin tregua por la libertad política colectiva. Consideramos un lujo poder estar con él y disfrutar de su presencia y conferencias. Todos acudimos a su encuentro y reconocimos la fuerza, entereza y entrega que tiene hacia nosotros. Ni su edad ni su salud son capaces de detenerlo.

El acto se enmarcó dentro del I Congreso Internacional sobre Consciencia y Desarrollo, en Pitres (Granada), organizado por la Cátedra Consciencia y Desarrollo de la Universidad de Granada y la Fundación General Universidad de Granada-Empresa. D. Antonio, introducido por el presentador como el mejor pensador en 500 años, dio su conferencia sin convertirse en un ponente al uso. La sala estaba abarrotada de los asistentes al congreso y los repúblicos apenas cabíamos, pero nos daba igual, lo podíamos escuchar en la plaza o desde la puerta. Yo hice ambas cosas, unas veces desde la puerta y otras en la plaza. Me encantó estar en la puerta y ver la reacción de los asistentes: estaban sorprendidos, encantados, alucinados, risueños, con los ojos como platos.

La cátedra creada se centra en los intangibles, en el yo interior y el exterior. Los asistentes eran  de pensamiento divergente. Por eso fueron receptivos a lo que D. Antonio planteaba. Les dio una buena lección de valentía, integridad, sinceridad y libertad política. Les dejó claro que sin libertad política no se salva ni el cuerpo, ni el alma. “El mundo no pertenece a los ángeles”, dijo y dejó patente la ingenuidad de los que no dan importancia a la política y creen que el mundo interior nos va a hacer más libres.

Aprovechó la fecha del 14 de julio (mostrando sus profundos conocimientos de la Revolución francesa y americana y desmontando el mito de la Revolución francesa) para relacionar ese falso mito con la ausencia de democracia en Europa, habló de la transición (otro mito falso), de las traiciones, de la socialdemocracia, de la libertad política colectiva, del patriotismo y muchas cuestiones que hicieron que los asistentes tomaran conciencia de la situación española y europea. Más de doscientas personas (porque no cabían más) asistieron entusiasmadas, hubo risas, gracias al ingenio de D. Antonio, muchas interrupciones por aplausos entusiastas y personas que descubrieron lo que es el MCRC y la ausencia de democracia.

Fue un gran éxito y gracias a este evento hay muchas personas interesadas en el MCRC y en la trayectoria impecable, excepcional y valiente de D. Antonio. Los repúblicos quedamos entusiasmados. Estos encuentros nos cargan las pilas.

Al día siguiente algunos repúblicos tuvimos la suerte de tomar el aperitivo y compartir la comida en Bubión. Allí nos contó, con toda sencillez, hechos de historia reciente, inéditos. Y surgió una complicidad difícil de expresar con palabras. Culminamos con la ocurrencia de D. Antonio del plato del menú: “D. Antonio eggs”.

Manuela Pilar Millán Sanjuán, república de Granada.