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ROBERTO CENTENO

El miércoles se cerraría la legislatura más lamentable y perniciosa desde que la infausta Transición dio paso al régimen oligárquico de partidos, y donde la expresión más repetida por todos los grupos políticos para calificar a Rajoy sería la de mentiroso, y para sus cuatro años de desgobierno, “legislatura perdida”. La primera es verdadera pero la segunda falsa. Mentiroso porque incumpliría todas y cada una de sus promesas, algo que deberían tener presente quienes aún confían en el personaje a la hora de votar, pero sobre todo porque son falsas todas sus afirmaciones sobre recuperación, consolidación fiscal o sistema de pensiones. Y “legislatura perdida” ojalá fuera cierto porque “perdida” significaría que no se ha hecho nada, ni bueno ni malo, y nada más lejos.

Para empezar, España no se está recuperando en forma sólida y sostenible. No confundamos, como hace la inmensa mayoría de medios y analistas, la coyuntural alegría actual del gasto, de la mano del incremento del consumo y la inversión pública financiados con déficit, porque por si se necesitara alguna prueba más para demostrar la falsedad de la afirmación estrella de Rajoy, aparte la deuda pública y exterior, del vertiginoso aumento de la pobreza o la quiebra de las pensiones, los datos de la última EPA han venido a remachar el clavo que demuestra más allá de toda duda razonable la última gran mentira del presidente: es absolutamente imposible y jamás se ha producido en la historia de la economía un crecimiento estable con empleo temporal y salarios que no permiten salir de la pobreza.

La salida de la crisis que Rajoy anunciada a bombo y platillo es una gigantesca farsa. Un año puntual no significa nada, lo único que cuenta es el crecimiento estable a medio plazo, y aquí el servicio de estudios del BdE prevé un crecimiento medio del 1,25 los próximos 11 años. La tendencia hacia la terciarización de la economía está siendo imparable, con trabajos precarios de dos meses y menos, y sueldos de hambre de 600/900 euros. “La economía española se caracteriza por presentar un nivel de ‘stock’ de capital tecnológico significativamente más reducido que el de otros países. Su peso en el PIB se situó un 25% por debajo de los padecimientos de nuestra historia, y su peso en el PIB se sitúa un 25% por debajo”. El modelo de crecimiento de Rajoy basado en poca inversión y mano de obra barata carece absolutamente de recorrido.

La deuda pública ha crecido el 46%, el mayor ascenso en 3,5 años, ni siquiera en las quiebras de los Austrias en los siglos XVI y XVII ocurriría nada igual

Y en cuanto a “legislatura perdida”, todos los fundamentales están hoy no ya peor sino mucho peor que en 2011: la deuda pública total ha crecido el 46%, el mayor incremento en 35 años, ni siquiera en las quiebras de los Austrias en los siglos XVI y XVII ocurriría nada igual, y entonces se estaba defendiendo un Imperio. Rajoy solo defiende a dos millones de enchufados, a los bancos alemanes y franceses y a los oligarcas del Ibex. La deuda externa es la mayor de la OCDE. La desigualdad y el riesgo de pobreza, los mayores de la UE, y el sistema de pensiones, quebrado. Solo el río de dinero ilimitado de Dhragi mantiene en pie este océano de deuda, despilfarro y corrupción, a costa de la ruina de las generaciones futuras. Algún día nuestros hijos y nietos nos maldecirán por nuestra insensatez.

El imparable deterioro del empleo

El jueves, la mayor agencia de noticias económicas mundial, Bloomberg, explicaría así la cifras del paro en España: “El incremento de la contratación temporal añadió 182.200 nuevos empleos en la economía española durante el tercer trimestre, que incluye la crucial etapa del verano. A pesar de la mejora, España, con el 21,2% de paro, mantiene la tasa más alta de la eurozona después de Grecia, pero sobre todo el número de empleos permanentes se redujo en 18.900 en el trimestre, lo que agranda el abismo entre trabajadores principalmente jóvenes con escasa protección y los trabajadores estables”. Una descripción certera de un Gobierno que no cesa de destruir trabajos dignos -459.000 a día de hoy- mientras presume de crear trabajos con sueldos miserables de 600/900 euros y además eventuales.

Rajoy solo defiende a dos millones de enchufados, a la banca alemana y francesa y a los oligarcas del IBEX

La reforma laboral del PP ha sido una auténtico arma de destrucción masiva del mercado de trabajo. Solo se ocupa de facilitar el despido, el empleo temporal y los sueldos de hambre. La reforma laboral permite a los gestores incompetentes o venales ocultar sus errores garrafales de gestión haciendo recaer íntegramente el coste de los mismos sobre los trabajadores competentes que nada tuvieron que ver con la ruina de las empresas; dicho en corto, la reforma laboral es un instrumento legal que permite la permanencia de los empresarios más incapaces mediante la expulsión de los trabajadores más capaces. Y esto es lo que Rajoy y el PP presentan como su gran aportación a la salida de la crisis. No tienen vergüenza. Un ejemplo actual me servirá para ilustrar esta afirmación.

Me refiero al escandalosos expediente de regulación de empleo (ERE) de Repsol, que podría afectar a 1.500 trabajadores. Una empresa que disfruta de un monopolio intocable, y cuyo problema no es la cifra de trabajadores sino la descomunal incompetencia de los separatistas vascos y catalanes que gestionan el grupo. Estos indocumentados han realizado una inversión tan disparatada como la compra de una empresa de exploración canadiense por 8.000 millones de euros ¡valorando sus reservas a 80dólares/barril!, cuando el crudo esta a 48 dólares y bajará más en los próximos meses por la combinación de cinco factores: el fin de las sanciones a Irán, el que los grandes productores no van a reducir su extracción, la fuerte resiliencia del ‘fracking’ en EEUU, que sigue produciendo nueve millones de barriles/día, el crecimiento de los inventarios y el estancamiento de la demanda.

Este desatino que ha producido el asombro y la mofa generalizados en los mercados, habría producido en cualquier país civilizado la destitución fulminante de los responsables y del consejo de administración, pero en la España del PP/PSOE, los responsables de los desastres se van de rositas y los trabajadores inocentes y sus familias se ven privados de su modo de vida, como ocurrió con las Cajas de Ahorro. Es así como la reforma laboral de Rajoy ayuda a la recuperación de España: los incompetentes siguen en sus poltronas dirigiendo las empresas, y los trabajadores preparados son despedidos sin contemplaciones. No solo es una injusticia sangrante, es un tema de competitividad y eficacia, ¿dónde creen que irá Repsol con los inútiles que la dirigen? Así no se construye un país, así se destruye.

Rajoy liquida 760.000 empleos a tiempo completo

Desde un punto de vista estrictamente cuantitativo, sin entrar en la imparable degradación salarial, las cifras más representativas de la variación del empleo son:

Variación 3T 2011/3T 2015

Población activa………………………………… -235.000

Empresarios sin asalariados……… ………. +265.000

Ocupados…………………………………………… -107.000

Parados……………………………………………… -127.000

 

Asalariados a tiempo completo……………-459.000

Asalariados a tiempo parcial………………. +352.000

¿Y que significa esta colección de cifras?, pues las dos primeras, que hay 500.000 parados más de los que el INE califica directamente como tales. ¿Por qué?, pues porque los 235.000 activos menos son lo que se denomina “parados desencantados”: personas que estando paradas han perdido la esperanza de encontrar empleo y ya no lo buscan cada semana, en cuyo caso el INE no los incluye como parados sino como inactivos. Y respecto al incremento en 265.000 del número de empresarios sin asalariados, significa que muchos parados por diversas razones se dan de alta como autónomos aunque en realidad están parados. Es decir, en cuatro años el número de parados no ha descendido en 127.000, se ha incrementado en 500.000-127.000=373.000.

En cuatro años el número de parados no ha bajado en 127.000, se ha incrementado en 373.000

Los otros dos conceptos son una medida de la precarización del empleo, en cuatro años se han destruido 459.000 empleos a tiempo completo mientras se han creado 352.000 a tiempo parcial. Si a esto se une el hecho de que la contratación es temporal, normalmente a dos meses e incluso por días, y que los nuevos salarios no permiten al trabajador salir de la pobreza, tenemos una idea de lo que significa el empleo que Rajoy y el PP están vendiendo a los incautos como el gran éxito de su legislatura. Pero veamos las cifras globales.

Para no mezclar churras con merinas, que es lo que hace la EPA, sumando trabajos de 40 horas semanales con trabajos de 10, o trabajos indefinidos con trabajos de dos meses o de dos días, tenemos que recurrir a la Contabilidad Nacional. Según esta, el número de asalariados ocupados medido en puestos de trabajo equivalente a tiempo completo era a fines de 2011 de 15.328.000. A junio de 2015, última cifra disponible, el número de ocupados había caído a 14.662.000. Es decir, Rajoy ha destruido en 3,5 años 760.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. Esta es la única cifra válida y todo lo demás un miserable engaño a los ciudadanos.

Pero no se trata solo de la destrucción de puestos de trabajo, el tema más importante es la calidad del empleo destruido y la basura del trabajo creado, temporal y con salarios entre 600/900 euros que no permiten al trabajador salir de la pobreza, algo que como he dicho al principio y repito aquí es total y absolutamente incompatible con una recuperación económica sostenida, que es la gran patraña que Rajoy y el PP están vendiendo a los españoles de cara a las elecciones del 20-D. Globalmente hablando, la pérdida de las rentas de trabajo en el reparto de la riqueza es espectacular: se han hundido hasta el 46,9% del PIB hasta el primer trimestre de 2015, la cifra más baja desde que existen series estadísticas y la menor de la UE excepto en Grecia. La infausta Transición las bajó del 64% en 1975 al 51% en 2011, y Rajoy le ha dado la puntilla.

Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno. (EFE)
Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno. (EFE)

En cifras absolutas, esto significa que los trabajadores, según la Contabilidad Nacional, perciben anualmente 42.000 millones de euros menos que en 2011. Como los empleados públicos como conjunto no han experimentado reducción alguna, el recorte recae íntegro sobre los 15 millones de asalariados privados, lo que significa que han perdido con Rajoy 2.800 euros al año de media, una autentica salvajada. Y es que para el equipo económico (por decir algo) de La Moncloa, encabezado por el ínclito Nadal, para quien el subsidio de desempleo debe eliminarse porque eso hace que los trabajadores no quieran trabajar y por eso hay tanto paro, los salarios deben bajar más aún para ganar en productividad y recuperación (de los oligarcas del Ibex y los parientes y amigos de la casta política) .

Pero para esta banda de enchufados, el que la banca esté cartelizada y cobre los tipos de interés más altos de la eurozona no afecta ni a la productividad ni a la recuperación. El que la electricidad, el gas, los productos petrolíferos y la telecomunicaciones estén cartelizados y cobren los precios antes de impuestos más altos de la UE, no afecta a la productividad, a pesar de que los precios del capital, de la energía y de las comunicaciones son más importante que el del trabajo para la productividad y la recuperación de una economía. Esta es la realidad cuantificada y perfectamente comprobable, y no el Himalaya de mentiras que les cuentan Rajoy y la mayoría de medios sobre la recuperación y el empleo. De todas formas, de sus votos y solo de ellos, el 20-D depende el que nunca más volvamos a estar gobernados por estas buenas gentes.

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